Embarazo y parto

Embarazo y parto


Siempre estamos listos y muy alegres de atender en nuestras instalaciones a todas las futuras madres, para recibir a su tan esperado bebé en un ambiente seguro y cumpliendo todas las normas de bioseguridad.

Todo el proceso inicia con la revisión de nuestros diferentes paquetes, de los cuales estamos más que dispuestos para darte todos los detalles y que puedes ver también en nuestra página web o redes sociales.

Antes de llegar al nacimiento, vamos un poco atrás a los últimos días del embarazo en una mujer. Para esto, conversamos con el doctor Roberto Epifanio, Ginecólogo Obstetra del Hospital Paitilla, quien nos recuerda que el embarazo es una condición normal y así debe ser su evaluación en todo momento, alertando por síntomas inusuales o de posible alarma.

Entre los síntomas de alerta que debemos estar pendientes al final del embarazo que indican que debemos acudir al médico, tenemos:

Al final del embarazo el monitoreo del bebé y la madre se realiza por lo general una vez a la semana o con los intervalos que determine su médico. Si el embarazo de la paciente es de alto riesgo, el monitoreo debe hacerse más frecuentemente.

Otro tema importante, son las contracciones uterinas antes del parto, como las Braxton Hicks (que son normales y no dolorosas, siendo una preparación para el parto y ocurren en el tercer trimestre del embarazo) y las contracciones propias de la labor, que básicamente su diferencia es la frecuencia, intensidad y duración. “En este momento, lo más importante es determinar cuándo una paciente entra en algo llamado “Pródromo de Labor”, que no es más que la preparación o inicio del trabajo de parto, por lo general lo sabemos por el aumento en la frecuencia e intensidad de las contracciones, pasando de contracciones aisladas y no dolorosas a contracciones repetidas, frecuentes y con algo de molestias”, nos indica el doctor Epifanio.


¿Cuándo debemos ir al hospital?

Cuando las contracciones se hacen frecuentes, constantes y dolorosas, es el momento de entrar en contacto con su médico o personal sanitario, quien usualmente le indicará instrucciones de monitoreo de las mismas para determinar el momento de decidir su traslado al hospital; pero en primer embarazo y sin factores de riesgo, cuando se tienen 2-3 contracciones en 10 minutos constantes, dolorosas, por 6-8 horas; en pacientes de alto riesgo un poco antes sobre 4 horas, al igual que en segundos y terceros embarazos.

El doctor Roberto Epifanio también nos habló de cómo se ha visto afectado este proceso con la pandemia por el COVID-19. “La pandemia ha venido a modificar muchas cosas, ya que para reducir riesgos de contagio debemos retrasar al máximo el ingreso y por supuesto dar egreso lo más pronto posible. Bajo estas circunstancias, el monitoreo en casa de las contracciones se intensifica y por supuesto hemos optado por medidas más agresivas de deambulación temprana, progresión de dieta y alta temprana”.

Igualmente es importante entender las medidas de bioseguridad como las pruebas de hisopado a los pacientes que entren a cirugía electiva, como cesáreas programadas; pruebas rápidas en pacientes de urgencia y todas las medidas de bioseguridad al personal asistencial.

Como vimos, al momento de llegar al hospital, el monitoreo es clave, “todo depende de las condiciones propias de cada paciente, no es igual un primer embarazo con factores de riesgo como diabetes e hipertensión que un segundo o tercer embarazo sin factores de riesgo; pero indudablemente la deambulación durante la labor, hidratación preferiblemente oral, comodidad de la paciente y monitoreo del bebé son primordiales, así como establecer contracciones regulares y de progresión en intensidad para conseguir cambios que permitan el parto”.

¿Cómo se determina si será un parto natural o cesárea?

El proceso de parto es natural y hace más de 50 años se establecieron curvas de normalidad y patrones a seguir. Cuando estas curvas se salen de lo normal, aumentan los riesgos de problemas y se estima realizar una cesárea. Estos problemas pueden ser mayores desgarros, dificultad o imposibilidad para el parto y por supuesto lo más temido, el sufrimiento fetal. En todo momento, debe monitorear la evolución y respetar esas curvas de normalidad.

¡Y llegó el gran día! Luego que hayas avisado a tu médico y llegues a nuestra admisión o urgencias, es muy probable que te dirijan al área en la cual estarás mientras estés en labor, antes del momento preciso del parto. Si eres cesárea programada o resulta que el médico determine que el parto será por cesárea en este momento, puede que continúes directamente a prepararte para la operación.

Pero mientras estás en esta área, nuestras enfermeras obstetras te van a acompañar en cada momento. Tal como nos dice Miss Delka Rodríguez, Jefa de Partos del Hospital Paitilla: “El trabajo de parto es diferente para cada mujer, por ende los cuidados de enfermería son individualizados basados en la necesidad de cada paciente”.

