La crianza es el único aspecto con el que los padres pueden trabajar, de forma temprana, aspectos relacionados con la conducta y comportamiento de sus niños, que serán útiles para su posterior desarrollo hasta la adultez.
Así lo percibe el psicólogo, docente e investigador Matthew R. Sanders, director del Centro de Apoyo para Padres y Familia de la Universidad de Queensland (Australia), quien en días pasados dictó una conferencia en el país con el nombre “El poder de una crianza positiva como estrategia para la prevención de violencia”, organizada por la Unidad de Neurociencias del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología y la Escuela de Psicología de la Universidad Latina.
El doctor Sanders, quien lleva tres décadas haciendo investigación científica vinculada en psicología clínica, específicamente la crianza, afirma en entrevista a este medio que la crianza positiva es un enfoque dirigido a criar niños haciendo énfasis en que todas las interacciones diarias con los hijos pequeños sean positivas.
Para tal fin, el doctor Sanders, creador de la estrategia Triple P (Positive Parenting Program) —que busca desarrollar herramientas prácticas y útiles para la paternidad, promoviendo niños saludables, estables y socialmente competentes— afirma que una de las claves para brindar una crianza positiva radica en fomentar “un aprendizaje positivo donde los niños reciben estímulos y retroalimentación positiva por aquellas acciones que hacen bien”.
La crianza influye en cada aspecto de la vida de un niño, explica el doctor Sanders.
La regulación de sus emociones, el lenguaje, las relaciones interpersonales, la salud física y mental, el éxito escolar y el triunfo en la vida del niño van de la mano de la forma en que el pequeño ha sido criado.
La crianza es, en sus palabras, “el factor más importante que influye en el desarrollo de los niños con el cual los padres pueden hacer algo al respecto”.
El doctor Sanders añade que lo más difícil de la crianza radica en tratar de equilibrar las responsabilidades familiares y de trabajo, y dedicar tiempo para construir relaciones sólidas con los niños, e invita a que los padres disfruten observando a los niños crecer, “viendo que cambian constantemente a medida que se desarrollan y se convierten en individuos especiales y únicos”.