Macario Concepción se lleva las manos a la cabeza en señal de preocupación. En los últimos tres meses ha tenido que viajar varias veces a Panamá desde Santa Fe, Veraguas, en busca de una cita médica para su padre. Cada vez que lo hace, le cuesta unos 25 dólares y seis horas de viaje.
“Esto no lo arregla nadie”, dijo decepcionado Concepción, mientras hacía una larga fila el lunes a las 5:30 a.m. en el Complejo Hospitalario Metropolitano Dr. Arnulfo Arias Madrid, de la Caja de Seguro Social (CSS).
Concepción compartía fila con María Moreno, quien corrió con peor suerte. Salió de Penonomé, provincia de Coclé, a las 2:00 a.m., para llegar temprano al Complejo de la CSS en Transístmica; formó su respectiva fila y cuando llegó a la ventanilla, se encontró con que las citas para reumatología se entregarían al día siguiente. No podía disimular su enojo.
Si el lunes las filas fueron caóticas, ayer estaban peor. A las 5:00 a.m. la fila daba la vuelta en forma de caracol, en la planta baja del Complejo y salía del edificio.
“Los martes nos toca dormir aquí, si queremos sacar una cita para cardiología, la especialidad más solicitada”, relató Silvia Rodríguez, de 78 años, quien llegó a la 1:00 de la madrugada y era la tercera en la fila.
En el Complejo solo hay 15 cardiólogos y los pasillos en la planta baja y el quinto piso estaban repletos de pacientes en busca de una cita para esta especialidad.
Al subir al quinto piso el escenario era deprimente. Los pacientes se turnaban con sus compañeros de fila para dormir unos minutos, mientras esperaban que el reloj marcara las 7:00 a.m. y abriera la ventanilla.
Mientras los asegurados se quejan de las filas y la forma en que se otorgan las citas, el plazo de 30 días que le dio el presidente Ricardo Martinelli a la junta directiva de la CSS para resolver este problema se venció.
El pasado 4 de mayo, en sus primeras declaraciones como presidente electo, Martinelli fue claro: la junta directiva del Seguro Social tenía un mes para resolver el problema de las largas filas, de lo contrario le pediría la renuncia.
Han pasado tres meses, incluidos los 30 primeros días de gestión de Martinelli, y todo sigue igual.
Rubén Darío López, director Nacional de Servicios y Prestaciones Médicas de la CSS, reconoció que existe un problema en el sistema y que todos los involucrados tienen que poner de su parte para solucionarlo, porque esto “no lo puede cambiar nadie con una varita mágica”. A su juicio, se debe cambiar la cultura de los asegurados, quienes a veces subutilizan la atención de los especialistas.
López aboga por la creación de políticas institucionales dirigidas a la atención primaria de salud, a la utilización de expedientes electrónicos, a promover gestiones de redes coordinadas en las que el paciente cumpla con los protocolos para sacar una cita, entre otros.
Pero María Moreno, entre otros asegurados que hacían la fila tanto el lunes como el martes, opina que la solución al problema es regresar al sistema en el que las citas eran entregadas cuando el paciente salía del consultorio médico.
El problema de las citas no es solo en el Complejo. Ayer la CSS anunció que en la policlínica Presidente Remón de calle 17, se reducirán los cupos al 50% temporalmente, por fallas en el sistema de aire acondicionado.
En el Complejo Metropolitano, en promedio, se otorgan mil 500 citas por día y los 385 especialistas atienden unos 20 pacientes diariamente en sesiones de unos 15 minutos.