Artesanos santeños elevaron su voz de protesta por la cantidad de productos importados que simulan sus artesanías, y que representan una competencia desleal para su actividad.
Este grupo de personas, dedicados a la confección de polleras, de joyas de pollera y artículos de cuero y madera, llegaron hasta el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Comercio e Industrias de la provincia de Los Santos para exigir que se les respete la Ley artesanal 11 de 22 de febrero de 2011.
Lourdes Vásquez, quien se dedica a la confección de polleras, dijo que a los artesanos de esta prenda de vestir, considerada el traje típico nacional, les alarma la cantidad de telas marcadas y pintadas que "se comercializan a diestra sin ninguna tipo de control".
Aunque Vásquez reconoció que muchos alegan lo costoso de la pollera de gala, resaltó que existe una multiplicidad de polleras, mucho más accesible al bolsillo de los clientes.
Sostuvo que por esta razón están solicitándole a las autoridades que se respete la ley general de artesanías, que en su artículo 40 señala entre otras cosas que se prohíbe la importación de productos terminados o por parte de mercancías que imiten piezas o vestidos autóctonos y tradicionales panameños como la pollera, naguas, molas y montunos .
Agregó que le corresponde a la Autoridad Nacional de Aduanas notificar a la Dirección Nacional de Artesanías sobre el decomiso de esta mercancía cuya importación esta prohibida.
Por su parte, Eugenio Ortíz, orfebre, también elevó su protesta por la cantidad de imitación de las joyas de pollera de acero inoxidable que entran al país de manera industrial.
"Son joyas que se producen en el extranjero, pero la venden como artesanía panameña", denunció.
Ortíz dijo que todo esto representa una competencia desleal para orfebres artesanos, porque los nacionales no pueden competir con los precios de estas telas y joyería que se produce a escala industrial.