AAC: la turbulenta y peligrosa certificación de Bocas Air Company

AAC: la turbulenta y peligrosa certificación de Bocas Air Company


El 15 de abril de 2021, la Autoridad de Aeronáutica Civil (AAC) divulgó en Youtube un video de dos minutos, en el cual el director general de la AAC, capitán Gustavo Pérez Morales, informaba –en plena pandemia– de la existencia de varios proyectos del Gabinete de Turismo del Gobierno, entre ellos, el de convertir el turismo en Bocas del Toro en “eje central de desarrollo económico del país”.

Con ese fin, el video informó de la entrega oficial del certificado de explotación de transporte aéreo público nacional regular y no regular de pasajeros, carga y correo a una nueva empresa de aviación comercial: Bocas Air Company. Según Pérez Morales, la aerolínea “ha cumplido a cabalidad los requisitos y exigencias” para operar en el territorio nacional, “luego de meses de arduo trabajo y de compromiso por parte de todo el equipo de la AAC”.

La certificación expedida por el director de la AAC la recibió el entonces CEO de Bocas Air, capitán Marvin Matthews, en presencia de la gobernadora de la provincia, Estela Stephenson. El video da cuenta de un vuelo que salió del aeropuerto de Albrook y que recibió Pérez Morales, la gobernadora de Bocas del Toro y contados invitados más en Bocas del Toro.

Pero la afirmación de Pérez Morales, de que Bocas Air había “cumplido a cabalidad los requisitos y exigencias” de las regulaciones de la AAC, estaba lejos de ser verdad. Una larga investigación de este medio –llena de obstáculos oficiales– pone en duda sus palabras y abre interrogantes sobre los estándares de seguridad en los vuelos comerciales nacionales, en especial, en lo referente a esta nueva aerolínea comercial.

Incidente revelador

Varios de los hallazgos de este medio fueron detectados poco tiempo después de que la aerolínea recibiera de la AAC una apresurada certificación de explotación (de un año). Mientras la pandemia retrasaba toda actividad regular en el engranaje gubernamental, en la AAC pasaba lo contrario. Fue la pandemia, según el director de Seguridad Aérea de la AAC, Abdiel Fernández, la que justificó la rapidez para conceder –el 31 de marzo de 2021– el certificado de explotación a Bocas Air.

La sospecha de un permiso precipitado para vuelos comerciales a esta empresa fue reforzada menos de un año después de recibir su certificado de operación. El 12 de marzo de 2022, la puerta de carga de uno de los dos aviones de la nueva aerolínea se desprendió en vuelo, tras haber despegado del aeropuerto de Albrook, rumbo a Bocas del Toro, con ocho pasajeros a bordo.

El incidente motivó una investigación de la AAC. La Prensa tuvo acceso a una nota del pasado 16 de marzo, del entonces director encargado de Seguridad Aérea, Edgar Griffith, en la que ordenó la inmediata suspensión de las operaciones de Bocas Air Company, debido al nivel de “riesgo peligroso por la falta y deficiente control de operación y mantenimiento” de sus aviones. Griffith subrayó que estas omisiones e incumplimientos a las normas aéreas “afectan la seguridad operacional de la aviación nacional”. (Ver facsímil).

Esa falta de mantenimiento pudo poner en riesgo a los pasajeros a bordo de la aeronave de Bocas Air, ya que no habrían podido ser auxiliados en vuelo porque el contenido de oxígeno del cilindro de almacenamiento tenía ocho meses de vencido, revela el informe de la AAC.

A ello se suma el hecho de que el director de mantenimiento de Bocas Air “no está en pleno conocimiento de sus funciones”, ya que no cuenta con el entrenamiento adecuado, como lo exige el Reglamento de Aviación Civil de Panamá (RACP). “No tiene curso de la aeronave ni del manual general de mantenimiento”, resalta la nota de la AAC a Bocas Air.

Otro sorprendente hallazgo de la AAC fue que “Bocas Air operó con varios componentes vencidos” e incumplió el mantenimiento de la aeronave con matrícula HP-1948BT, avión este que fue, precisamente, el utilizado para inaugurar sus vuelos y el que estuvo presente en la ceremonia de entrega del certificado de explotación comercial cuando su entonces CEO, Marvin Matthews, y el director de la AAC, prometían seguridad en los vuelos de la nueva aerolínea.

