El Teatro Nacional, uno de los edificios más emblemáticos del Casco Antiguo, en el corregimiento de San Felipe, afronta problemas en su infraestructura.
De hecho, el Instituto Nacional de Cultura (Inac) evalúa cerrarlo debido a daños en su plafón (parte del techo donde están las pinturas de Roberto Lewis), así como en vigas, losas y la parte superior del escenario.
Mariana Núñez, directora de esa entidad, explicó que sostiene reuniones con el Cuerpo de Bomberos de Panamá (CBP) y el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) para definir las medidas a seguir.
“Pronto tomaremos una decisión sobre el cierre preventivo del edificio. Todo dependerá del riesgo que represente la estructura”, dijo.
A la vez, Núñez informó que solicitaron al Ministerio de Economía y Finanzas una partida de $500 mil como inicio para reparaciones “inminentes” y de “urgencia” a este inmueble de más de 100 años.
No obstante, expertos en el tema señalan que la restauración total del Teatro Nacional demanda más fondos que los que destinarán para la reparación de la Catedral Metropolitana, los cuales ascienden a $11 millones.
Fernando Díaz, director de la Oficina del Casco Antiguo, explicó que por tratarse de una edificación que supera un siglo y que trascendió su vida útil, hay que hacer “valiosas” y “grandes” obras.
De acuerdo con Díaz, en febrero pasado el edificio fue cerrado por varias semanas para darle mantenimiento preventivo en el área de las cubiertas, pero se percataron de que hay que hacer reparaciones mayores para evitar las filtraciones.
“Efectivamente, muchos de los componentes de las partes artísticas del teatro conllevan que su restauración completa sea mayor que la de la Catedral”, acotó.
Díaz hace referencia a aspectos como iluminación, sonido, escenario, telón, entre otros.
El teatro tiene capacidad para 853 personas, distribuidas en anfiteatro, platea, dos pisos de balcones, foso para la orquesta y una galería.
El Inac tiene a su cargo 46 edificios, entre museos, teatros y centros educativos y en 2015 solo recibió $20 mil para su reparación y mantenimiento. Aunque para 2016 espera contar con un presupuesto de $800 mil para ese tipo de labores.
FALTA MANTENIMIENTO
Para el expresidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos José Batista, lo que ha sucedido los últimos años es la falta de mantenimiento, no solo a esa estructura, sino a otras que forman parte del patrimonio nacional.
Según Batista, se debe poner en marcha un plan anual para reparar todos estos inmuebles en el país, de manera que más adelante no sea muy costoso rescatarlos.
Citó como ejemplo lo que sucede en la Catedral Metropolitana, en la que ahora hay que desembolsar $11 millones para ponerla en valor y arreglar los daños.
Por su parte, el urbanista Gerónimo Espitia manifestó que la desidia no solo se observa en el Teatro Nacional, sino en conjuntos arqueológicos de valor internacional, como los fuertes coloniales de Portobelo y San Lorenzo, en Colón, que son patrimonio mundial de la humanidad de Unesco.
“Da la impresión de que a los gobernantes no les interesa este tema, pues no se destinan los recursos para mejorar las condiciones de estos monumentos”, puntualizó.
RECONOCEN PROBLEMA
Entidades como Sinaproc y el CBP admiten que la estructura requiere labores de conservación para extender su vida útil.
Jaime Villar, director encargado del CBP, expresó que por tratarse de un edificio histórico siempre es importante darle mantenimiento, tomando en cuenta el tipo de actividades que allí se desarrollan.
De acuerdo con Villar, prestan todo el apoyo a Inac para elaborar un diagnóstico que permita detectar cuáles son las partes más débiles del edificio. “Se trata de una estructura sólida, pero por su antigüedad requiere mejoras”, concluyó.
En tanto, Mario Chang, subdirector de Sinaproc, coincidió con Villar en que por tratarse de una estructura que acoge eventos con mucha concurrencia, hay que mantenerla en óptimas condiciones para evitar incidentes.
Reportes del Inac precisan que el Teatro Nacional ocupa, junto con el Palacio Nacional, el lote perteneciente en la época colonial a las monjas de la Concepción.
Asimismo, indican que fue concebido por el arquitecto Genaro Ruggieri con un estilo de teatro italiano e inaugurado en octubre de 1908.
