Los largos brazos del filipino Alex John Banal pasaban muy cerca del rostro del panameño Rafael Torito Concepción. Quería arrancarle la cabeza con un golpe y acabar la pelea, la corona que estaba en juego se tambaleaba en su contra.
El filipino peleaba en su tierra y estaba invicto en 17 combates, con 14 nocauts. “Yo no era nadie, solo un boxeador con 13 peleas, 2 de ellas perdidas, pero con mucha hambre de un título mundial de boxeo”, recuerda el Torito Concepción, uno de los cuatro panameños que han sido campeones de la categoría supermosca.
Esa noche del 26 de julio de 2008 noqueó en el décimo asalto al filipino y se convirtió en el monarca número 26 nacido en tierras panameñas. “Todos mis sueños y deseos se mezclaron cuando sentí que la faja de color oro y negro rozaba mi cintura, fue una sensación inolvidable”.
El campeonato del Torito fue cuestionado, pero pocos conocieron de las interioridades de las negociaciones con el boxeador filipino, que lo llegó a mirar con desprecio, porque no lo consideraba un digno rival por su cantidad de combates.
Para concretar el pleito de campeonato, los apoderados de Banal solicitaron, solo 15 días antes, que la pelea fuera por un título interino, en una jugada maestra para mantener sus aspiraciones en caso tal que su pupilo fallara, ya que los primeros retadores también les pertenecían.
“Cuando yo firmé el combate estaba pactado por el campeonato supermosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y después cambiaron de idea. Yo acepté porque necesitaba esa oportunidad, estaba seguro de que lo vencería”, agregó el Torito en un tono irónico, porque había estudiado a Banal y conocía de sus puntos débiles.
“Él era un boxeador que no había sido cortado; tampoco lo habían castigado con insistencia a la zona hepática y sus rivales no le habían pasado del octavo asalto”, destacó.
El combate
Desde que sonó la campana el Torito comenzó a minar la parte media del filipino, teniendo que entrar hasta su guardia para comprobar su pegada. El porcentaje de nocaut de Banal en ese momento era un 78%, lo que demostraba su fortaleza.
Tras nueve asaltos de fuertes intercambios de golpes, el combate se acabó en el décimo round, cuando un agotado filipino cayó tras una combinación que le propinó Concepción.
El filipino puso la rodilla derecha apoyándola en la lona y esperó toda la cuenta del árbitro Raúl Cáiz Jr.
El Torito aguardó hasta el final del conteo para celebrar. Se acostó en el centro del ring y extendió sus brazos para darle gracias a Dios.
Para esa pelea el nuevo campeón reveló que la alimentación fue un factor importante. “Aprendí que se debe comer bien y que se puede tomar agua, nuestros entrenadores deben actualizarse en esta materia”, comentó.
“Yo era un boxeador que de las 115 libras me subía hasta las 140, esa era otra pelea, tal vez fue una de las causas de mi corta carrera”.
Después de ganarle sorpresivamente a Banal, con la nariz partida producto del intenso combate, ya estaba recibiendo ofertas para defender la corona. “No entendían que quería disfrutar el momento”, agregó.
El monarca de la AMB tenía claro que los campeonatos mundiales de boxeo llegan y se van pronto, no son para siempre. “Sabía que así como yo tenía esa hambre de ser campeón, pronto aparecería uno igual, con las mismas ganas de triunfar”.
Me lo cambiaron
En las postrimerías de su carrera se encontró con el filipino Génesis Servania, con quien disputó el título intercontinental de las 122 libras.
Fue la debacle de su carrera, aunque ya varios combates atrás su familia le había advertido que no entrenaba como antes y le pedía que dejara el boxeo.
La oferta de Servania era tentadora, una bolsa de 25 mil dólares para pelear en Cebu, Filipinas, lo mismo que cobró cuando disputó la corona supermosca.
Concepción había tenido tiempo para analizar el récord de su nuevo rival y por el porcentaje de nocaut parecía que no era un boxeador de otro mundo para el panameño, acostumbrado a caer y levantarse y ganar.
“Qué equivocado estaba. La primera vez que estuve frente a él pensé, ese no es Servania, me lo cambiaron, ese no es. Era un monstruo parecía un boxeador de la categoría ligera”.
“Subí sin complejos porque el miedo no era una de mis características, ese 26 de octubre de 2013 perdí por nocaut. Caí casi muerto y mi familia me insistió que me retirara, porque ya no le ponía el mismo empeño”, dijo el panameño sobre la penúltima pelea de su carrera, que concluyó con 18 ganadas, 8 perdidas y 1 empate.
“Ya no había hambre, no puedes cambiar el amor al deporte por el dinero y eso me estaba ocurriendo”, explicó.
“Sin embargo, nunca podrán decir que yo fui un boxeador cobarde, iba a la guerra. Me enfrenté a los mejores de mi categoría”, agregó.
Antes de medirse con Servania realizó 10 peleas, 3 de ellas las perdió con el filipino Nonito Donaire y las otras 2 con el venezolano Liborio Solís y el mexicano Fernando Montiel.
La primera y única defensa del panameño la realizó ante el mexicano Jorge Arce, con marca de 49 ganadas, 4 derrotas, y con 37 nocauts.
Pero antes Concepción evaluó otras ofertas que tenía en firme, una para pelear en Panamá, por 20 mil dólares y la otra con Arce, por 165 mil dólares, pero en México. “Le pedí un consejo a mi madre y me dijo: ‘cualquiera de los dos puede sacar una mano y acabarte”.
La decisión la tomó de inmediato y pagó por su inexperiencia. El 15 de septiembre de 2008, casi 50 días después de haber ganado la corona, la pierde ante Arce en México.
El panameño tenía foja de 11 peleas ganadas y 4 derrotas y aceptó pelear en la casa del retador, que lo noqueó en el noveno asalto. Se retiró el 8 de agosto de 2015 al ser derrotado por Roberto Vásquez.
Campeones y el nica
El Torito fue el tercer campeón supermosca en la historia del boxeo panameño y uno de los tres que no pudo defender con éxito su corona en el primer intento.
Los otros campeones supermosca de Panamá han sido Rafael Pedroza, Pedro Rockero Alcazar y Luis Nica Concepción, este último fue despojado el viernes de su corona en la balanza, para ser el primer panameño que la pierde en el pesaje.
Su defensa la tenía que hacer contra el británico Khalid Yafai, quien lo derrotó sábado 10 de dicirembre en Manchester, Inglaterra.
El Nica Concepción ganó su corona de esta categoría al derrotar al japonés Kohei Kono, el 31 de agosto de este año en Japón.
El primer campeón supermosca de Panamá fue Pedroza, corona que conquistó al vencer al argentino Gustavo Ballas en el gimnasio Nuevo Panamá, el 5 de diciembre de 1981. La perdió el 8 de abril de 1982, en su primera y única defensa ante Jiro Watanabe, en Osaka, Japón.
También ha sido monarca de la categoría el fallecido púgil Alcázar, quien derrotó al nicaragüense Adonis Rivas el 16 de junio del año 2001. Defendió el título con éxito ante el colombiano Jorge Otero el 5 de octubre de 2001 y el 22 de junio de 2002 cayó frente al mexicano Fernando Montiel, en Las Vegas, (EU), donde murió después del combate.