Carlos se inició como fumador cuando era adolescente. Probó. Al principio no le gustó tanto el vapor tibio y sabor medio extraño que experimentó en su paladar, pero para estar “en onda” con sus amigos, encendía el palillo blanco de intermedio tono color mostaza oscuro.
En ese entonces, la cajetilla chica de cigarrillos le costaba menos de un dólar, gasto que podía sortear sin mayor reparo. Pasó la secundaria y entró a la universidad, y su costumbre de fumador social adquirió relevancia.
Ahora, a sus 32 años, Carlos ve el humo como parte de su pasado. Se metió a ciclista y no le emociona pagar cerca de 5 dólares por una “cajetilla de blancos” que le haría daño a su organismo. Con la entrada en vigor de la Ley N°13 del 24 de enero de 2008, se eliminó del comercio la venta de cigarrillos individuales y cajetillas pequeñas para prevenir que menores de edad tuviesen acceso por el costo del producto.
Antes de volverse fanático del pedal, Carlos sintió las restricciones que la ley imponía. Se le tornó incómodo el entorno para su consumo.
En la discoteca no podía fumar. Y sentía que se arruinaba el trip cada vez que debía salir del local para inhalar el aire espeso del cigarrillo. En su apartamento solo podía exhalar el humo en espacios de tránsito de inquilinos y propietarios, denominadas “áreas comunes” en la normativa antitabaco.
Esa sensación de rechazo o marginación la experimentan cada vez más los fumadores activos en Panamá, un restante 6.4%, según reveló en 2010 la Encuesta de Prevalencia de Factores de Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares. La ley ha prohibido el humo blanco en sitios de gran concurrencia para limpiar el aire y no afectar la salud pública.
Los aliados contra la cortina nociva en Panamá, modelo en la región de la lucha antitabaco, preparan un proyecto de ley que asegura poner la cuerda más cortita a las tabacaleras, en un intento por frenar la nube de nicotina esparcida en el aire, que al año lleva a la tumba a más de 6 millones de personas en el mundo, de los cuales 600 mil son individuos que nunca se inclinaron por fumar, pero que estuvieron expuestos al humo.
El humo desvanecido de la pantalla
Marilyn Monroe y Audrey Hepburn, actrices emblemáticas de Hollywood, solían posar para las cámaras con una pipa o cigarro presumiendo de su estilizada figura. Algunas de sus fotografías más memorables incluyen el pitillo entre sus delicadas manos. Hepburn, por ejemplo, expone la faceta de fumadora en su papel de Holly Golightly en el clásico Breakfast at Tiffany’s.
Este tipo de instantáneas ilustran cómo la publicidad disfrazaba el escenario para atraer a nuevos consumidores hacia el tabaco.
Se tenía el concepto de que en las mujeres fumar les daba un aire “glamuroso y de prestigio”, explica Nélyda Gligo, presidenta de la Coalición Panameña contra el Tabaquismo (Copacet) sobre el daño que por décadas se perpetuó de manera subliminal en la gran pantalla.
En el caso de los hombres, el personaje de la marca Marlboro fue el más exitoso. Incluso los creativos hicieron una búsqueda de un individuo real en los rodeos estadounidenses. “Se envió el mensaje de que el hombre al fumar reafirmaba su virilidad”, argumenta Gligo.
Un apuesto vaquero en su caballo aún se pasea por la mente de televidentes, que recuerdan el anuncio que incitaba a encender la chispa de la humarada. Aunque el final de la vida de los caballeros no pareció tan halagadora, la mayoría (cuatro de los modelos contratados para los anuncios en diferentes épocas) falleció por enfermedades respiratorias relacionadas con el consumo del tabaco, según la prensa internacional, que se dio a la tarea de reportar las causas de cada deceso.
Las alas de la publicidad en materia de tabaco fueron cortadas desde 2008 con la aplicación del artículo 14 de la Ley N° 13 en Panamá, que adopta medidas contra el tabaco y sus efectos nocivos en la salud.
Sin embargo, los gremios antitabaco piensan redoblar las restricciones para acabar con el mal de raíz. Se trata del anteproyecto de ley 136, presentado para reformar la ya existente normativa.
Entre sus nuevas solicitudes viene la unificación de empaquetado de los cigarrillos. Una presentación austera que advierte al consumidor de los daños que produce a largo plazo el producto, y además se inhibe cualquier diseño o color que atraiga a la vista, especialmente a los más jóvenes, a comprar cigarrillos.
La misma idea es promovida en el mundo por medio de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Le llaman el empaquetado neutro, y hoy, en la celebración del Día Mundial sin Tabaco, será el tema bandera de la organización.
“El empaquetado neutro es una importante medida de reducción de la demanda, disminuye el atractivo de los productos de tabaco; restringe el uso de los paquetes de tabaco como soportes para publicitar y promover el tabaco; limita el empaquetado y etiquetado engañoso, y aumenta la eficacia de las advertencias sanitarias”, describe el sitio web de la OMS.
Según la OMS, solo 29 países, que representan el 12% de la población mundial, han prohibido completamente todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
Para Panamá, que ha sido proclamado el país líder en la lucha contra el tabaco por su eficiencia en la adopción de medidas preventivas, se gestionan otras alternativas, como la expedición de una licencia (con costo de 3 mil a 50 mil dólares) para los vendedores de los productos derivados del tabaco.
Seguirán recortando los espacios disponibles para fumar. “No se podrá fumar en los balcones de los apartamentos, y los restaurantes tendrán que eliminar el humo de sus terrazas, porque hemos escuchado las quejas de madres que desean comer en espacios abiertos con sus niños, pero resulta que allí está designada el área de fumadores”, dice Gligo.
Copacet incluye entre sus propuestas hacerle frente al cigarrillo electrónico y al narguile (pipa de agua), que son mecanismos modernos más gustados entre los jóvenes, pero que tienen alto grado de toxicidad y riesgos de provocar cáncer.
Impacto del humo en la salud
Inflamación de las vías respiratorias, bronquitis crónica, enfisema pulmonar y diversos tipos de cáncer, son algunos de los males que pueden desarrollar los fumadores, se reitera en el Día Mundial sin Tabaco.
Al dejarlo, el consumidor podrá disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y pulmonares obstructivas, tendrá más energía a la hora de hacer ejercicios, la tos desaparece, y el mal aspecto de dientes, piel y uñas mejora considerablemente, comparte Luis Vásquez, neumólogo del Centro Médico Paitilla.
Los no fumadores, al estar expuestos por mucho tiempo al humo del cigarrillo, pueden padecer de asma, infecciones respiratorias y alergias, ya que es un agente irritante. En cuanto a los cigarrillos eléctricos y narguiles, el especialista comenta que estos contienen menos tóxicos que el tabaco, pero pueden producir inflamaciones por su uso frecuente.