El reloj marcaba las 6:15 p.m. afuera del Centro de Convenciones Atlapa y cada quien estaba en lo suyo.
La bancada de Martín Torrijos, candidato por el Partido Popular, aprovechaba el tranque del miércoles 17 de abril para repartir gorras y camisetas en una de las calles laterales al recinto. Uno que otro carro con los vidrios abajo se las recibía.
La vía Cincuentenario era de los simpatizantes de Rómulo Roux (Cambio Democrático) y Ricardo Lombana (Movimiento Otro Camino). Juntos pero no revueltos, cada uno en lados opuestos de la vía.
El duelo era pacífico. Competían por la atención de los transeúntes ondeando banderolas, bailando al ritmo de las batucadas y gritando consignas. Se volvían eufóricos cuando un carro les pitaba.
Todo esto sucedía frente a los ojos de un grupo de delegados electorales y observadores de la Defensoría del Pueblo, quienes documentaban los hechos en libretas, con sus teléfonos y walkie talkies. Agentes de la policía nacional custodiaban las afueras de las Islas de Atlapa. El acceso al centro de convenciones era limitado. Solo aquellos con invitación y medios acreditados eran dejados pasar.
La previa
Adentro del recinto, el lobby era una especie de estudios de radio y televisión portátiles, personalidades políticas dando una que otra entrevista y periodistas a la expectativa.
Lancey, un labrador negro, custodiaba el lobby y olía a uno que otro invitado al llegar.
Melitón Arrocha, por la libre postulación, fue el único candidato que entró por la puerta principal y dio declaraciones a los medios previo al duelo de palabras. Los demás candidatos entraron por un área restringida a los medios y se dirigieron a unos salones privados reservados para cada equipo de campaña.
Las mismas caras merodeaban el lobby del centro de convenciones dando entrevistas a los medios transmitiendo la previa en vivo: José Isabel Blandón, compañero de fórmula de Rómulo Roux; Aida Michelle de Maduro, candidata a la vicepresidencia por Melitón Arrocha; y Richard Morales, el compañero de fórmula de Maribel Gordón, candidata por la libre postulación.
El reloj marcaba cerca de las 7:00 p.m. cuando Julio Spiegel, jefe de campaña de José Gabriel Carrizo, por el Partido Revolucionario Democrático, apareció. Saludó a Morales, el compañero de fórmula de Gordón, con un apretón de manos.
Mientras Spiegel daba declaraciones a la periodista Castalia Pascual en uno de los sets de TVN, Carrizo daba otra entrevista en la Parrillada Jimmy, a pocos metros de las Islas de Atlapa.
Si el candidato José Raúl Mulino, por el partido Realizando Metas, no asistía a este tercer y último debate avalado por el Tribunal Electoral, entonces él tampoco iría, dijo Carrizo un día antes del debate en sus redes sociales.
Y aunque no había rastro de Mulino ni de su equipo en Atlapa, los medios seguían a la expectativa de la participación de Carrizo.
Ya eran las 7:10 p.m. cuando el personal de la Cámara de Comercio le pidió a los medios acreditados que formaran una fila frente al auditorio para tomar la foto oficial del debate presidencial. Algunos prefirieron enviar a parte de sus equipos a la Parrillada Jimmy a esperar a Carrizo. Decían que quizás era posible que caminase del restaurante a las Islas de Atlapa y sí participase.
El reloj ya daba las 7:20 p.m. cuando un miembro de la Cámara de Comercio anunció que ya no habría foto de los candidatos antes del encuentro. Estaban atrasados, dijo.
En ese instante, Vivian Fernández de Torrijos, esposa de Martín Torrijos, y Rosario Turner, su compañera de fórmula, eran escoltadas a la puerta principal del auditorio. La avalancha de periodistas formó otra fila para ingresar al palco de medios.
