El director de Seguridad Aérea de la Autoridad de Aeronáutica Civil (AAC), Abdiel Fernández, es el encargado no solo de vigilar la seguridad aérea del país y de recomendar el otorgamiento o revocatoria del certificado de explotación de servicios aéreos, sino que bajo su dependencia está la jefatura de Aeronavegabilidad, encargada de certificar los Talleres Aeronáuticos Nacionales (TAN). Y Fernández, precisamente, es el accionista mayoritario de PFM Panamá, que busca certificarse como TAN.
En PFM Panamá, Fernández posee 40 acciones, junto con otras dos personas que tienen 30 acciones cada una, revela una declaración jurada ante una notaría pública. Pero Fernández negó sus vínculos con esta empresa, y por lo tanto, considera que no hay conflicto de interés.
Esta empresa, en su solicitud al director de la AAC, Gustavo Pérez Morales, para convertirse en TAN, resaltó que uno de sus potenciales clientes es nada menos que Bocas Air Company. Pérez Morales se negó a entregar a este medio información sobre los talleres aeronáuticos en proceso de certificación.
Aunque en 2020 fueron advertidas irregularidades en el proceso de certificación de Bocas Air, estas fueron ignoradas. Las operaciones de la aerolínea fueron suspendidas en marzo pasado, por segunda vez en menos de un año.
Los negocios del director de Seguridad Aérea en la AAC
La entrega de certificados de operación y explotación de transporte aéreo local a la empresa Bocas Air Company no es lo único cuestionable en la Autoridad de Aeronáutica Civil (AAC). Su director, Gustavo Pérez Morales, se negó a informar a este medio sobre los certificados otorgados bajo su gestión a los Talleres Aeronáuticos Nacionales (TAN), así como los que están en proceso, entre ellos, uno en el que el director de Seguridad Aérea de la AAC tiene participación accionaria.
Tal como ha sido la tónica en las instituciones bajo la administración del presidente Laurentino Cortizo, Pérez Morales se negó a entregar información de carácter pública sin dar justificaciones válidas, salvo que la opacidad en esta materia está amparada en la Ley de Protección de Datos Personales, a pesar de que este medio no solicitó nombres de personas ni direcciones ni presupuestos de las empresas favorecidas o que están por recibir estos certificados para acreditarse como talleres aeronáuticos oficiales.
#INVESTIGACIÓN Entrega de certificados de operación y explotación de transporte aéreo local a la empresa Bocas Air Company no es lo único cuestionable en la Autoridad de Aeronáutica Civil. Video completo en la nota de @EreidaPrieto #LaPrensaSecuestrada https://t.co/ouQXPck6AP pic.twitter.com/o37KqCV4z5
— La Prensa Panamá (@prensacom) June 23, 2022
El responsable de la aviación civil en Panamá sostuvo que, ante la petición de este medio de conocer los nombres de estos talleres y las fechas de solicitud y aprobación de los TAN, se veía “obligado” a acogerse a la mencionada Ley del 26 de marzo de 2019 sobre Protección de Datos Personales.
La excusa de Pérez Morales para ocultar la información solicitada es su artículo 4, el cual citó diciendo que serán confidenciales los casos de administración pública, “cuyo tratamiento está limitado para fines de esta administración o si se cuenta con el consentimiento expreso del titular, sin perjuicio de lo dispuesto por leyes especiales o por las normativas que las desarrollen. Los datos confidenciales siempre serán de acceso restringido”.
Pero su pretexto contrasta con sus propias acciones. Y es que en la página web de la AAC se observan fotografías de Pérez Morales entregando estas certificaciones a talleres de aeronáutica, entre estos, a una empresa holandesa, certificada en marzo de 2021.
Aunque La Prensa solicitó la información amparada en la Ley de Transparencia, lo único que informó Pérez es que ha otorgado 26 certificaciones de este tipo y que otras seis empresas están en proceso. Esta información era válida hasta diciembre de 2021, ya que desde entonces el funcionario ignora las preguntas de este medio.
Un puesto clave
Pese a que Pérez Morales se negó a entregar los nombres de las empresas solicitantes de las certificaciones de talleres autorizados, La Prensa tuvo acceso a una de ellas: PFM Panamá, que tiene como accionista mayoritario nada menos que al director de Seguridad Aérea de la AAC, Abdiel Fernández.
