“Monos cariblancos (Cebus capucinus) mandan #selfies del Parque Nacional #Coiba #Panama”, anunciaba un tuit desde la cuenta de @stri_panama en diciembre de 2015.
El rostro del cariblanco no podía ser más elocuente. El pequeño primate había descubierto un visor de la cámara oculta entre la maleza del Parque Nacional Coiba y la herramienta que servía a los científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) para detectar nuevas especies en la zona ahora se convertía en el juguete predilecto de los monos.
Airado, el mono se fijaba directamente en el visor, se paraba en primer plano, dejando espacio al entorno. Abría la boca y mostraba su perfecta dentadura.
“La cámara era algo discreta, pero los cariblancos lograban distinguir sombras de sus siluetas en el visor, y eso posiblemente los atraía”, relata el biólogo panameño Claudio Monteza, quien forma parte del equipo investigador del proyecto Tropical Ecology Assessment and Monitoring (TEAM) del Centro de Ciencias Forestales del Trópico en STRI.
Unas 40 cámaras fueron conectadas en unos 500 kilómetros de Coiba, para también identificar la presencia de potenciales mamíferos depredadores en la antigua isla prisionera. El disparador del flash se activaba sin la intervención humana, en su lugar unos sensores de movimiento alertaban al dispositivo de la proximidad de cualquier especie. Entonces, la cámara digital reproducía 10 instantáneas captando al animal detenido al frente o de paso.
Al sistema de captación de imágenes se le conoce entre los científicos como “fototrampeo”. Los monos cariblancos fueron los más fotogénicos, a juzgar por la colección recabada durante 100 días de evaluación para reconocer la diversidad de fauna presente en la isla por un grupo de 35 especialistas diversos, liderados por el investigador Omar López y el reconocido fotógrafo Christian Ziegler, cuyos trabajos se publican en la revista National Geographic.
No hubo descubrimientos de nuevas especies para el reino animal perteneciente al trópico en Coiba. Pero los investigadores pudieron constatar que al no haber presencia de potenciales depredadores, los monos cariblancos, de los más abundantes en la isla, solían pasearse por el suelo. Un comportamiento que difería de sus pares en otros sitios como el Parque Nacional Soberanía o el Monumento Natural Barro Colorado, en donde los primates suelen refugiarse en lo alto del dosel arbóreo para evitar ser presa de sus enemigos naturales.
“De esta forma, concluimos que los cariblancos de Coiba no se sienten amenazados por posibles depredadores, tanto que pudieron autorretratarse en las cámaras apostadas en el suelo con mayor frecuencia”, indica Monteza.
Autorretratos ayudan a la ciencia
"Uno no puede proteger lo que desconoce”, dice el biólogo Claudio Monteza.
Bajo esta premisa 35 investigadores de 8 nacionalidades, dirigidos por el holandés Patrick Hansen, llevan adelante un rastreo minucioso de la flora y la fauna en el trópico panameño a través del lente de cámaras digitales que son aliadas claves para el proyecto Evaluación de la Ecología Tropical y Monitoreo (por sus siglas en inglés TEAM), desarrollado bajo el andamiaje del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI por sus siglas en inglés).
Estudio fotográfico
Desde 2010, unas 80 mil fotografías tipo selfie de la fauna son recolectadas al año por la técnica del "fototrampeo". Este sistema consiste en observar a la naturaleza y a sus componentes por medio de la captura de imágenes y data desde 1926. Sin embargo, para la década de 1990 las cámaras fotográficas análogas solo podían captar una imagen por acercamiento.
“Eran cámaras con películas de rollo”, aclara Monteza, en relación al proceso que hacía el registro un poco más complejo para entonces.
Hace seis años, el sistema se modernizó implementando las cámaras digitales, lo que permite la captura en secuencia de 10 imágenes por activación. “Los animales se toman selfies porque la cámara tiene una pantalla como de 2 x 4 pulgadas, donde tiene el sensor a movimiento y el sensor a temperatura. Si ningún animal pasa en frente, la cámara se queda en modo hibernar”, explica el biólogo, que suma tres años en la tarea de recoger del campo los dispositivos cada 30 días para analizar y organizar los datos en el laboratorio y devolverlas después a sus respectivos sitios.
Especies frecuentadas por el 'flash'
En los reportes es común el avistamiento de ocelotes (manigordos), tapires (machos de monte), saínos, ñeques, osos hormigueros, gatos solos, mapaches mangleteros y una variedad de aves.
En el Parque Nacional Soberanía, por ejemplo, se ven, con más frecuencia, manadas de gato solos. “Ellos vienen siendo los chicos traviesos del bosque, porque les gusta hacer todo lo que les sea divertido”, describe Monteza mientras señala una fotografía donde el grupo gatuno sale retratado como si posara para una postal.
En tanto, los ocelotes han detectado en el sistema de "fototrampeo" la luz infrarroja de la cámara, la cual ha despertado en esta especie más de una “curiosidad” en varias ocasiones.
“Definitivamente el concepto de selfie-animal ha sido usado en muchas partes del mundo y se venía empleando mucho antes de que se popularizan los selfies en personas”, afirma Motenza con un asomo de ironía.
Por medio del monitoreo del esquema TEAM se puede conocer el número de las especies dentro del bosque, distinguir las especies residentes de las visitantes y reportar los cambios que se suscitan entre periodos o años.
Los datos recabados nutren una base alimentada a su vez por otros 15 sitios de clima tropical y templado en el mundo distribuidos en 3 continentes, entre ellos, Costa Rica, Ecuador, Perú y Brasil.
Las fotos y sus datos son de utilidad para llevar a cabo investigaciones en detalle, resalta. Si bien el programa vigente en la zona canalera desde el Monumento Natural Barro Colorado y el Parque Nacional Soberanía no ha detectado el surgimiento de especies nuevas a través de las selfies, sí se ha podido determinar la presencia de una especie rara, el hurón (Galictis vittata) por primera vez en Panamá en la zona conocida como Nuevo San Juan en Colón. “Del hurón solo se ha captado una fotografía en los últimos seis años”, agrega. También se ha detectado el paso del jaguarundi, ambos son mamíferos carnívoros.
Un acontecimiento de gran expectativa para la comunidad científica es el encuentro entre el coyote y el zorro cangrejero. “Estas dos especies son de interés porque el coyote está migrando desde Norteamérica al sur y el zorro cangrejero de Suramérica al norte. Por tanto, Panamá será el punto de encuentro de dos carnívoros que no se conocen aún”, argumenta el biólogo del evento que esperan pueda ser captado por el conjunto de cámaras que ahora son testigos de la cotidianidad en la selva tropical en el istmo.