Lo dijo un migrante de nacionalidad cubana, llamado Carlos, que fue entrevistado por este medio en la comunidad indígena de Bajo Chiquito, comarca Emberá: “En la selva he visto a la muerte, pero lo más impactante que viví fue ver a una niña abandonada”.
Otros, como la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, también relatan la gravedad de lo que ocurre con los niños, niñas y adolescentes en el tapón del Darién.
“Yo no sé cuántos niños más tienen que ser abandonados en la selva o morir allí, para que se entienda que este camino no es humanitario. No sabemos cuántos niños realmente son traficados o cuántos niños son abusados en la selva. Escuchamos relatos de mamás que ahogan a sus hijos en los ríos, porque no pueden más”, contó.
Las estadísticas de Migración precisan que entre 2019 y el 8 de septiembre de 2023, cruzaron por Darién más de 150 mil migrantes menores de edad. Solo este año ya van 75 mil niños, niñas y adolescentes que llegaron a los centros de recepción de migrantes.
El tránsito de menores de edad por la selva de Darién es una realidad que ha sido calificada por organizaciones como el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) como “alarmante”, puesto que cada año llegan más.
Escalando el apoio al Gobierno de #Panama @ONUPanama y sus agencias @oimpanama @acnurpanama @UNFPApanama @UNICEFPanama presentaron los pojectos @UNCERF hoy en mission conjunta en #Darien en respuesta al enorme aumento de personas cruzando la selva + peligrosa del 🌎 💔 pic.twitter.com/g2q7irzh3L
— ana graca (@graca_patricia) August 11, 2023
La situación se agravó en 2022, cuando hubo un récord de migrantes atravesando Darién. De hecho, el documento titulado “Informe defensorial sobre la situación de los derechos humanos de la niñez y adolescencia en movilidad humana y en zonas de frontera de Panamá” concluyó que durante ese año ingresaron caminando al país desde la frontera con Colombia, tras cruzar la peligrosa selva del Darién, 40 mil 438 niñas, niños y adolescentes, de los cuales mil 119 cruzaron sin compañía o separados de sus familias.
Esta semana, Unicef, en un informe denominado “El rostro cambiante de la niñez migrantes en América Latina y el Caribe”, plantea que la movilidad de esta población alcanzó un nuevo récord, en medio de la violencia, la inestabilidad política y el cambio climático. El diagnóstico detalla que uno de cada cuatro personas en movilidad en América Latina es menor de edad, la proporción más alta a nivel mundial.
La explicación
El documento del organismo internacional menciona que un número récord de niños, niñas y adolescentes se mueve en América Latina y el Caribe de tres formas: a través de la selva del Darién, con la migración internacional en América del Sur y con los movimientos de personas a través de puntos de tránsito clave en el norte de Centroamérica y México.
En esa misma línea, plantea que la naturaleza de la migración en América Latina y el Caribe ha cambiado dramáticamente en la última década.
“La violencia de las pandillas, la inestabilidad, la pobreza y los acontecimientos relacionados con el clima se están apoderando de la región, de una manera alarmante, y empujando a más niños y niñas a abandonar sus hogares”, explicó el director de Unicef para América Latina y el Caribe, Garry Conille.
Agregó que cada vez hay más niños y niñas en movimiento, de edades cada vez más tempranas, a menudo solos y de diversos países de origen, incluso de lugares tan lejanos como África y Asia.
“Cuando cruzan varios países y, a veces, toda la región, las enfermedades y las lesiones, la separación familiar y los abusos pueden plagar sus viajes e, incluso si logran llegar a su destino, su futuro puede seguir en riesgo”, acotó.
#DariénNoEsUnaRuta @CBP: Los criminales se aprovechan de los migrantes, mienten sobre las leyes migratorias de EE.UU. y sobre los peligros del viaje. La frontera no está abierta para la migración ilegal. Conozca las maneras legales de ingresar a a EE.UU. https://t.co/dW0LgS684x pic.twitter.com/MJafbpoTuJ
— U.S. Embassy Panama (@USEmbPAN) September 8, 2023
De acuerdo con Unicef, en todo el mundo, los niños representan el 13% de la población migrante, pero en esta región, aproximadamente una de cada cuatro personas en movimiento (25%) es menor de 18 años de edad; en 2019 representaban el 19%. Esto solo puede rivalizar con África subsahariana, donde los niños y niñas también representan el 25% de la población migrante.
Los riesgos
Lo que vienen observando los expertos internacionales de la agencia de Naciones Unidas es que cada vez son más pequeños los niños y niñas que realizan estos peligrosos viajes. Los menores de 11 años representan el 91% de todos los menores edad que se desplazan en algunos puntos de tránsito clave. Por ello, consideran que esta nueva realidad plantea desafíos a las políticas migratorias nacionales y a las respuestas humanitarias en los países de origen, tránsito y destino.
A esto agregan que los riesgos físicos a lo largo de las rutas migratorias irregulares son “innumerables”, especialmente para la infancia. Además del peligroso terreno que atraviesan (desde selvas y ríos hasta vías férreas y carreteras), los niños y niñas también pueden sufrir violencia, explotación y abuso.
En estos últimos años, Unicef pasó de trabajar en una sola estación de recepción de migrantes en Darién a tres. Actualmente, tienen presencia en San Vicente, Lajas Blancas y Los Planes, además de las comunidades de recepción de migrantes en Canaán, Membrillo y Bajo Chiquito, y otras 10 comunidades afectadas por la migración.
Conille dejó un mensaje a los países de la región: “La escala sin precedentes de la crisis migratoria de la niñez en América Latina y el Caribe requiere urgentemente una respuesta humanitaria más fuerte, así como la expansión de vías migratorias seguras y regulares para la niñez y sus familias, para ayudar a proteger sus derechos y su futuro, sin importar dónde se encuentren”.