A pocos días de celebrarse la Asamblea General de las Naciones Unidas (convocada del 18 al 22 de septiembre), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) y el Banco Mundial advirtió que, al ritmo actual de reducción, la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de erradicar la pobreza en todas sus formas no se cumplirá en el 2030.
La advertencia fue dada en el informe Tendencias mundiales de la pobreza monetaria infantil según el umbral internacional de la pobreza donde se estima que 333 millones de niños en todo el mundo, es decir, 1 de cada 6 vive en la pobreza extrema.
La situación retrata que los niños son los que más sufren a causa del estancamiento en la reducción de la pobreza extrema en el mundo.
De hecho, el estudio recuerda que los niños representan más del 50% de las personas extremadamente pobres, a pesar de representar solo una tercera parte de la población mundial y alerta que tienen más del doble de probabilidades que los adultos de vivir en hogares en situación de precariedad límite sin los alimentos, el saneamiento, la vivienda, la atención médica y la educación que precisan para un desarrollo sano que les permita un futuro mejor.
El documento publicado el pasado 13 de septiembre concluye que el número de niños y niñas que vive con menos de $2.15 al día disminuyó de 383 millones a 333 millones, es decir, un 13% entre 2013 y 2022.
Los expertos plantean en el informe que las repercusiones económicas de la covid-19 causaron la pérdida de tres años de progreso, debido a las perturbaciones relacionadas con la covid-19.
La pobreza infantil en Panamá
El análisis cubre la pobreza infantil con base en las tres líneas de pobreza internacionales, es decir, las personas en pobreza extrema que viven con $2.15, las de ingresos medios bajos con $3.65 y la de ingresos medios altos con un monto de $6.85.
En Panamá, se estima que 1.5% de los niños vive con $2.15 al día. Mientras que 6% de la población con $3.65 y 19.7% con un monto de $6.85, según el documento de Unicef y el Banco Mundial.
Datos de Unicef en Panamá indican que el 33% de niños, niñas y adolescentes en Panamá (453 mil) viven en situación de pobreza multidimensional (privaciones y carencias), y 25% de ellos se encuentran en la comarca Ngäbe-Buglé.
De hecho, la proporción de niños en pobreza extrema ha disminuido en todas regiones, excepto en América Latina, donde se ha mantenido constante en alrededor del 3%.
La directora Ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, subrayó que acabar con la pobreza infantil es una opción política, que permite garantizar que todos los niños tengan acceso a los servicios esenciales, como la educación, la nutrición, la atención sanitaria y la protección social, al tiempo que se abordan las causas profundas de la pobreza extrema.
“Hace siete años, el mundo prometió acabar con la pobreza infantil extrema para 2030. Hemos hecho progresos y demostrado que, con las inversiones y la voluntad adecuadas, hay un camino para sacar a millones de niños de lo que a menudo es un círculo vicioso de pobreza”, dijo.

Las propuestas
Para poner fin a la pobreza extrema y compensar el retroceso de la pandemia, Unicef y el Banco Mundial instan a los gobiernos y aliados a “garantizar un enfoque continuo en los niños y niñas que viven en pobreza extrema en países de ingresos medio-bajos y bajos y en contextos frágiles”. También a dar prioridad a las agendas destinadas a abordar la pobreza infantil, incluida la ampliación de la cobertura de protección social para los menores, de forma que llegue a quienes viven en hogares “extremadamente pobres”.
Adicionalmente, abogan por diseñar políticas públicas para llegar a las familias numerosas, con niños pequeños y en zonas rurales; aumentar el acceso a las prestaciones infantiles universales como “medida probadamente eficaz para reducir la pobreza” o diseñar programas de protección social inclusivos, teniendo en cuenta la discapacidad y las necesidades específicas de género.
Las estimaciones de pobreza para 2020, 2021 y 2022 se han “pronosticado ahora”, es decir, se han utilizado las tasas de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para pronosticar los ingresos de los hogares, asumiendo que todos los hogares experimentan un crecimiento igual del consumo en términos porcentuales, remarca el documento. Los umbrales internacionales de pobreza se actualizaron en 2022.