La noche del jueves 12 de agosto, Magda Imelda Rodríguez, una ciudadana colombiana de 48 años de edad, sintió que el olor a gas en su apartamento 5A del PH Metric era tan intenso, que no podía dormir ahí.
Decidió pedirle a uno de los conserjes del edificio, ubicado en Vía Brasil, que le abriera la puerta del área social. Ahí se acomodó, dispuesta a pasar la noche.
Más temprano, le habían colocado un calentador de agua en su apartamento. La empresa donde compró el aparato recomendó que se lo instalara el técnico independiente Luis Carlos Cedeño.
El viernes 13 de agosto, a la 7:00 de la mañana, Magda Rodríguez llamó a la administradora del PH. Decía que su apartamento tenía una “fuga” de gas. La administración llamó a la empresa Tropigas y al Cuerpo de Bomberos, contaron el agente de seguridad privado Alfonso Ardines y el conserje Carlos Quintero, quienes estaban de turno.
A media mañana, llegaron los técnicos de Tropigas Carlos González y Samuel Espinoza, quienes hablaron con Ardines, Alberto Castro (otro conserje del edificio) y Celeste Martínez, la asistente de la administradora.
El personal de Tropigas cerró el suministro de gas del edificio, el cual es abastecido por un tanque de 500 galones ubicado en la planta baja.
Lo que no hizo nadie fue ventilar el apartamento 5A, como dictan las normas de seguridad en caso de fuga de gas licuado.
Cerrado el suministro de gas, todos subieron al 5A: los empleados de Tropigas, Rodríguez, el técnico que instaló el calentador, el conserje Alberto, la asistente de la administración y el agente de seguridad. Este último, sin embargo, optó por volver a su puesto de trabajo en la planta baja. Fue una decisión que le salvó la vida: en el camino escuchó una fuerte explosión que estremeció las paredes. En seguida, regresó al 5A.
Ardines, ileso, vio pasar seis cuerpos, envueltos en llamas, que corrieron a lanzarse a la piscina, que también estaba en el piso 5.
Cuatro ambulancias llegaron al lugar. Los seis heridos fueron trasladados a centros hospitalarios; algunos abordaron la ambulancia por su propio pie, caminando. Rodríguez fue llevada al Hospital Paitilla; Cedeño, el técnico recomendado, al complejo hospitalario de la Caja de Seguro Social, y el resto, al Hospital Santo Tomás.
Dos semanas después, solo sobrevive uno de ellos. El resto ha muerto.