El cargo que desempeña Fernández es clave, dadas sus responsabilidades.
Según la reglamentación de la AAC, la Dirección de Seguridad Aérea (DSA) es parte “fundamental” de la Autoridad, ya que debe “velar por el cumplimiento de las normas y procedimientos de vigilancia de la seguridad operacional establecidos para que la aviación civil se desarrolle dentro de un marco de máxima seguridad”, así como “otorgar, modificar, suspender y revocar los certificados de operación y sus especificaciones de operaciones a las empresas aéreas comerciales (Operadores y/o Explotadores de servicios aéreos)”.
Fernández responde directamente al director de la AAC, que lo nombra, y a él responde “todo el personal de los distintos departamentos, secciones y unidades de la DSA”, que suman unas 24 oficinas.
Una de sus dependencias es el Departamento de Aeronavegabilidad, responsable de “evaluar las solicitudes de certificación y renovación de los certificados de los talleres aeronáuticos […] cuando corresponda, el certificado de operación correspondiente y vigilar su funcionamiento...”. Este departamento –bajo el paragüas de la DSA– se encarga del proceso de certificación de talleres aeronáuticos nacionales (TAN), así como los de mantenimiento en el extranjero (TAE).
Justamente, la Dirección de Seguridad Aérea de la AAC es la que certificó la aerolínea Bocas Air Company, la misma que el director de la institución dijo que había completado con éxito su certificación, razón por la cual en abril del año pasado le otorgó –en un acto público– autorización para transportar pasajeros, carga y correo, aunque tres meses después, la empresa se vio obligada a suspender sus operaciones por varios meses, seguida por una segunda vez, en marzo de este 2022, cuando se le desprendió la puerta de carga de una de sus aeronaves, poco después de despegar.
Los vínculos
La Prensa contactó al director de Seguridad Aérea de la AAC, Abdiel Fernández, para hablar de su empresa, pero él negó cualquier vínculo actual con la empresa.
“No tengo ninguna vinculación [con PFM Panamá]. Yo fundé esa compañía y renuncié cuando me hice funcionario público”, afirmó. Pero, ¿usted renunció en julio de 2020 y fue nombrado en septiembre de 2019 en la AAC?, cuestionó este medio. “Correcto, exactamente”, respondió Fernández, contradiciéndose.
Fernández, que era secretario de la sociedad, fue suscriptor de PFM Panamá, junto a Sol Marietta Pérez –su esposa–, que ocupaba la tesorería. Los dos renunciaron a sus cargos, como se dijo, en julio de 2020. Es decir, Fernández renunció un año después de haber sido nombrado director de Seguridad Aérea, con salario superior a los $5mil mensuales.
Tanto Fernández como su esposa fueron reemplazados por los también esposos Darko Kuzmicich y Mónica Tawachi. PFM Panamá, creada en febrero de 2018, está presidida por Hugo Rodulfo.
Pero este medio encontró que Fernández no estaría alejado de este negocio, como aseguró en una primera entrevista con este medio, a inicios de mayo pasado.
En la cuenta de Instagram de PFM Panamá se observa el número de teléfono particular del funcionario como contacto de la empresa (ver imagen). La Prensa le preguntó si no ¿consideraba que había conflicto de interés –dada la solicitud de PFM Panamá a la AAC, a un departamento bajo su dirección– por su vinculación con esta empresa? “¿Qué vínculos?”, respondió Fernández.
¿Tiene usted 40 acciones en esa empresa?, preguntó La Prensa. “Usted me muestra la información y yo le respondo, porque por ahora usted no tiene cómo comprobarlo”, se defendió Fernández. La Prensa cuenta con la confirmación del notario, y así se publicará, respondió este medio. “Publíquelo, publíquelo. A mí no me consta en este momento. Usted muéstreme [la declaración notarial]”, desafió el funcionario.
La Prensa repitió la pregunta: ¿No había un conflicto de interés? “No, en lo absoluto”, subrayó Fernández. ¿Y por qué considera que no?, preguntó La Prensa. “No le voy a responder”, subrayó. Fernández entonces pidió intervenir al director de Transporte Aéreo, Carlos Von Seidlitz, quien, junto a otros cuatro funcionarios de la AAC, lo acompañaron en la entrevista.