“La labor de parto genera muchas incertidumbres y ansiedad por todo lo que implica. Nos enfocamos en que la paciente y el esposo se empoderen de la labor, atrayendo pensamientos positivos en todo momento; así, hay un entorno empático y amigable” nos indica Miss Delka.

La principal misión de las enfermeras en esta área es monitorear a la paciente y al bebé de forma intermitente y mantener constante contacto con el médico. Pero también son pieza fundamental para aliviar en lo posible los malestares de la paciente, manteniéndola en movimiento para contribuir a la labor de parto, ya sea caminando o utilizando la bola de pilates y aplicación de calor si contribuye al bienestar de la paciente.

Mientras llega el momento del parto, guiarán a la paciente a pujar cuando venga la contracción. En la mayoría de los casos las pacientes lo hacen espontáneamente, se le orienta a como respirar en los periodos de descanso, se valora la FCF cada 15 o 20 min, se anima a la paciente en todo momento; si no hay contraindicaciones, se apagan las luces, se aplica calor, se ofrece agua o jugo si lo quiere.

Si después de un periodo de expulsión prolongado o un sufrimiento fetal inminente no se ha logrado el parto natural, se prepara la paciente para cesárea por indicación médica. Durante la estancia de la paciente en el quirófano, madre y bebé son vigilados hasta el nacimiento del mismo, y desde este momento se trata de mantener juntos al binomio madre e hijo/a, que representa la acción más importante durante este proceso.

Tras tantos años de recibir bebés en Hospital Paitilla, por supuesto conllevan anécdotas. Tal como nos dice Miss Delka: “Una vez había un parto y llegaron con la parturienta como 20 familiares y la enfermera obstetra muy amablemente pero firme, les indicó que debían salir, que no se podían quedar con la paciente, que las normas del Hospital así lo establecían. Pero los familiares rehusaron a salir. La enfermera habló con el grupo y les indicó que su función era proteger a la mamá y al bebé de infecciones y además era responsable de vigilarlos durante la labor de parto y expulsivo y que el bebé al nacer no trae defensas y todos ellos representaban un potencial foco de infección, tanto para la madre como para el bebé y que ella como enfermera estaba dispuesta a luchar para lograr su objetivo de proteger al bebé y solo estaba pidiendo quién quería acompañarla a lograr ese objetivo. Todos los familiares se retiraron a la salita de espera, sin decir una palabra”.

¡Y ya nació el bebé! Entre llantos de alegría, risas, selfies y chats celebramos el nuevo nacimiento. Para hablar de este tema nos acompaña el doctor Pedro Vargas, pediatra del Hospital Paitilla, a quien le preguntamos qué es lo primero que se hace cuando nace el bebé: Primero se le seca bien porque viene mojado de líquido amniótico de la cavidad uterina donde estaba. Es necesario hacerlo porque se expone a temperaturas más bajas en la sala de partos o de operaciones de las que tenía en la cavidad uterina de su madre, y de no hacerlo prontamente, se enfriaría peligrosamente. Luego se le hace una exploración física rápida que permita determinar que no hay ninguna condición anormal que atenta contra su vida. Usualmente alguna otra persona o el mismo pediatra o neonatólogo observa por respuestas del bebé para calificarle con una forma estandarizada y universal, la Calificación de Apgar. “Luego, yo favorezco llevarlo a la madre y de ser posible, ponerlo sobre su pecho para que explore y succione si lo desea”.

¿Qué es el Apgar?

La calificación de Apgar o Apgar’s Score, en inglés, fue creada por la doctora Virginia Apgar, anestesióloga, después de observar las reacciones y condiciones de muchos niños al primer minuto de haber nacido y a los 5 minutos de vida. Es una calificación que nos informa sobre el estado de vigor del niño mediante la observación y auscultación por 5 signos o señales:

