El estado de las 52 cuencas hidrográficas del país que suministran agua a la población se ha deteriorado durante los últimos 10 años.Expertos en la materia, así como el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), reconocen que se debe establecer un monitoreo constante para garantizar que los panameños consuman agua de calidad durante las próximas décadas.
La última crisis del río La Villa en las provincias de Herrera y Los Santos motivó que las autoridades conformaran un comité, que en estos momentos lleva a cabo una licitación para monitorear varios puntos de los principales ríos y afluentes.
De hecho, MiAmbiente comenzará en mayo a tomar las primeras 950 muestras de agua como parte del proyecto de monitoreo de las 52 cuencas del país.
Yamil Sánchez, director de Protección de Calidad Ambiental de MiAmbiente, explicó que los “resultados no van a ser muy buenos”, ya que la mayoría sufre de dos problemas de contaminación: las coliformes fecales y la sedimentación en sus aguas.
Precisó que la comisión que formó el Gobierno después de la contaminación del río La Villa pasó a convertirse en un comité técnico integrado por el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), el Ministerio de Salud (Minsa) y MiAmbiente.
Ahora mismo, ya fueron presentadas las propuestas en la licitación y solo están a la espera de que una comisión evaluadora seleccione a la empresa responsable de la toma de muestras.
En total, serán tres licitaciones que se realizarán este año para analizar 3 mil 383 puntos y el monto total del proyecto es cerca de $3 millones.
Según Sánchez, esperan que en un mes se tengan los primeros resultados de las muestras que se tomarán. La idea es medir 25 parámetros, de los cuales 21 son fisicoquímicos y cuatro microbiológicos como aceites, grasas, metales, entre otros.
También se contempla evaluar las 54 potabilizadoras del Idaan, acueductos rurales y los pozos tanto del Idaan como del Minsa.
Ríos como el Juan Díaz, Río Abajo, Mocambo, Tocumen e incluso Pacora son afluentes que inquietan a las autoridades. En este último funciona una planta potabilizadora que suministra de agua a una parte importante de la población del área de la ciudad capital.
En el interior, algunos como el río La Villa, Tonosí y el Santa María también tienen a las autoridades alertas.
PROBLEMAS EN RÍOS
Por su parte, Antonio Chang, miembro del Centro de Incidencia Ambiental, indicó que hay un problema serio desde hace muchos años con los ríos y quebradas, pero fue la contaminación del río La Villa lo que llevó a las autoridades a adoptar esta medida de tomar las muestras.
De acuerdo con Chang, hay dos aspectos importantes que se debe garantizar. El primero tiene que ver con una fiscalización constante en las cuencas hídricas y no cada vez que ocurre una contaminación como sucedió con el río La Villa.
Mientras que el segundo aspecto guarda relación con el alcance de los indicadores. “Se debe garantizar que los indicadores además de medir la calidad del agua, midan otros aspectos como los microbiológicos”, acotó.
El activista puntualizó que también se debe prestar especial atención a afluentes como el río Chiriquí Viejo, el Estivaná y el Tonosí, en la provincia de Los Santos.
En tanto, la diputada y exdirectora de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon), Alida Spadafora, aseguró que garantizar la calidad del agua es una tarea pendiente en el país.
Según Spadafora, se había dejado de medir la calidad del agua en distintos puntos del país, lo que no era bueno para quienes dependían de esos recursos hídricos.
Sobre este asunto, el exdirector del Idaan Juan Antonio Ducruet señaló que el monitoreo se realizará en cierto período de tiempo y no de forma permanente, lo que no es conveniente, ya que el estado de los ríos y quebradas varía.
Sugirió hacer una inversión de unos $50 millones en equipos de monitoreo, para garantizar la calidad del agua que consume el país. “Usted puede tomar muestras ya y en media hora el río cambió”, agregó Ducruet, quien reconoció que la salud de las cuencas ha ido en deterioro por los daños en los bosques de galería.
Por ejemplo, planteó que la deforestación y el uso de químicos en actividades agrícolas son dos elementos que deterioran las cuencas.Tras la contaminación del río La Villa, más de 100 mil personas tuvieron que dejar de consumir el agua que producían plantas potabilizadoras de la región de Azuero.