Sillas vacías, lenguaje corporal y los primeros dardos
No fue hasta cuando los periodistas entraron al palco de medios en el segundo piso cuando pudieron confirmar que Carrizo ni Mulino se presentarían. Los dos podios vacíos hablaban por sí solos. Su ausencia forzó a los organizadores a eliminar el segmento de preguntas cruzadas.
Solo las primeras tres filas del auditorio estaban ocupadas por los equipos de campaña de los candidatos y sus invitados.
Algunos candidatos se veían más cómodos que otros. Zulay Rodríguez, por la libre postulación, no hacía contacto visual con los demás candidatos ni con el público, de no más de 50 personas. Miraba al horizonte o a sus apuntes. Por momentos parecía no estar ahí, por otros; pasaba las páginas de sus apuntes rápidamente.
En la esquina opuesta, Melitón Arrocha, buscaba la mirada de sus oponentes. De vez en cuando sacaba su pluma y anotaba. Rómulo Roux repasaba sus apuntes y miraba al público. Ricardo Lombana miraba a la cámara y agarraba el podio con ambas manos. Se le veía menos tenso que en debates anteriores. Martín Torrijos lucía relajado. No miraba apuntes.
Hubo uno que otro ataque en el primer bloque del debate de empleo y emprendimiento. Torrijos fue el primero en utilizar uno de sus cuatro derechos a réplica para atacar a Roux, a quien lo acusó de proponer ideas sin fundamento, como por ejemplo, los 500,000 empleos que prometió en el segundo debate presidencial.
Roux tiró un jab rápido: “[Martín], tienes 15 años sin trabajar y sin saber nada”. Torrijos le sonrió en modo de burla.
Un poco después, Lombana le reclamó a Arrocha que todavía estaba esperando que publicase su plan de gobierno, tal como prometió para la semana después del segundo debate.
Arrocha, quien mantuvo la calma y con poker face, dijo que su plan de gobierno ya estaba publicado y tildó a Lombana de hipócrita por hablar de planes cuando corrió sin uno en las elecciones anteriores.
Y de pronto, Rodríguez despertó. En una de sus primeras intervenciones sacó una bolsa de tortillas, otro producto que el panameño no alcanza a comprar, dijo mostrándola a la cámara. Acusó a sus contrincantes de negociar en el Club Unión para hacerse más ricos mientras que el panameño común lucha por pagar un paquete de tortillas.
Todo en uno: indiferencia, ataques y guiños
La primera pausa comercial, y las dos siguientes, estuvieron marcadas por el silencio entre los candidatos. No solo no se hablaban, tampoco hacían eye contact entre ellos. Su atención estaba en sus asesores de campaña, quienes subían por menos de cinco minutos a darle un pep talk y revaluar estrategias.
El despertar de Gordón llegó en el segundo bloque (agua y sostenibilidad) cuando atacó a Lombana, por su reciente propuesta de paneles solares. “Nos venden luz cara y ahora nos van a vender paneles solares caros,” afirmó Gordón. Usó su tercer réplica en este bloque para arremeter contra Torrijos: “Martín, sus voceros dijeron que no era necesario ampliar río Indio, ¿mintió?” Se rió en la cara de Torrijos.
Y la lluvia de ataques solo se intensificó en el segundo bloque.
Rodríguez acusó a Lombana de ser un baila la vara por defender la mina en un programa televiso y luego repudiarla. Lombana, dijo que aunque esto no era cierto, prefería que lo vincularan con este tipo de ataque a que lo vincularan con el “crimen organizado,” aludiendo al caso de los lingotes de oro. Rodríguez es acusada de apropiarse 66 kilos de oro, metal que reclamaba el fallecido orfebre mexicano José Luis Penagos. Las pupilas de Rodríguez se dilataron y se mordió los labios.
Fue en este bloque cuando a pesar de que ya no existía el segmento de preguntas cruzadas, Torrijos usó una réplica para reconocer que ha escuchado buenas propuestas de Arrocha a lo largo de su campaña. “¿Podrías hablarme un poco sobre el plan de unidad nacional?”
