Diminutas, absorbentes y bienhechoras, las semillas de chía pueden catalogarse como píldoras naturales capaces de revitalizar el cuerpo del más endeble de los mortales.
Quienes vieron en las pardas circunferencias el poder nutritivo fueron los mayas. Hace siglos descubrieron que al mascar los grumitos la agilidad les volvía al cuerpo, de esa manera podían trabajar sin que la fatiga los doblegara o para que no desmayaran los guerreros en el campo de batalla.
Solo ahora, en la modernidad, lo que ha obligado a recurrir a la ancestral receta es la necesidad de limitar el consumo de comida. A la chía se le atribuye la característica de inhibir el deseo de comer, aportando la sensación de saciedad.
Cristina de Moscote
Health coach de Sattva Wellness Bar en Clayton
Por eso, los más prodigiosos de las cocinas han creado mil maneras de combinar la semilla, que por cualquier paladar pasaría sin reproche. Su sabor, asemejado a la nuez, la convierte en la composición perfecta para los devotos de la ingesta saludable.
Sus bondades son tan diversas como los alimentos que puede suplantar. Por ejemplo, provee cinco veces más calcio que la leche; duplica la fibra de la avena, la proteína de cualquier verdura o el potasio del plátano y además triplica los antioxidantes de los arándanos o el hierro de una espinaca.
No en vano la chía se ha ganado su sitial en la lista de los denominados superalimentos (super foods). Y desde el 2013, la Unión Europea le cedió un puesto en los productos horneados en las panaderías y cereales hasta un 10% para aprovechar sus nutrientes en los desayunos, según reportó el diario español ABC.
Su riqueza nutricional abarca una importante cuota de ácidos grasos concentrados como el Omega 3.
El consumo de esta semilla, reconocida en la botánica como salvia hispánica, según publicaciones diversas, incrementa la energía, regula los niveles de azúcar y el apetito, así como mejora la digestión y contribuye a la restauración de la flora intestinal.
Secreto maya vuelve para conquistar
Las semillas de chía tienen la capacidad de almacenar de 10 a 12 veces su peso en agua.
“Un beneficio que ayuda a mantener el organismo hidratado por horas”, explica Cristina de Moscote, health coach egresada del Integrative Nutrition Institute de Nueva York, EU.
Las minúsculas esferas pueden ser integradas a ensaladas, jugos, batidos, sopas y panes, sin que el sabor se altere por su presencia.
Resultan un oasis para los deportistas, quienes desean recobrar energías luego de sus sesiones de entrenamiento y son un remanso en la dieta para las personas alérgicas al gluten, pues su composición está exenta de harina.
Bueno es, pero...
Los expertos advierten que no porque la chía sea nutritiva hay que abusar de su consumo.
De Moscote recomienda que la chía sea introducida en la alimentación durante las primeras horas del día para que su aporte calórico pueda ser aprovechado en las funciones del organismo durante el transcurrir de la jornada.
En el gimnasio
Una forma práctica de adaptarla a los preparados es esparciéndola en ensaladas o agregándolas a batidos energéticos, agrega De Moscote, quien funge como health coach en nutrición holística en el Sattva Wellness Bar de Clayton.
La nutricionista-dietista Mabel Rivera recomienda ceñirse a una onza o 30 gramos como máximo, puesto que esta porción aporta 146 calorías, si es utilizada como complemento alimentario.
En el caso de intentar sustituir algún otro alimento por las semillas de chía, se debe buscar “la guía de un profesional idóneo como el nutricionista”, indica la experta.
Contraindicaciones
Aunque el consumo de chía es provechoso en niños, adultos y ancianos, hay que tomar las precauciones y suspender su caso en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, recomienda Rivera. Así mismo -prosigue la dietista- en casos de personas con cuadros de diarreas, ya que al estimular el tracto intestinal podría aumentar las mismas; si se trata de pacientes medicados por diabetes o hipertensión, les puede causar descompensación al disminuir los niveles de azúcar en la sangre y la presión arterial; en quienes reciben tratamientos con anticoagulantes, les podría causar hemorragias.
¿De dónde viene?
Los cultivos de chía en Panamá son inexistentes, debido a que la humedad no es su mejor aliado.
Sin embargo, pasando la frontera, en Costa Rica, los territorios situados de 1,300 a 1,500 metros de altura sobre el mar son ideales para los sembradíos de la planta herbácea originaria de México.
Juan Luis Salas es uno de los agricultores en la región de San Ramón- Alajuela, dedicado por dos décadas a la comprensión de este cultivo orgánico, cuyo auge se ha elevado por el interés que ha despertado la poderosa semilla en celebridades de Hollywood como la actriz Gwyneth Paltrow, quien ha declarado su predilección por la chía.
El agricultor indica que una planta (dependiendo de su tamaño) puede producir entre 100 y 200 gramos de chía. Hay dos formas de obtener la chía.
Una manera es seleccionando las flores (donde se encuentran las semillas) y la otra es arrancando la planta para guindarla y esperar la caída de las semillas por gravedad. Es este procedimiento lo que hace que el coste del producto final sea elevado.
La cosecha se realiza exclusivamente en la estación seca. Hay que esperar cinco meses tras la siembra, ciudándola de la maleza y nutriéndola hasta su etapa de maduración, explica Juan Luis Salas.
Licuado de banana con avena y chía
Ingredientes:
(Rinde para 1 porción)
1 banana madura
1/4 de taza de avena cruda
1/2 taza de leche de almendras
1 1/2 cucharada de semillas de chía
5 gotas de extracto de vainilla
1 pizca de canela en polvo
1 taza de hielo
Preparación:
Ponga todos los ingredientes en el vaso de una licuadora. Licúe hasta que la mezcla tenga una consistencia cremosa. Sirva de inmediato.