Todo surgió con un proyecto y dos ratificaciones

Todo surgió con un proyecto y dos ratificaciones


Una semana antes de que Tito Afú apareciera en televisión, abofeteando a la opinión pública con unos fajos de billetes en la mano, ya se hablaba abiertamente de sobornos en el pleno Legislativo.

Pero el causante no era la aprobación del Cemis –que había pasado el tercer debate el 29 de diciembre de 2001–, sino la ratificación de los magistrados Winston Spadafora y Alberto Cigarruista, en una sesión extraordinaria, el 9 de enero de 2002.

La presidenta del PRD –entonces y ahora– Balbina Herrera, participó de la sesión, como legisladora de San Miguelito. Aunque esta semana Herrera declaró al diario La Estrella que Cigarruista era “su” candidato, no votó ni por él ni mucho menos por Spadafora.

Es más, Herrera tuvo duras palabras para los dos nominados. Los epítetos más fuertes, los reservó para el ex ministro.

“A Spadafora, te digo que como magistrado de la Corte, qué vas a hacer con los votos y en la forma como tú sabes que los compraste”, espetó.

También lo acusó de haber liberado a varios narcotraficantes, que “tenían dinero para pagar, 30 mil dólares por cada solicitud”, y de ser el responsable del hundimiento a balazos del HP-1430.

Del mismo modo, dijo que los perredistas que votaron a favor, sucumbieron a “maletines”, becas y billetes de lotería.

Al final, una cerrada votación. Cigarruista obtuvo 36 votos a favor y 35 en contra. Spadafora, 37 a favor y 34 en contra. Los dos contaron con el apoyo de Carlos Tito Afú y Tomás Altamirano Fito Duque. Por Spadafora también votó Carlos Alvarado.

En su discurso de aceptación, Cigarruista dijo que esa era la segunda vez que Moscoso le pedía que fuera magistrado. La primera –contó– fue el 3 de noviembre de 1999, mientras veían los desfiles patrios. Rechazó, a pesar de que, como él calculó, se trataba de un puesto que “sacando la cuenta, multiplicando 12 meses por 10 años, a 10 mil dólares, suma 1.2 millones de dólares”, solo en salarios.

Dos años después, en noviembre de 2001, se repitió el ofrecimiento. Cigarruista entonces sí aceptó, pero antes consultó con sus colegas legisladores, algunos de la oposición. Todos lo conminaron a dar el paso, incluso “una gran cantidad de los que hoy votaron contra mí”.

Cuando le tocó el turno, Spadafora fue menos elocuente y solo tuvo palabras para Moscoso. Ni siquiera agradeció a los 37 que votaron por él.

Al terminar la sesión, Balbina Herrera siguió despotricando contra los copartidarios que favorecieron a los nuevos magistrados. Entonces, las acusaciones que ya le han dado la vuelta al globo terráqueo: dijo que Tito Afú recibió 1.5 millón de dólares por su voto. Una semana después, Afú contraatacó con una conferencia de prensa. Dijo que sí recibió plata, pero por orden del CEN del PRD, para votar por el Cemis. Primera vez que un legislador salía en televisión, confesando públicamente haber sido víctima de un soborno.

En los videos secretos que Ernesto Pérez Balladares grabó, Afú contó que se reunió varias veces con Spadafora –la última, en la suite de un hotel en Amador–, para cuadrar el voto. El contacto entre ambos era Hugo Torrijos. En algunas de esas reuniones participó Susana de Torrijos, Freidi Torres y Eric Londoño.

En lo que respecta a la aprobación del Cemis, le contó a Pérez Balladares que Mateo Castillero le informó que, por orden “de Martín”, a cada legislador le entregarían 20 mil dólares en efectivo. Los primeros 6 mil los recibió en un salón de la Asamblea, durante una reunión de bancada. Cada diputado recibió un sobre de papel manila, “con tres fajos de billetes”.

“Apenas yo cojo la plata, yo llamo a Hugo Torrijos Richa. ‘Compadre, me acaban de entregar 6 mil dólares para esta mariconada del Cemis. ¿Qué es esto?”, contó Afú. Dijo que Hugo le contestó que se fuera para su casa “urgente”.

Afú continuó su relato recordando que tiempo después, vio a Hugo en televisión, opinando sobre los sobornos. A través de Carlos Raúl Moreno, le mandó el siguiente mensaje: “Que se deje de hablar mariconadas... Eso que yo soy un corrupto... ¿Corrupto yo? Que me diga Hugo a mí cómo él cobró cuatro millones de dólares y la mamá seis millones. Que no me diga una chuch... más”.

Pérez Balladares también grabó su conversación privada con Manuel De la Hoz. Por lo que se escucha ahí, éste no le tenía mucho aprecio a Laurentino Nito Cortizo, a quien dice haber encarado para que repartiera el “billete” a los demás, durante una reunión de la bancada. “Ya me cansé de que tres huevones se hagan millonarios con el voto de 34... Quedó Cortizo como un ladronazo”, dijo.

Recordó que después de ese incidente, Balbina Herrera le comunicó que Martín Torrijos lo invitaba a su casa en Ancón. Haber desafiado al establishment de su partido podía salirle caro.

Cuando llegó, ahí estaban Herrera, Héctor Alemán y Miguel Bush.

“Coño, manito, te has puesto difícil”, fue el saludo de Torrijos.

“¿Hasta cuándo tú te vas a seguir cagando en mí?”, le contestó.

De la Hoz dijo que al día siguiente del encuentro en casa del secretario del PRD, Bush le entregó a Torrijos una caja, que su chofer Silvestri había retirado en Colón. Torrijos le pasó la caja a Mateo Castillero. Ahí estaban los 34 “paquetitos”, con 6 mil dólares cada uno. Era el regalo para los diputados. Siete años después, no se han producido condenas contra nadie, mucho menos ningún arresto.

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