“Mi sugerencia –dijo Von Seidlitz dirigiéndose a Fernández– es que no estás obligado a responder. Igual esto es una empresa privada de comunicación que te está haciendo una pregunta que estarías, no sé, declarando en tu contra”.
Von Seidlitz se dirigió entonces a La Prensa: “Esa información que usted tiene es que el Director de Seguridad Aérea aparece como poseedor de acciones? Sí, precisamente, respondió este medio. “¡Miércoles…!”, exclamó Von Seidlitz.
Segundos de silencio después, Von Seidlitz le insistió a Fernández no responder a La Prensa. ¿No quiere hablar de PFM Panamá?, preguntó La Prensa a Fernández. “No”, espetó.
Fernández, no obstante, reconoció que una de las dependencias de la Dirección de Seguridad Aérea que él dirige –es decir, su personal subalterno– certifica los talleres aeronáuticos, como aspira PFM Panamá. En su defensa, Fernández dijo que él no asigna el personal encargado de esos trámites ni “me rinden cuentas”.
La Prensa le hizo notar a Fernández que él mencionó que PFM Panamá no ha sido certificada ¿Y cómo lo sabe?, le preguntó La Prensa. “Sí. Es que yo pedí un reporte de todas y esa empresa va para dos años en ese proceso”, respondió Fernández.
La evidencia
El notario público primero del Circuito de Panamá, Jorge Gantes, confirmó a La Prensa que la declaración jurada de PFM Panamá, en la que se afirma que Fernández posee 40 acciones de esa compañía, fue certificada en su notaría. Esta declaración jurada fue firmada el 9 de febrero de 2021 por uno de sus socios, con el cargo de secretario de PFM Panamá, precisó Gantes.
Ese socio declaró entonces bajo juramento y ante el notario Gantes que “poseo 30 acciones en la sociedad PFM Panamá, S.A. […]... que Abdiel Olmedo Fernández Castillo [el actual director de Seguridad Aérea de la AAC…] posee 40 acciones” y que el tercer socio de la empresa " … posee 30 acciones de la sociedad denominada PFM Panama, S.A.” (ver facsímil).
Gantes afirmó que no ha recibido solicitud de la AAC para certificar la validez del documento que entregó la empresa al director de la AAC para iniciar el trámite de certificación como TAN.
El notario también advirtió que el declarante conoce que está bajo la gravedad del juramento, tipificado en el artículo 385 del Código Penal; “Todo lo que el declarante dice es cierto y de no ser así, se establecen las sanciones penales al respecto por el falso testimonio”.
Esta declaración jurada se hallaba entre los documentos aportados por la abogada de PFM Panamá, Lorena Berenguer, al directo de la AAC, Gustavo Pérez Morales, el 19 de febrero de 2021.
El negocio
En la solicitud dirigida a Pérez Morales, el pasado 19 de febrero de 2021, la abogada de PFM Panamá indicó que, aparte del mantenimiento de aeronaves, la empresa brinda servicios de limpieza y desinfección de aviones, “dada la situación actual producto de la pandemia”, por lo que solicitó integrar la empresa al sistema de soporte aeronáutico nacional.
Expuso que entre sus potenciales clientes estaban nada menos que Bocas Air Company y una empresa denominada Uniworld Air Cargo, a las que brindaría el servicio de mantenimiento, limpieza y desinfección de sus aeronaves. La Prensa preguntó a Fernández sobre este potencial cliente (Bocas Air). “Es como cualquier empresa que busca clientes”, dijo.
Otras de las notas que entregó PFM Panamá a la AAC notifica que José Añino sería el encargado de presentar ante esa entidad todos los documentos legales del presidente de esa sociedad, Hugo Rodulfo.
Añino, precisamente, fue “jefe certificador” de Bocas Air Company. Este medio tuvo acceso a, por lo menos, cuatro notas de la Dirección de Seguridad Aérea –fechadas entre mayo y diciembre de 2020– en las que se le solicita a Añino que entregue documentación indispensable para la certificación de Bocas Air.
Cuestionado Fernández sobre su relación con Añino indicó: “No tengo ninguna relación. Él trabajó para Uniworld Air y trabaja en Bocas Air. Si usted supiera todas las veces que lo he mandado por un tubo por no hacer bien su trabajo correctamente”.
Y Añino no fue el único que trabajó para Uniworld Air. Fernández confirmó que él también trabajó hace años para esa empresa.