Laura Richardson, primera general del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, sostuvo una conversación con La Prensa en la que tocó temas sensitivos como las migraciones y el tráfico de ilícitos a través del Darién, así como la cooperación entre su país y Panamá.
Acabamos de realizar el Tercer Ejercicio Regional en preparación contra desastres naturales, en colaboración con el ministro de Seguridad Juan Pino y con el apoyo del presidente Laurentino Cortizo. En estos ejercicios participaron más de 600 personas de 17 países, indicó.
Ante el inicio de la temporada de huracanes, hace dos semanas, debemos estar preparados para responder ante la posibilidad de que ocurran desastres naturales. Es muy importante poder atender a los afectados sin problemas, tener buenos canales de comunicación, hacerles llegar agua y suministros a donde ocurran estas afectaciones y así minimizar el sufrimiento de las personas. Ciertamente, vemos que con el cambio climático las tormentas son cada vez más severas y se están volviendo más frecuentes. Y por el otro lado la sequía también afecta a la región.
Ciertamente Panamá es un líder global, no solo aquí en la región, sino también a nivel mundial debido al servicio que aporta el Canal de Panamá a la economía mundial. Y ciertamente queremos mantenerlo así. Así que es un placer para mí estar aquí en mi cuarta visita a Panamá.
¿Qué países han participado en estos ejercicios?
Han participados los países centroamericanos, Canadá, Reino Unido, Japón, Corea del Sur, entre otros. También la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo que proporciona equipo de transporte aéreo como helicópteros Chinook y Blackhawk para movilizar suministros de apoyo a las regiones más apartadas. Este trabajo se realiza en colaboración con las fuerzas de seguridad pública en Panamá trasladando equipos materiales de construcción a las escuelas y poblaciones indígenas de la región. Ciertamente con los temas migratorios en el Darién es muy importante.
Estados Unidos llevó a cabo en Darién la Operación Mercurio, en colaboración con las agencias locales, para entregar alimentos y otros suministros a esa zona. ¿Cree que tales ejercicios son útiles para frenar las actividades ilegales en esa región, además de beneficiar a la población local?
Sí. Creo que el desarrollo es realmente importante y ayuda a las poblaciones a enfrentar sus desafíos. Cuando trabajas para ayudar a escuelas enviando materiales de construcción e insumos que son difíciles de hacer llegar a las regiones porque no hay carreteras, los helicópteros son muy útiles.
¿Cuáles son las preocupaciones sobre la relación entre Panamá y China, y específicamente el interés chino, de tener control sobre las instalaciones portuarias en Panamá y las empresas chinas involucradas en grandes proyectos de infraestructura?
Cuando miro a la región, no solo a Panamá, veo mucho de lo que parece ser una inversión de los chinos y una infraestructura crítica en el hemisferio occidental. Y China es un país comunista. No respetan los derechos humanos de su propio pueblo. Si China está aquí para invertir, entonces no tengo ningún problema con eso. Pero cuando llegan a los países y los involucran en negocios dudosos con sobrecostos en proyectos o que no se concretan según los estándares, resulta que crean más problemas de los que supuestamente llegaron a solucionar. En algunos casos en la región del hemisferio occidental, hemos utilizado el cuerpo de ingenieros del ejército de Estados Unidos para ayudar a reparar dichos proyectos. Si están aquí para invertir, no tengo ningún problema con eso. Pero he visto mucha actividad maligna y perjudicial que termina afectando a las poblaciones más vulnerables.
¿Qué cambios cree que el ejército estadounidense puede hacer en su relación con Panamá para reducir la influencia de China?
Creo que una solución es que Panamá pueda tener diferentes alternativas e inversiones en la región. Ciertamente, lo otro es que se debe evitar recibir ofertas por debajo del precio de mercado. Nosotros no le decimos a ningún país qué elegir. No tratamos de decir que nos elijan o elijan a los chinos. Es solo tener una gran cantidad de opciones disponibles.
La última operación Panamax celebrada en 2020 contó con ejercicios en Estados Unidos en lugar de en Panamá. ¿Sería seguro decir que el ejercicio ha crecido más allá del objetivo original de centrarse en las amenazas al Canal de Panamá? ¿Y prevé escenarios en los que volvería a celebrarse aquí?
Creo que a medida que trabajamos juntos, independientemente de dónde sean los ejercicios, lo importante es que todos tengamos objetivos y fines similares como la preservación de la democracia. Ciertamente, no queremos desgastar un lugar con mucha presencia militar. Tenemos 28 socios con ideas democráticas afines en la región. La interoperabilidad es muy, muy importante. Si trabajamos en conjunto podremos lograr un escenario favorable, ya sea asistir en caso de desastres naturales o de adversarios que se están aprovechando. Es muy importante, independientemente de dónde hagamos los diferentes ejercicios, unirse y trabajar en los problemas fundamentales que afectan a la región. Es por esto que estamos muy orgullosos de trabajar con Panamá.
¿Qué nos puede decir de la reunión trilateral celebrada la semana pasada entre Panamá, Colombia y Estados Unidos?
Participaron por Panamá, el ministro Pino; por Colombia el ministro de Defensa, Iván Velásquez y mi persona por Estados Unidos. La idea era actualizarnos en las actuaciones de las organizaciones criminales y de esta forma poder proteger mejor a la gente y de esta terrible influencia. Tratamos de reducir la migración persiguiendo a los delincuentes que le están haciendo daño a las personas que están tratando de encontrar una vida mejor.
En términos de seguridad, las organizaciones criminales no solo utilizan el Tapón del Darién para la trata de personas, sino también para el tráfico de drogas, armas y minería ilegal. Si tuvieran que priorizar el combate de estas actividades ¿cuál ocuparía el primer lugar?
Las organizaciones criminales de la región se han vuelto más poderosas a medida que han diversificado su cartera. Usted mencionó algunas de las cosas que hacen. Y, como dije anteriormente todo debe atacarse de forma global, entre más países nos unamos, más efectivo será el resultado. El ministro Pino tiene una cita increíble, individualmente somos fuertes pero juntos somos invencibles, y hay mucha verdad en eso.
En sus visitas anteriores a Brasil y Colombia, uno de los temas en los que se centró fue la igualdad de género en las fuerzas de seguridad. ¿Es ese también un enfoque de sus interacciones con los panameños? ¿Cómo clasificaría los esfuerzos de Panamá para construir una fuerza de seguridad más inclusiva?
En cada visita que hago, hago un evento de seguridad centrado en las mujeres con las fuerzas de seguridad pública. Y ciertamente lo hicimos en Panamá, y tuvimos un gran evento de seguridad para mujeres. Lo que también encontramos es que tenemos grandes líderes femeninas con alto rango. Fortalecer el reclutamiento y el entrenamiento es muy importante para las mujeres en las fuerzas de seguridad pública. Las mujeres tienen la capacidad de comunicarse y trabajar con diferentes grupos de una manera diferente. La diversidad que aportan a las fuerzas de seguridad los hace más preparados. Como líder, me reuní con estas mujeres increíbles. Hay mucho potencial y ojalá que pronto veamos a mujeres ocupando altos cargos dentro de la Fuerza Pública.
Sé que soy la primera mujer comandante del Comando Sur, eso es genial. Pero no seré la última.