1. Apariencia del niño, es decir su color.

2. Pulso del niño, es decir su frecuencia cardiaca que se hace con un estetoscopio sobre el área precordial.

3. Gesticulaciones del niño, o de su respuesta a los estímulos externos.

4. Actividad del niño, que se califica observando su tono muscular y sus movimientos. movimientos.

5. Respiración del niño, mediante la evaluación de la calidad de su llanto.

Nos indica el doctor Vargas, “como pueden darse cuenta, esta nemotecnia es muy útil: A cada uno de estos 5 elementos se le da un valor de 0, si no están presentes, y de 2, si están dentro de parámetros consensuados. Toda calificación arriba de 6, es decir, 7, 8, 9 y 10 se considera buena. Toda calificación entre 4 y 6, se considera regular. Toda calificación debajo de 4 es de riesgo. Lo que se espera es que una calificación mejore a los 5 minutos de vida si el niño no ha estado expuesto a situaciones de riesgo de larga duración durante la labor del parto, como aquellas que producen asfixia. Algunas malformaciones o enfermedades fetales también deterioran la calificación de Apgar. Por eso, que desde el punto de vista de pronóstico neurológico o vital, el Apgar a los 5 minutos tiene más valor que el Apgar calificado al minuto 1 de vida. Es importante señalar que los relojes comienzan a marcar estos minutos cuando se ha producido el nacimiento íntegro del bebé: si viene de cabeza, cuando han salido los pies; si viene de pies, cuando ha salido la cabeza”.

Nunca están de más las recomendaciones del doctor al llegar a casa. Sobre esto el doctor Vargas nos dice: “Considero que hay 3 áreas que no pueden despreciarse al momento de preparar a los padres para la salida”.

1. La primera, sobre la alimentación con leche del pecho materno, a demanda, sin horarios y con técnica.

2. La segunda, sobre la forma de acostar al bebé a dormir: sobre su espalda, ni de la lado ni sobre su abdomen. Hay que explicarles a los padres y personal de cuidado que la posición sobre la espalda no constituye ningún riesgo de ahogarse con la devolución de alimento y es muy sencillo si les señalamos la relación que guardan el esófago y la tráquea en los seres humanos, así como informarles de los estudios de sueño que se conocen en el recién nacido y que favorecen el sueño muy profundo en la posición de dormir sobre la espalda.

3. Tercero, sobre la temperatura del cuarto (no tan fría), uso de un colchón firme y sin almohadas ni triángulos, ni rectángulos, ni elevaciones de la cabeza del bebé.

Igualmente los padres deben conocer sobre situaciones regulares que no indican dificultad como son la respiración periódica de los niños, el hipo, la curva de evolución de la bilirrubina fisiológica, es decir, aquella que no está relacionada con enfermedad alguna; el paso de meconio por varios días y la ausencia de un “hábito fecal” en el recién nacido; cómo vigilar su estado de hidratación mediante la observación de la frecuencia de la micción urinaria, porque los riesgos de deshidratación se dan más entre parejas madre e hijo, sin experiencias. Las medidas de primeros auxilios deben explicarse de forma sencilla y sin tomar actitudes agresivas para reanimar, que pueden ser contraproducentes para el recién nacido. Lo ideal sería que todos los futuros padres, hicieran cursos de resucitación básicao.

Ya cuando el bebé es trasladado al piso de maternidad, es recibido también por un grupo de enfermeras que le atenderán en la Sala de Recién Nacidos. En este caso, Miss Julia Denis, Jefa de Neonatología del Hospital Paitilla nos cuenta qué es lo primero que van a evaluar en el recién llegado: “La primera valoración o monitoreo que realizamos del recién nacido es el secado inmediato de la piel, para asegurarnos que no tengamos perdida de calor por la humedad, es prioridad colocarlo en un medio que le proporcione calor como la incubadora para evitar pérdidas por evaporación e hipotermia, y tratar de que el contacto con la madre piel a piel sea lo más pronto posible”.

Esta conservación del calor puede implicar que el aseo del bebe podría retrasarse hasta 24 horas, la prioridad debe ser estar junto a su madre apenas llegue a la habitación y fomentar la lactancia materna. Las enfermeras del área de maternidad ayudarán a establecer ese lazo madre-hijo enseñando y guiando en el proceso de dar pecho. “Se enseñan técnicas de amamantamiento y se orienta sobre la importancia de la lactancia materna, a su vez se realizan rondas para monitorear la adecuada alimentación del bebe recién nacido”, nos indica Miss Denis.

Además de apoyar y motivar el proceso de lactancia, en la recuperación post- parto se le asiste a la nueva madre con la manipulación del bebé, se orienta sobre sus cuidados y el día de la salida se brindan instrucciones sobre el baño, alimentación, limpieza del cordón umbilical y cuidados del bebé que la ayuden a sentirse más tranquila en su nuevo rol.

Acerca de Hospital Paitilla

Fundado en 1975, el Hospital Paitilla es un hospital privado de atención de tercer nivel, el cual forma parte del Grupo Hospiten. Cuenta con un prestigioso grupo de profesionales en todas las especialidades médicas y más de 600 colaboradores. En la actualidad, ofrece una amplia gama de facilidades hospitalarias y de servicios técnicos, diagnósticos y terapéuticos. Desarrolló el portal de resultados que permite conocer en línea los datos de los exámenes de laboratorio y radiología y actualmente se encuentra en la primera fase de reforma estructural y tecnológica de su plan maestro.

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