BOQUETE, Chiriquí. -La población chiricana está al borde de la desesperación a causa de la situación por la que atraviesan debido a los bloqueos de carreteras, incluso de caminos rurales, los cuales se hacen en rechazo al contrato minero firmado entre el Estado y Minera Panamá.
Esto ha hecho que las personas no se puedan desplazar a sus centros de trabajo de forma adecuada; incluso muchos ciudadanos consultados aseguran sentirse “secuestrados” en la región.
Hace tres días, moradores del distrito de Boquete −cansados de esta circunstancia− lograron liberar el punto de la garita de Caldera, donde un grupo de indígenas mantenía un bloqueo. La vía está libre, pero es necesario hacer una vigilia en este punto para evitar que vuelva a ser cerrada.
Felipe Rodríguez, empresario y expresidente de la Cámara de Comercio de Chiriquí, afirmó que la situación es “insostenible”. “Debe darse una tregua y así darle tranquilidad a la población”, comentó.
El empresario destacó que no se trata únicamente de un tema económico sino humanitario, ya que la población no puede salir a abastecer sus necesidades básicas o ir a sus citas médicas.
Rodríguez estimó a la vez que las pérdidas en Chiriquí están sobrepasando los 100 millones de dólares, tanto en la parte agrícola, turística, economía de servicios, entre otros sectores.
EL PANORAMA EN TIERRAS ALTAS
En el distrito de Tierras Altas, la situación es de tensión y desabastecimiento, no solo de combustible sino de alimentos como arroz, aceite y otros víveres, señala el alcalde Javier Pitti.
El viernes 3 de noviembre, producto de la desesperación, pobladores y agricultores, junto al alcalde, acudieron a levantar el cierre en Bambito y en la entrada de Tierras Altas.
Sin embargo, en una acción violenta unos seis productores resultaron heridos.
Pitti confirmó asimismo que hay unos 200 contenedores de legumbres acopiados en la cadena de frío que ya registran un 80% en pérdidas y “en campo todo se perdió”.
Antes de que se originaran los actos violentos se trató de entablar una mesa de diálogo entre todos los sectores para buscar un consenso y permitir el paso de alimento pero hasta la fecha no se ha logrado nada.
La seguridad en los supermercados, negocios y en la zona comercial está fue reforzada, ya que se teme que se den saqueos.
En tanto, este sábado los puntos de la entrada de Tierras Altas y Paso Ancho está completamente cerrados por grupos indígenas; ni siquiera a pie pueden pasar los pobladores.
Aserrío de Gariché y Santa Marta (ambos en Bugaba), Volcán (Tierras Altas) y en el distrito de San Félix son algunas de las otras zonas en la provincia donde se mantienen cierres y protestas viales.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo de Panamá llamó a los dirigentes a considerar “liberar las vías” para garantizar el acceso al derecho a la salud y a la seguridad alimentaria sin menoscabo de la protesta pacífica.
“Hacemos un llamado a las personas y a las organizaciones sociales que lideran las manifestaciones, abstenerse de actos de violencia y ejercer el derecho a la protesta de manera pacífica, respetando la vida y la propiedad pública y privada”, señaló la entidad en un comunicado.