Un 23% de la población infantil en Panamá vive sin acceso a una gestión de agua segura. Esto comprende a 281 mil 927 niños, niñas y adolescentes de un total de 1,232,585, según el informe Situación de los Niños, Niñas y Adolescentes en Panamá, que utiliza los datos del XII Censo de Población y Vivienda 2023.
El informe, divulgado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), destaca que una gestión segura de agua implica el acceso a través de acueductos públicos gestionados por el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), sistemas comunitarios, acueductos particulares, agua embotellada o cisternas, siempre que el agua potable esté disponible dentro de la vivienda.
El objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “Agua limpia y saneamiento”, reconoce el acceso al agua potable y al saneamiento como derecho humano fundamental, derivado del derecho a un nivel de vida adecuado establecido en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
En Panamá, los niños, niñas y adolescentes que viven en hogares sin gestión segura del agua se concentran principalmente en la comarca Ngäbe-Buglé (33%), seguidos de los que se encuentran en las provincias de Panamá (11%) y Bocas del Toro (10%).
El Idaan cuenta con 152 acueductos y 59 plantas potabilizadoras en el país. No obstante, la entidad reconoce que aún faltan al menos 1,700 kilómetros de tuberías de agua potable por instalar. La entidad proyecta optimizar la red y aumentar la producción durante la presente administración gubernamental.
Otro dato preocupante es que el 35% de la población infantil y juvenil, equivalente a 429 mil 624 niños, no tiene acceso a servicios de recolección de basura. Este problema afecta especialmente a las comarcas Kuna Yala, Emberá-Wounaan y Ngäbe-Buglé, así como a las provincias de Darién y Bocas del Toro.
Además, el 17% de los niños vive sin saneamiento adecuado, lo que afecta a 211 mil 260 menores. La mayor proporción de estos niños y adolescentes se encuentra en las comarcas Kuna Yala y Ngäbe-Buglé. La Convención sobre los Derechos del Niño establece que todo menor tiene derecho a vivir en un entorno seguro y digno, con acceso a servicios básicos de agua, saneamiento e higiene.
El informe también revela que un 15% de los niños, niñas y adolescentes en Panamá vive en condiciones de hacinamiento. En áreas urbanas, esta cifra es del 8%, mientras que en zonas rurales se eleva al 24%.
Adicionalmente, 10 mil 857 niños habitan en viviendas improvisadas, y 7,255 viven con sus familias en cuartos de vecindad. Respecto al material de las viviendas, predominan paredes de bloque, ladrillo o concreto, seguidas de madera. Sin embargo, hay viviendas con paredes de palma, paja, bambú o palos.
El acceso a la electricidad también es limitado: 117 mil 667 menores, equivalentes al 10% de la población infantil, no cuentan con este servicio básico.
Sandie Blanchet, representante de Unicef en Panamá, señaló que los datos del censo permiten examinar a profundidad la situación de los grupos más vulnerables, como los niños indígenas y las madres adolescentes. “Este análisis nos muestra que estos grupos están en mayor riesgo de exclusión. Por ello, la implementación de políticas públicas con enfoque de equidad es esencial para asegurar que todos los niños y niñas, incluidos los más desfavorecidos, puedan alcanzar su máximo potencial”, afirmó.
Blanchet reiteró el compromiso de Unicef de apoyar al Estado panameño para garantizar que ningún niño quede atrás. Según indicó, visibilizar la situación de los más excluidos es el primer paso para catalizar acciones, compromisos e inversiones que permitan brindar oportunidades igualitarias, contribuyendo al desarrollo del país.
“Esperamos que este análisis de la niñez según los datos del Censo pueda ser utilizado como instrumento clave para priorizar y focalizar políticas públicas, asegurando una inversión sostenida y equitativa para que todos los niños, niñas y adolescentes vean realizados todos sus derechos y alcancen su pleno desarrollo”, concluyó Blanchet.