En los últimos cinco años, la inhóspita selva del Darién, que conecta Panamá con Colombia, se ha convertido en un paso obligado y peligroso para 1.2 millones de migrantes provenientes de cerca de 40 nacionalidades.
Esta cifra, proporcionada por el Servicio Nacional de Migración (SNM), refleja la magnitud de la crisis migratoria en la región y pone en evidencia los riesgos asociados a esta travesía. El cruce está marcado por terrenos inhóspitos, la presencia de grupos criminales y las difíciles condiciones climáticas.
Darién se ha convertido en la tercera ruta migratoria más letal del hemisferio occidental, superada únicamente por la frontera entre México y Estados Unidos, y la peligrosa ruta marina entre Cuba y Estados Unidos.

A pesar de su aislamiento y geografía implacable, la selva del Darién se ha transformado en un corredor de tránsito mortal para miles de personas que buscan llegar al norte, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Realidad actual
El flujo migratorio irregular a través de la peligrosa selva del Darién ha disminuido significativamente este año. Hasta la fecha, 298,447 personas han cruzado la frontera hacia Panamá, lo que representa una reducción del 42.6 % en comparación con 2023, cuando la cifra alcanzó los 520,085 migrantes. Esta caída, equivalente a 221,638 personas, es resultado de un esfuerzo coordinado entre diversas instituciones panameñas e internacionales.
Panamá ha cerrado al menos tres pasos irregulares utilizados por migrantes para cruzar el tapón del Darién mediante la implementación de una “barrera perimetral”. Según las autoridades, esta medida tiene como objetivo “canalizar” el flujo migratorio para facilitar un mayor control sobre esta peligrosa ruta, que cientos de personas recorren diariamente en su trayecto hacia Norteamérica.

El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) informó que se han tomado medidas estratégicas para redirigir a los migrantes hacia Bajo Chiquito, la primera comunidad a la que llegan tras varios días cruzando la selva a pie.
Nacionalidades
La travesía por la selva del Darién sigue siendo una ruta clave para migrantes de diversas nacionalidades que buscan llegar a Norteamérica. Según las estadísticas oficiales, los venezolanos representan el grupo mayoritario, con 206,905 personas registradas. Les siguen 17,340 colombianos, 16,255 ecuatorianos, 12,345 chinos y 11,909 haitianos, lo que evidencia la diversidad de nacionalidades que enfrentan esta travesía extrema en busca de mejores oportunidades.
.@CBP: Bajo el Título 8, las personas y familias que lleguen sin autorización pueden ser deportadas y los no ciudadanos pueden ser deportados a su país de origen. No ponga su vida en riesgo emprendiendo un viaje tan peligroso solo para ser deportado.
— U.S. Embassy Panama (@USEmbPAN) December 6, 2024
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Además de estos grandes grupos, también cruzan la selva de Darién migrantes provenientes de regiones afectadas por conflictos políticos y bélicos, como Siria, Burkina Faso, Irán y Somalia. Aunque las cifras de estos países son menores, con 257, 178, 646 y 681 personas respectivamente, reflejan la magnitud global de la crisis migratoria.
Polémico anuncio
Esta semana, NBC News informó que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está elaborando una lista de países a los que podría deportar migrantes cuyos países de origen se niegan a aceptarlos. Entre ellos, se incluiría a Panamá.
•Comunicado• pic.twitter.com/ITXuNnhApF
— Cancillería de Panamá (@CancilleriaPma) December 5, 2024
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá afirmó que no ha recibido comunicación oficial sobre la propuesta del presidente electo y que, conforme al derecho internacional, el país no tiene la obligación de aceptar deportados de otras nacionalidades distintas a la panameña.
Entre los países a los que la próxima administración de Trump estaría enviando migrantes se encuentran Panamá, las Islas Turcas y Caicos, las Bahamas y Granada, según fuentes de NBC News.