Al rescate de la fauna agreste



El pasado martes, tres perezosos estrenaron un nuevo hogar en la selva istmeña.

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Los perezosos no son mascotas

Dos incendios forestales y la reducción de una zona boscosa en el sector de Panamá Oeste para construir nuevas residencias, los había dejado desamparados, deshidratados y en muy mal estado físico, recuerda Néstor Correa, presidente de la Asociación Panamericana para la Conservación (APPC).

Tras varios días de cuidados, estos mamíferos folívoros, dos de ellos de tres dedos o bradypus variegatus, y uno de dos dedos o choloepus hoffmanni, fueron reubicados en un nuevo hábitat en las inmediaciones del Gamboa Rainforest Resort, ante la mirada y custodia del personal del Ministerio del Ambiente y del citado hotel.

Dato

El Centro de Vida Silvestre ofrece giras de 30 minutos guiadas por miembros de la APPC.



Afirma la directora de la APPC, Yiscel Yángüez, que la fragmentación de los bosques es una de las amenazas que más experimentan estas especies, a causa del ser humano y sus actos.

“Para desplazarse, el perezoso utiliza los árboles y al no haber conexión entre el dosel forestal, tienen que bajar al suelo”, apunta Yángüez, explicando su poca habilidad para desplazarse sobre concreto o asfalto, donde suelen ser víctimas de atropellos vehiculares, ataque de perros o electrocutados.

De otro modo, podrían vivir entre 15 y 20 años, a pesar de sus depredadores naturales: serpientes, jaguares, águila harpía y coyotes, por ejemplo.

Para la APPC el rescate de la fauna, sobre todo de los perezosos, se ha convertido en una iniciativa estandarte que compatibiliza con el ideal de este colectivo sin fines de lucro, que aspira a crear consciencia en la comunidad nacional y fomentar una mayor educación e interacción con la fauna agreste.

Así, en noviembre de 2015 y con el apoyo de Empresas Bern, el grupo ambientalista creó el Centro de Vida Silvestre, que desde el complejo hotelero situado en Gamboa, ofrece un pabellón educativo abierto al público en general.

Se trata de un recinto cercano al lago, que cuenta con una clínica veterinaria, una pequeña muestra de taxidermia y algunas especies silvestres que conforman los programas de rescate que continúa la APPC.

En 2015, informa Correa, el colectivo que preside logró rescatar a 65 perezosos, que fueron liberados en los parques nacionales cercanos a la cuenca del Canal de Panamá.

En lo que va de 2016, se han redimido unos 30 perezosos. “En parte, por la sequía que contribuye con la pérdida de su hábitat natural y los obliga a desplazarse en busca de alimento”, agrega Yángüez.

Por otro lado, la expansión de las fronteras urbanas durante los últimos cinco años, también ha provocado que se incrementen rescates en zonas residenciales, siendo Nuevo Arraiján, Las Cumbres, Clayton, Albrook y Chilibre, algunos de los puntos del país que reportan un número considerable de perezosos desorientados y despojados de su hábitat natural.

Recinto de diversidad

El Centro de Vida Silvestre abrió sus puertas en noviembre de 2015 con la premisa de educar a la comunidad sobre el rescate y rehabilitación de la fauna istmeña.

Se trata de un pabellón instalado dentro del Gamboa Rainforest Resort, que le ha permitido a la Asociación Panamericana para la Conservación (APPC), aumentar su capacidad de rescate y abrir una ventana educativa para que el público pueda aprender sobre el rescate animal y la biodiversidad que conforma el país, explica su presidente y director asociado, Néstor Correa.

Este sitio, abierto a la comunidad de miércoles a domingo, cuenta con especies que han sido heridas o se encuentran huérfanas y desorientadas, siempre bajo el cuidado especial de este colectivo y voluntarios que apoyan esta iniciativa.

Perezosos, armadillos, lagartos y una jaguar, conforman el inquilinato de este espacio dedicado a la naturaleza.

El Centro de Vida Silvestre ofrece giras de 30 minutos guiadas por miembros de la APPC.

Particulares, niños y estudiantes universitarios, tanto locales como extranjeros, conforman el inventario de visitas al centro durante los últimos cuatro meses.

Para asistir, es necesario reservar al menos 24 horas antes, y solo se atiende a grupos limitados de 25 personas, en dos horarios, 11:00 a.m. y 12:00 p.m., con una donación de 7 dólares los adultos y 4 dólares por niños entre los 5 y 12 años, colaboración monetaria que sirve para costear los gastos de alimentación y atención médica de los representantes de la fauna.

La APPC atiende también reportes de animales silvestres heridos o huérfanos en el teléfono 6497-7223 o en su correo electrónico info@appcpanama.org.

Más información en www.appcpanana.org.

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