Este fue el inicio de uno que otro guiño entre los candidatos, quienes en debates y foros anteriores rara vez han mostrado apoyo por las propuestas de sus adversarios.
La siguiente en coquetear con otra candidata fue Rodríguez.
“¿Maribel, tú sabes quién es Fernando Aramburú Porras, el que privatizó el IRHE y el INTEL con [Ernesto] Pérez-Balladares y ahora trabaja con el señor Lombana? Gordón asentía con la cabeza en señal de aprobación. ¿Y tú sabes lo que dijo en el último foro? Que si él tuviera que volver a privatizar la luz y las telecomunicaciones lo haría... ¿Qué opinas de eso Maribel?”
“La continuidad de más de lo mismo,” dijo Gordón. “Corrupción”.
En un throwback PRD, Torrijos (ex PRD) usó una réplica para preguntarle a Rodríguez, sobre su visión de San Miguelito, el municipio para el que también corre por la Alcaldía.
“Zulay, tú que vienes de un área social, danos tu visión de San Miguelito”, le preguntó Torrijos.
Para el tercer bloque (institucionalidad), los seis candidatos estaban mucho más sueltos con las réplicas y sin miedo a la ofensiva. Lombana le dijo a Torrijos que el no tenía “el conocimiento de corrupción que usted tiene”. Arrocha dijo que las consultas populares que Lombana propone en su plan de gobierno tomarían de dos a tres años, tiempo que no tiene el país para recuperarse de la crisis económica y social.
Roux tiró un dardo directo a Torrijos cuando acusó a allegados del expresidente que recibieron auxilios económicos durante la pandemia. La Prensa publicó la primera base de datos de auxilios económicos la semana pasada. “No sé cómo puedes hablar de institucionalidad,” afirmó Roux.
Torrijos respondió: “Yo respondo por mi esposa y mis hijos”, antes de acusarlo de negociar el contrato de la mina. La firma de Roux, Morgan & Morgan, representó al gobierno en el contrato con First Quantum Minerals.
Roux tiró su pa’trás: “Martín, a mí nadie me ha regalado nada. Yo no sé cómo tú te has mantenido en los últimos años”. (En la siguiente pausa comercial Blandón, quien hizo el gesto de un puño, y Roux reían).
Rodríguez, quien recibió un auxilio económico del Ifarhu para su hija, no tocó el tema de los auxilios en todo el debate. En el tercer bloque, mostró supuestas denuncias presentadas en contra de los diputados Benicio Robinson y Raúl Pineda.
Hasta el tercer bloque nadie había mencionado a Carrizo por nombre y apellido al criticar el oficialismo. Tampoco habían mencionado a Mulino por ausentarse al debate.
Último bloque: jabs y risas
En el último bloque (desarrollo social), Arrocha enumeró varias propuestas del plan de gobierno de Roux antes de acusarlo de prometer sin decir cómo y cuándo lo hará.
“Rómulo, tus propuestas se parecen a El Buhonero de Pedrito Altamiranda; tienes de todo y para todos”, dijo Arrocha en medio de risas del público.
“Gracias por aprenderte mi plan de gobierno y por mencionarlo”, disparó Roux rápido. “Todo lo que mencionaste está interrelacionado”.
Gordón se montó en el barco de Arrocha y dijo que Roux seguía proponiendo “humo”.
No fue hasta el bloque de las conclusiones cuando un candidato mencionó a Carrizo por primera vez.
Zulay Rodríguez dijo que votar por Carrizo es votar por Benicio [Robinson], [Laurentino] Cortizo y [Raúl] Pineda. Llamó cobarde a Carrizo por ausentarse al debate.
Y como la política da más vueltas que un trompo, después de que se ignoraron durante todas las pausas comerciales del debate, hubo acercamientos físicos cuando se apagaron las cámaras.
Se dieron las manos. Y algunos hasta un beso de cachete.