Adjuntos

AAC informe_preliminar accidente avion Bocas Air.pdf

‘Discrepancias’

La gravedad de los hallazgos de la AAC plasmados por Griffith en su carta a Bocas Air fueron minimizados a “discrepancias” por su colega, el director titular de Seguridad Aérea de la AAC, Abdiel Fernández. En una entrevista incómoda y en abierta actitud hostil con este medio, el funcionario restó importancia a las observaciones de Griffith. “Solo son discrepancias”, afirmó. La suspensión de la aerolínea no obedece al accidente, sino “al volumen de discrepancias. No es un castigo, es una medida preventiva”, subrayó Fernández.

Además, negó que el desprendimiento de la puerta de carga de la aeronave ocurrió durante el vuelo. “La puerta está diseñada para que, en caso de apertura, se abra en el momento de baja velocidad en la pista… Ella no se va a desprender más adelante por el efecto aerodinámico, así lo hizo el fabricante. La puerta la encontramos aquí, en la pista”, afirmó Fernández.

Lo del desprendimiento de esta puerta es el resultado de “300 otros tantos [incidentes similares] que muestra ese avión Beechcraft 1900″ de Bocas Air, agregó.

Pero la versión de Fernández contrasta con un video de seguridad de la AAC. El desprendimiento de la puerta no ocurrió a “baja velocidad en la pista”, sino a poco menos de cien pies de altura, cuando el avión ya había despegado e iniciaba el ascenso.

El informe preliminar de la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos de la AAC muestra imágenes del vuelo y el desprendimiento de la puerta, que cayó “en el área verde del umbral de la pista 19″.

El informe –fechado el 20 de abril pasado– indica que, tras el despegue, la tripulación escuchó un “ruido fuerte, vibración e indicación de luz de puerta de carga abierta”, por lo que solicitó a la torre de control permiso para volver. Los técnicos concluyeron que, al desprenderse la puerta, esta golpeó la estructura trasera del avión.

Pero la investigación también dio con más anomalías.

Más problemas

“Durante las diferentes entrevistas al personal de la aerolínea –indicaron los investigadores de la AAC– nos percatamos de que no cuenta con control de mantenimiento y no hubo forma de evaluar la ejecución del Programa de Mantenimiento, aducen que la administración anterior se quedó con la información, tampoco cuentan con los libros de la aeronave [fuselaje, motores y hélices] ya que han sido retenidos por uno de los talleres contratados por falta de pago y están en proceso de levantar la información”.

El personal de Bocas negó ser responsable del incidente. Culpa al taller de mantenimiento, aunque los inspectores de la AAC observaron en el video de seguridad del aeropuerto de Albrook que los trabajadores de Bocas Air “no cuentan con entrenamiento” y habrían cometido el fallo que terminó en el desprendimiento de la puerta.

Estos trabajadores de soporte terrestre –indica el informe– mostraron un certificado de participación virtual en un curso sobre operaciones de servicio a la aeronave en tierra, pero no pudieron demostrar que cumplieron con las 20 horas presenciales obligatorias que exige el entrenamiento.

Los técnicos ni siquiera pudieron encontrar evidencia de que el instructor que dictó este curso tuviera capacitación en el modelo de avión que sufrió el incidente.

Y las cosas empeoran. El servicio de mantenimiento de la aeronave fue firmado por un técnico no autorizado por el taller que le prestaba este servicio a Bocas Air.

No obstante, el gerente de este taller confirmó no tener trato comercial con Bocas Air desde hace un año –es decir, desde que Bocas Air empezó a volar– por “incumplimiento de contrato”.

De hecho, a pesar de la certificación de explotación que recibió Bocas Air tras haber cumplido íntegramente con las regulaciones aéreas –según el director de la AAC–, las irregularidades tienen su origen desde el mismo periodo de certificación.

El informe del incidente indica que en las especificaciones de las operaciones –del 31 de marzo de 2021– “no se encontró el nombre de la persona u organización responsable de garantizar el mantenimiento de la aeronavegabilidad de la aeronave”.

Hasta la fecha, indica el documento, Bocas Air “tampoco cuenta con las autorizaciones requeridas” anexadas en las Especificaciones de Operaciones otorgadas por la AAC.

Entonces, con todas estas irregularidades señaladas por los propios técnicos de la AAC, ¿cómo fue que Bocas Air recibió del organismo regulador de las operaciones aéreas del país un certificado de explotación de transporte aéreo público nacional?

¿Cómo es que la AAC –el 31 de marzo de 2021– afirmó que “con la entrega de esta certificación de explotación a la empresa panameña Bocas Air, la Autoridad Aeronáutica Civil de Panamá reitera su compromiso en mantener los más altos estándares en la industria del transporte aéreo ofreciendo la calidad de servicio que nuestros usuarios exigen?”.

Vea mañana: Bocas Air Company, un misterio sin resolver

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