La medicina del futuro se avecina para tratar el cáncer

La medicina del futuro se avecina para tratar el cáncer


La medicina del futuro está llegando poco a poco a nuestros días.

¿Considera posible que un paciente de cáncer de próstata pueda, por ejemplo, tratar su condición con el mismo fármaco que utilizaría una persona que padezca cáncer de seno o pulmón?

Bueno, esa tendencia farmacológica, conocida como la medicina genética del futuro, está dando sus primeros pasos en la actualidad, con miras a tratar el cáncer, pero no según el tipo de tumor que aqueje a la persona, sino en función de las mutaciones (cualquier cambio en la secuencia del ADN de una célula) específicas de su tumor.

Sobre este tema se conversó con el doctor español en genética humana Javier Benítez Ortiz, director del Programa de Genética del Cáncer Humano del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, un centro de investigación de cáncer en Madrid, España, que estudia los mecanismos del cáncer para prevenirlo, diagnosticarlo y tratarlo de forma oportuna.

La entrevista con Benítez Ortiz se realizó en Cartagena, Colombia, luego de que este presentara una charla sobre el impacto de la medicina personalizada en la práctica clínica durante un foro educativo de periodismo científico en salud.

En sus palabras, la medicina personalizada tiene como norte tratar pacientes con el fármaco correcto y con la dosis basada en su perfil genético, con el objetivo de obtener el mejor resultado clínico y evitar efectos secundarios y la toxicidad.

Benítez Ortiz brinda detalles como el auge de las pruebas para detectar mutaciones genéticas, así como el valor de la medicina preventiva y predictiva.

¿Cómo y quiénes podrán tener acceso a la medicina personalizada?

La medicina personalizada es un concepto del que se habla mucho en los últimos años, y es un término que engloba tanto el tratamiento farmacológico como la medicina predictiva [que permite determinar si una persona tiene mayor riesgo de desarrollar cáncer por tener mutaciones genéticas] y preventiva.

Estas dos últimas están basadas en los estudios genéticos de una persona o de una familia con riesgo a desarrollar una enfermedad. Digamos que en general, tiene acceso [a la medicina personalizada] la mayor parte de las familias, por medio de pruebas genéticas donde se realizan estudios genéticos. (...) Con la medicina preventiva y predictiva se puede identificar al paciente antes de que se desarrolle la enfermedad y tratar de poner los medios adecuados para que no se desarrolle.

Una vez que la persona tiene la enfermedad, entramos al tratamiento farmacológico y a la respuesta que va a tener ese tratamiento farmacológico en función de su “dotación genética”, por llamarlo de alguna manera. Aquí es donde el acceso [a esta alternativa] cambia, ya que no es algo que esté estandarizado, y es algo que requiere centros de salud específicos con una buena infraestructura y con un grupo de oncólogos e investigadores.

En mayo pasado durante la conferencia de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) se divulgó que el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos emprenderá el mayor ensayo clínico en medicina oncológica de precisión (NCI-MATCH) que busca tratar las enfermedades en función de las mutaciones específicas del tumor y no sobre el tipo de cáncer. ¿Se podría decir que la medicina genética del futuro ya está aquí?

Acabas de definir la medicina genética del futuro. Está basada en este tipo de estudios, que se presentó en ASCO, y que está centrado en un estudio que comenzó el Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Esta [tendencia] consiste en que a partir del momento en que todo paciente sea diagnosticado con un determinado cáncer, se le haga una secuenciación del exoma.

Esta secuenciación permite analizar los 20 mil genes del exoma y ver qué alteraciones genéticas se producen en él; la idea no es solamente ver las alteraciones en el momento del diagnóstico, sino observarlas al cabo del tiempo — cuando el paciente puede hacer una metástasis de la enfermedad— para ver qué cambios se han producido. La idea es observar que hay cambios tanto al inicio como al final de la enfermedad, y esos cambios son los que van a marcar la pauta terapéutica.

¿Qué tan cierto es que en un futuro un paciente con cáncer de pulmón, por ejemplo, podrá ser tratado con una medicina originalmente indicada para otro tipo de tumor con el que comparte una misma mutación?

Esta es otra de las grandes sorpresas que estamos observando. Y es que estamos viendo que los genes específicamente asociados en un determinado tipo de tumor están participando en más tipos de tumores, y no solamente en ese tumor en concreto con el que se había trabajado toda la vida.

Esto abre las expectativas para el tratamiento de esos otros tumores (...) De esta manera, se abrirán nuevas vías [de tratamiento], lo cual siempre es muy positivo.

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