‘Tengo una vaca lechera, no es una vaca cualquiera...’

‘Tengo una vaca lechera, no es una vaca cualquiera...’


La mansa y bondadosa vaca no se salva del hombre.

Y es que desde la punta de su rabo hasta la cabeza, la vaquita vale oro para las industrias. Si bien es cierto que su carne y leche pesan, de ella hay mucho más que contar.

Una vez que el ganado es despojado de su pellejo, este se usa para vestir al hombre con zapatos, correas y carteras, fabricados con su cuero, comenta el biólogo Eric Caballero, quien afirma que su piel es recolectada por gran parte de los mataderos del país para ser vendida a empresas que la acondicionan para este fin.

Desde calcetines y hasta forros para carros también se fabrican con el cuero bovino, plantea el veterinario y catedrático de la Universidad de Panamá Juan Vega.

La vaca es también amiga del perro, ya que la carnaza, ese juguete para caninos en forma de hueso, está hecha a partir de su piel, señala. Su pezuña, de igual forma, es para el perro sinónimo de alimento y diversión.

Los cuernos del toro tampoco se salvan, pues con ellos se fabrican botones y artesanías, y sirven además como accesorio de cacería, explica Caballero. Y de su sangre se obtiene tinte para ropa.

Hasta sus heces fecales tienen gran valor, pues además de servir como abono orgánico, el estiércol de bovino se utiliza para producir gas metano para prender fogones, señala el biólogo. “En la digestión de la vaca se produce una gran pérdida de metano y es por eso que la vaca tiene eructos constantes”, sustenta el Dr. Juan Vega.

En países como India, donde la vaca es vista como un animal “sagrado”, es común que la gente recoja en carretas las heces de la vaca que están regadas en las calles. Luego, las ponen en un sitio bajo tierra, allí les prenden fuego. A través de un sistema de tuberías extraen el gas metano que se utiliza entonces para encender fogones, cuenta el biólogo, quien añade que en la provincia de Veraguas existe una microempresa que ha seguido esta técnica.

Incluso, los pintores no podrían plasmar su arte sin ayuda de la vaca, pues del pelo de su cola se hacen los pinceles y brochas, coinciden los expertos.

Ni la grasa del bovino se desecha; por el contrario, esta es muy útil para la estética. Varios productos cosméticos utilizan esa grasa como sustrato para darle consistencia a la crema, agrega Burgos.

Si la vaca tiene cálculos en su vejiga es casi como si viniese premiada. Los cálculos –que en los humanos son patológicos– son muy valiosos en los mataderos, debido a que se usan para cultivar perlas, explica el veterinario Alberto Burgos. “En los mataderos, los matarifes se peleaban entre sí si encontraban cálculos en los bovinos, porque tienen un valor muy alto, no tanto aquí, pero sí en el exterior”.

Irónico, pero cierto: sin la grasa del ganado el jabón no existiría, dice Vega, quien recalca que la mejor crema hidratante proviene de la vaca. “Si alguna vez tiene la dicha de agarrar bilis bovina, embárrese las manos con esta y ¡va a sentir el mejor hidratante de su vida. Las manos se les pondrán suavecitas! Los carniceros siempre usan la bilis para lavarse”, expresa el catedrático.

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