Desde las escalinatas del Instituto Nacional (IN), los docentes de esa escuela solicitaron ayer al Ministerio de Educación (Meduca) que antes de reanudar las clases en el plantel haya garantías de seguridad para el personal y los estudiantes.
La petición surgió tras los hechos de vandalismo protagonizados por un grupo de estudiantes institutores el pasado martes 7 de julio, durante los cuales el profesor de Educación Física Arturo Adames y dos estudiantes resultaron con quemaduras de segundo grado e incluso se reportaron daños a la propiedad privada.
Frente a este escenario, la plantilla de educadores del IN acordó ayer en una asamblea general no regresar a clases hasta que se les garantice la seguridad necesaria para desarrollar con normalidad el proceso enseñanza-aprendizaje.
La representante de la Asociación de Profesores de la República de Panamá (Asoprof) en el Nido de Águilas, