Autoridades locales, ambientalistas y expertos en el tema urbano tienen fijada su mirada en el ambicioso proyecto Panamá Global City, cuyo desarrollo abarcará tres corregimientos: Tocumen, 24 de Diciembre y Pacora.
Esto, luego de que el Consorcio PGC Developers, S.A. volviera a presentar el estudio de impacto ambiental al Ministerio de Ambiente para esa obra. Anteriormente lo hizo en 2015, pero fue retirado por el propio promotor para realizarle cambios.
Panamá Global City planea desarrollarse en una superficie de 542.85 hectáreas, según el documento ambiental. Además, señala que “contribuirá a la consolidación de Panamá como un hub logístico y de negocios a nivel internacional, a través de un desarrollo de usos mixto, compatible y complementario con la expansión del Aeropuerto Internacional de Tocumen”.
Este desarrollo implica varios componentes. Uno tiene que ver con un área comercial y logística, también hay espacios destinados al turismo urbano de alta densidad; mientras que se propone un área residencial.
De acuerdo con el estudio, los usos propuestos para las áreas cercanas a la expansión de la tercera pista del Aeropuerto Internacional de Tocumen no son residenciales, ni hospitalarios u otros incompatibles con el nivel de ruido resultante de la terminal aérea, sino de uso en su mayoría logístico.
Precisamente para el biólogo del Centro de Incidencia Ambiental, Isaías Ramos, la actividad en el aeropuerto se puede ver afectada por este proyecto, debido a su gran extensión. A la vez, señaló posibles amenazas para la zona de amortiguamiento del área protegida humedal bahía de Panamá y a cinco urbanizaciones que están alrededor de ese futuro desarrollo.
Ramos plantea que Panamá Global City pasará por cinco recursos hídricos de la zona este del distrito de Panamá como lo son: el canal La Siesta, río Cabuya, río Cabra y sus ramales A y B.
ALCALDÍA LO RECHAZA
Este desarrollo también encontró su oposición en la Alcaldía de Panamá. De hecho, así lo han dado a conocer el alcalde, José Isabel Blandón, y la vicealcaldesa, Raisa Banfield.
Esta última indicó ayer que desde que comenzaron los estudios con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y una misión técnica de Holanda sobre esa zona que con frecuencia se inunda, no están aprobando este tipo de proyectos.
“Se ha comprobado científicamente que cada vez que se interviene esta área parcialmente con construcciones y rellenos, se reduce la capacidad de desahogo del agua”, puntualizó.
Para Banfield, por el momento como Municipio de Panamá no están dando viabilidad a proyectos como estos hasta que reciban el resultado de los estudios a principios de octubre. “Ya con esto configuramos el mapa de riesgo y se consolida el área que no puede ser desarrollada para garantizar una zona de drenaje hídrico. Proyectos como Panamá Global City lo vemos con suma inquietud, porque son intervenciones parciales que tienen una injerencia en el incremento de inundaciones”, concluyó.
Por su parte, Ulises Lay, expresidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, recomendó a las autoridades locales y ambientales evaluar detalladamente este proyecto para que en un futuro no se tengan casos como los de Juan Díaz, donde todos los años se reportan entre 8 y 10 inundaciones, debido a rellenos y construcciones sin una planificada evacuación del agua.
En tanto, Panamá Global City informó que hicieron mejoras al informe ambiental en las que incorporaron estudios y modelos hidrológicos complementarios para fortalecer medidas y mitigaciones a los posibles impactos o riesgos de inundaciones, tanto para el proyecto como para las áreas y comunidades aguas arriba o aguas abajo del área del proyecto.
”Se ampliaron las consultas ciudadanas para no solo cumplir con los requisitos mínimos exigidos por el Ministerio de Ambiente, sino superar la cantidad y duración de estas actividades, a fin de tener la mejor relación con los vecinos de las comunidades adyacentes y de toda el área de influencia del proyecto a desarrollar”, sostiene la nota enviada a este medio por el consorcio.
Además, subrayan que la obra, a 2.3 kilómetros del humedal, podría iniciar en 2017 y que su objetivo final es desarrollar un proyecto con impacto “positivo” para todos y generar un modelo sostenible que genere calidad de vida para los vecinos dentro del área y los habitantes de la ciudad.