La falta de recursos económicos y de personal compromete la eficiencia del Sistema Nacional de Estadística de Panamá; a tal punto, que el país no cuenta con cifras actualizadas e integradas sobre los principales indicadores socioeconómicos.
Ejemplos claros de esta situación son los indicadores sobre la esperanza de vida y mortalidad específica en la República, y la distribución de las instalaciones de salud, que datan de 2013.
Lo mismo ocurre con el sector educativo, cuyo último reporte de deserción escolar en primaria, según sexo y grado, también tiene un desfase de tres años.Expertos en el tema indican que el sistema estadístico no está actualizado y, lo que es peor, se descuidó durante el último quinquenio.
El exdirector de Estadísticas y Censo de la Contraloría General de la República Dimas Quiel recomendó buscar nuevas cifras, usar nuevos sistemas y analizar más datos para lo cual sugirió dotar de más recursos a las oficinas. Ningún país planifica su desarrollo sin estadísticas, advirtió.
Por su parte, la Contraloría General informó que para mejorar esta situación coordinan reuniones con otras entidades para recoger cifras, unificar metodologías de registros y guiar la producción de los datos.
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Por varias deficiencias atraviesa el Sistema Nacional de Estadísticas de Panamá, encargado de garantizar que todas las cifras del país estén integradas y actualizadas.
A esa conclusión llegaron excontralores y conocedores del tema, quienes plantean que no se pueden tomar decisiones como país si las entidades no reciben los suficientes fondos y personal para solucionar este problema.
Por ejemplo, instituciones como el Ministerio de Salud (Minsa) tienen indicadores sobre esperanza de vida, morbilidad, entre otros, que datan de 2012 y 2013; mientras que el Ministerio de Educación solo tiene el 20% de los 800 mil estudiantes del país registrados en su base de datos con su respectiva cédula. Lo mismo sucede con indicadores agrícolas, laborales y ambientales.
Inclusive, para los especialistas, uno de los ejemplos más claros de irregularidades en cuanto al manejo de las estadísticas se reportó con el Censo de 2010, cuando semanas después todavía no se tenía la cifra exacta de la población que hay en el país.
FALTA RIGOR CIENTÍFICO
Para Dimas Quiel, exdirector de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República (2004-2009), hay que evaluar el tema de las cifras en Panamá. “Se deben buscar nuevas cifras, utilizar los nuevos sistemas informáticos, analizar más datos y mejorar el servicio a la población que buscacifras”, reconoció.
Según Quiel, el sistema estadístico nacional no está actualizado y fue descuidado en el último quinquenio. “Eso crea un problema para efecto de análisis y las oficinas de estadísticas de varias instituciones casi ni existen”, sostuvo.
Para mejorar esta situación, sugirió dotar de más recursos a las oficinas de estadísticas.
Detalló que cuando fue director de Estadística le tocó planificar el Censo de 2010 y para ello contó con casi $20 millones durante los cinco años en los que estuvo en ese puesto, a razón de $4 millones por año. Sin embargo, aclaró que un mes antes de que se llevara a cabo el censo en Panamá fue destituido de su cargo, ya que ingresó una nueva administración a la Contraloría.
Además, sugirió a las entidades no ocultar cifras sobre temas polémicos, como niñas en edad escolar embarazadas o estudiantes fracasados, así como aquellas que se refieren a incrementos de casos de dengue u otras enfermedades, ya que eso puede complicar la búsqueda de una solución al problema.
“De las estadísticas buenas se sacan conclusiones positivas y de las malas también. Ningún país planifica su desarrollo sin estadísticas”, aportó.
Por su parte, el excontralor Alvin Weeden coincidió con Quiel en que los números estatales no se están tratando con todo el rigor científico que ameritan.
Para Weeden, lo ocurrido fue que en la pasada administración no hubo interés por este tema y se dejó en el abandono. “En el pasado gobierno, la Contraloría solo se utilizaba para refrendar proyectos millonarios y nada más”, añadió.
Otro aspecto que planteó el excontralor es que con la creación del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, en 2009, ese departamento perdió fuerza. “Antes, uno como contralor podía velar mucho más porque esa dirección contara con los recursos para sus estudios numéricos. Esa semiautonomía no le ayudó mucho”, admitió.
Recordó que bajo su gestión en la Contraloría se realizó el Censo de 2000 y el mismo día que se llevó a cabo la evaluación estadística tenían los resultados del 92% de la población encuestada, específicamente a las 7:00 p.m.
Asimismo, planteó que esto tiene repercusiones internacionales, porque la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), entre otros organismos, utilizan los datos numéricos de los países.
El también excontralor Carlos Vallarino, cuya gestión transcurrió entre 2007 y 2009, defendió la creación del Instituto de Estadística durante su administración, ya que le daba mayor independencia. “Había muchas cosas que cambiar”, sostuvo.
De acuerdo con Vallarino, las actuales autoridades de la Contraloría deben darle todo el respaldo al Instituto y comenzar desde ahora a planificar el Censo de 2020, para que no haya problemas futuros.
“Además de darle importancia a las cifras que tienen que ver con el crecimiento económico, también se le debe dar valor a los números en temas educativos, de salud, agropecuarios y demográficos”, planteó.
ESTADÍSTICAS, VITALES
Sobre este tema, el exministro de Salud Fernando Gracia consideró que las cifras son vitales para el sistema de salud, porque si no se cuenta con ellas no se podrá actuar ante alguna dificultad. “Si no tenemos estadísticas, estamos perdidos”, resaltó.
Gracia recalcó que es tan importante manejar estos números en Salud, porque incluso se pueden salvar vidas. Precisamente, dijo que por ejemplo si se conoce dónde está la mayor cantidad de casos de dengue, se puede contrarrestar el problema en dicha comunidad.
“Ocultar datos en este sector es riesgoso”, aseveró, y acotó que se debe mejorar la comunicación entre el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social en cuanto a las cifras.
En tanto, Mario Rodríguez, director nacional de Educación, calificó como un “talón de Aquiles” los problemas que hay con las estadísticas no solo en el Ministerio de Educación, sino en otras entidades.
Rodríguez especificó que la base de datos de las más de 3 mil escuelas que hay en el país no es muy confiable, pero aseguró que trabajan en mejorar esa situación.
También explicó que labora en el registro del 100% de los estudiantes que hay en Panamá, con su respectiva cédula. Hasta ahora, solo tienen 20% de los alumnos.
“La idea es tener números fiables. Buscamos establecer una base de datos sólida”, dijo.
Mientras tanto, la Contraloría informó a través de la Oficina de Relaciones Públicas que para mejorar este asunto se coordinan reuniones permanentes y se firman convenios de cooperación con otras entidades del Estado, oenegés y sociedad civil.
Detalló que la idea es mejorar los instrumentos de recolección de datos, uniformar metodologías de registro y guiar la producción local de cada entidad de Gobierno, así como establecer un acercamiento con organizaciones de la sociedad civil.
“También se está trabajando en mejorar los procesos y diseños de divulgación de las estadísticas, con miras a proveer a la ciudadanía más información visual que numérica para una mayor conceptualización y comprensión del comportamiento de los indicadores sociales y económicos del país”, sostuvo.
En lo que respecta al Censo de 2020, informó que ya se inició el proceso de planificación y hasta la presente fecha el Instituto Nacional de Estadística y Censo dispone de los cronogramas anuales hasta 2021, cuando se deben difundir oficialmente los resultados.