Sitio arqueológico Barriles, en peligro por hidroeléctrica

Sitio arqueológico Barriles, en peligro por hidroeléctrica


El proyecto hidroeléctrico Barriles, en el distrito de Bugaba, provincia de Chiriquí, tiene en alerta a la Dirección de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura (Inac), ya que impactará a Sitio Barriles.

En una nota, el director de Patrimonio Histórico, Wilhelm Franqueza, le advierte a la ministra de Ambiente, Mirei Endara, que esta hidroeléctrica afectará negativamente los recursos naturales que han sido investigados en la zona arqueológica.

Franqueza le solicitó al Ministerio de Ambiente declarar como “no viable” la hidroeléctrica, ya que se levantaría en un área contigua a Sitio Barriles, el primer asentamiento en tierras altas de Chiriquí durante el primer milenio después de Cristo.

El estudio de impacto ambiental del proyecto plantea que el sitio de aprovechamiento del proyecto está localizado aguas arriba de la carretera que va de Volcán a Caisán, en la cuenca de la quebrada Barriles.

En ese sentido, la ministra de Ambiente manifestó que este proyecto está dentro de las hidroeléctricas “en revisión”, de acuerdo con la Resolución No. DM-0217-2015 del 11 de junio de 2015.

La misma cancelaba los proyectos que no han comenzado a usar el recurso hídrico, así como la tramitación de nuevas concesiones para estos proyectos o modificaciones a concesiones otorgadas. 

INAC PIDE DECLARAR LA OBRA "NO VIABLE" 

La Dirección de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura (Inac) le solicitó al Ministerio de Ambiente declarar “no viable” el proyecto hidroeléctrico Barriles.

Por medio de una nota el director de esa entidad, Wilhelm Franqueza, le explica a la ministra de Ambiente, Mirei Endara, que la obra se desarrolla en un área contigua a Sitio Barriles, un asentamiento dominante de las tierras altas de Chiriquí durante el primer milenio después de Cristo (d.C.), con una alta densidad de población acompañada de muchas aldeas y caseríos.

El documento precisa que todo ese desarrollo histórico se vio truncado debido a la erupción del volcán Barú, alrededor del año 1000 d.C., que obligó a la población a abandonar el área y mudarse hacia ambas costas.

“Es uno de los sitios arqueológicos más conocidos de América Central”, indica la misiva.

Más adelante plantea que el proyecto hidroeléctrico no cuenta con un plan de mitigación de los recursos culturales y carece de información del impacto que causaría el embalse en la pérdida de información científica para el conocimiento del pasado histórico del país.

“El proyecto tal como ha sido planteado impactará esta zona arqueológica afectando negativamente los recursos culturales que no han sido investigados”, concluye el escrito del Inac.

Para el desarrollo de esta hidroeléctrica se dispone de un embalse con un área de 1.4 hectáreas y con un volumen aproximado de 20 mil metros cúbicos de agua. El estudio de impacto ambiental (EIA) para esa obra fue aprobado en 2008.

De acuerdo con el informe ambiental, el sitio de aprovechamiento del proyecto está localizado aguas arriba de la carretera que va de Volcán a Caisán, en la cuenca de la quebrada Barriles, en el corregimiento de Volcán, distrito de Bugaba, provincia de Chiriquí. La inversión está calculada en unos $2.4 millones.

A la vez, hace referencia a que en la fase de construcción se identifican 3 impactos ambientales compatibles, 24 impactos ambientales moderados, y 10 impactos severos, destacando los efectos sobre los factores ambientales, físicos, biológicos y socioeconómicos.

Esto, debido a la construcción de la infraestructura necesaria para el funcionamiento del proyecto. Asimismo, asegura que no se identificaron impactos “críticos”.Entre uno de los impactos considerados “negativos” en el EIA se menciona el hecho de que se alterará la dinámica del río Chiriquí Viejo y se contemplará la construcción de infraestructuras aguas abajo y procesos erosivos en sus orillas; además de ser perjudicada por la carga de sedimentos.

Mientras que, como impacto positivo, menciona que se generarán de 100 a 200 empleos temporales y de 15 a 20 permanentes. Asimismo, indica otros impactos positivos en la economía nacional y regional por la necesidad de bienes y servicios, y la importancia de la energía para el desarrollo nacional.

CRÍTICAS AL PROYECTO

Susana Serracín, miembro del Centro de Incidencia Ambiental (Ciam), consideró este proyecto como nocivo, tanto para el ambiente como para la riqueza cultural de Panamá. “Está en riesgo la seguridad hídrica de siete mil personas”, puntualizó.

De hecho, el EIA de este proyecto subraya que el agua es el componente ambiental, que recibirá mayores impactos por el desarrollo de las actividades inherentes a la construcción y funcionamiento del proyecto. Aunque manifiesta que es un aspecto “mitigable”.

Para Serracín, los valores ambientales y culturales no pueden ser reemplazados.

Por su parte, Laura Pedreschi, vocera de los residentes de Volcán y Caisán, explicó que se afectará más de una hectárea de bosque secundario avanzado en la construcción de estructuras necesarias para el proyecto.

Pedreschi se quejó porque parte de la hidroeléctrica pasará por su propiedad y nunca se le informó al respecto. “Consideramos que no hubo la consulta necesaria y suficiente con la comunidad”, manifiesta la residente.

Por ejemplo, explica que de 15 fincas lecheras, 7 serían perjudicadas. “La seguridad alimentaria está en peligro y no le vemos beneficio a esta construcción”, dijo.

Además, advirtió que si las autoridades ambientales no les prestan atención irán a la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema Justicia a interponer una demanda por este asunto.

Damaris Sánchez, coordinadora de Proyectos de la Fundación para el Desarrollo Integral, Comunitario y Conservación de los Ecosistemas en Panamá (Fundiccep), señaló que hay un impacto acumulativo en la obra que no ha sido medido por los responsables.

“La cultura y el ambiente están en juego. Esto no es conveniente para la provincia porque se alterará la cuenca del sitio”, aportó.

Sobre este tema, la ministra de Ambiente, Mirei Endara, manifestó que este proyecto está dentro de las hidroeléctricas “en revisión”, de acuerdo con la Resolución No. DM-0217-2015 del 11 de junio de 2015.

Esa resolución suspendió provisionalmente las concesiones de uso de aguas otorgadas para proyectos hidroeléctricos en las cuencas de los ríos Chiriquí, Chiriquí Viejo y Chico, todos en la provincia de Chiriquí.

Esta cancelaba los proyectos que no han comenzado a usar el recurso hídrico, así como la tramitación de nuevas concesiones para estos proyectos o modificaciones a concesiones otorgadas.

Ahora mismo, el Ministerio de Ambiente realiza diligencias para determinar cuál de esos proyecto es viable y cuál no.

Datos de esa entidad precisan que en Chiriquí existen 61 concesiones hidroeléctricas, pero solo 29 están en operación. Mientras que hay 10 proyectos en edificación, 20 en planificación y 2 fueron cancelados.

Los representantes de la sociedad anónima Hidroeléctrica Barriles, S.A. se limitaron a decir que el proyecto está “vigente y en orden”.

El sitio arqueológico Barriles es un espacio que ha sido motivo de diversas investigaciones científicas, emprendidas desde la década de 1950, siendo varias encabezadas por National Geographic e instituciones locales, como la Universidad Autónoma de Chiriquí.

El nombre fue dado por científicos de National Geographic, debido a que en ese valle se encontraron rocas trabajadas en forma de barriles.

 

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