Faltaba poco para el final del discurso del triunfo de José Raúl Mulino en su sede anoche cuando algunos de sus simpatizantes lo interrumpieron.
“¡Suéltalo, suéltalo suéltalo!” gritaban algunos asistentes la noche del 5 de mayo en referencia al invitado omnipresente, el expresidente Ricardo Martinelli.
Pero Mulino, quien en varias ocasiones ha dicho que ayudaría a su ex compañero de fórmula con sus problemas con la ley, siguió con su discurso como si nada. (Obtuvo la presidencia con un poco más del 34% de los votos).
“Yo quiero lo mejor para Panamá”, dijo poco después de esa orden de sus simpatizantes. “... Ganamos la elección porque el pueblo así lo quiso”. El público gritaba, “Viva Ricardo Martinelli”.
“¡Libertad, libertad, libertad!” corearon otros asistentes mientras Mulino continuaba con sus palabras. La gente gritaba el apellido de Martinelli mientras el presidente electo llegaba a la parte final de su discurso de un poco más de 20 minutos.
Un poco después, alguien en el público gritó “salvoconducto”. Otra persona le siguió: “¿Y el salvoconducto?”
Mulino tampoco respondió a estos comentarios del público.
Martinelli, el padrino político de Mulino, no pudo estar presente en el salón Casa Veranda del hotel Sheraton la noche del domingo 5 de mayo. El expresidente y hasta hace meses candidato a la presidencia por los partidos Realizando Metas y Alianza está atrincherado en la embajada de Nicaragua en Panamá.
Lleva desde el 7 de febrero refugiado en la residencia diplomática, y un reciente anexo, con su perro Bruno luego de que el Tribunal Electoral (TE) inhabilitara su candidatura tras su condena por el caso New Business.
“Un abrazo a Ricardo hasta allá”, dijo Mulino. Lo mencionó en al menos dos ocasiones en su discurso, pero no se comprometió a nada públicamente esa noche.

‘Vamos a ganar la presidencia primero’
Un día antes de la noche que describió como probablemente la mejor fecha de su vida, La Prensa le consultó la misma interrogante que tienen sus simpatizantes y opositores: ¿de llegar a la presidencia, qué hará con Martinelli?
Mulino, quien bajaba las escaleras de la Catedral Basílica Santa María La Antigua luego de asistir a una misa por La Paz y la Justicia, fue un hombre de palabras cortas: “Vamos a ganar la presidencia primero”, dijo Mulino a este medio sin mirar a la cámara.
“¿Indulto? ¿Se queda en la embajada?” insistió el periodista. Mulino continuó caminando a su camioneta blanca con semblante serio. No respondió la pregunta de seguimiento. Saludó a algunos simpatizantes parados en el parque al frente de la catedral en el Casco Antiguo y se retiró.
Lo que no se vio en la sede de Realizando Metas anoche
En el Sheraton, algunos vestían camisetas amarillas rotuladas con el lema: “Ricardo Martinelli presidente”. Más abajo de la camiseta aparecía el nombre de Mulino junto a una casilla con el gancho al siete. Otros portaban camisas con el slogan: “RM La Marca” o se arropaban con la bandera del partido Realizando Metas. Algunos cargaban termos en mano.
Los maestros de ceremonia no dejaban de nombrarlo. Tampoco DJ Black, el artista invitado. “¿Dónde está la gente de Ricardo Martinelli? Una bulla”, gritó DJ Black.
La gente no quitaba la vista de una pantalla gigante con los resultados del TER. El ambiente no tenía aires humildes.
“Ring, ring, ring. Aló, aló, aló. Contesten el teléfono que Mulino ganó”, corearon los asistentes cuando la pantalla del TER mostró a los tres magistrados del TE minutos antes de realizar la llamada formal para anunciar los resultados. La llamada llegó unos minutos antes de la 9 p.m.
Por momentos, el bullicio era tal que no se podían escuchar las declaraciones de Mulino, quien era proyectado en la pantalla gigante. Mulino, quien estaba en el mismo recinto y tomó la llamada por Zoom, dijo que iría al TE a reconocer los resultados después de que saludara a su bancada que lo esperaba en el hotel Sheraton.
Mientras se trasladaba al salón, los asistentes bailaban al ritmo de DJ Black, mismo artista que estuvo en su cierre de campaña el domingo anterior. Coreaban y brincaban canciones de la talla de “Ch*ch* de su Madre”, “Funeral” y “Pa que te Duela”.

A las 9:08 p.m. José Raúl Mulino entró al salón del Hotel Sheraton por la puerta trasera con el jingle “Los locos somos más” de fondo. Un grupo de copartidarios y miembros de la prensa se le avalancharon. La gente coreaba: “Mulino, amigo. El pueblo esta contigo”.
Mulino se tomó el escenario a las 9:14 p.m .con los puños arriba mientras la gente coreaba su apellido. “¡Misión cumplida carajo!” fueron sus primeras palabras a gritos.
“A Ricardo Martinelli, amigo. Misión cumplida también, Ricardo. Cuando me invitaste a ser vicepresidente no me imaginaba este escenario, pero me tocó y lo asumí con enorme responsabilidad”, dijo Mulino.
“Se acabó la persecución política. Se acabó la manipulación del Ministerio Público. Se acabó la manipulación de jueces y magistrados”, gritó Mulino. El público se volvió eufórico.
A las 9:41 p.m. terminó su discurso. Voló confetti amarillo y azul.
Pero la noche no terminó ahí para Mulino. Luego de cumplir con su compromiso en el TE, convocó a una reunión petite comité para celebrar su triunfo en su casa en Altos del Golf. Otro grupo de simpatizantes tuvo una fiesta privada en el hotel Panamá.


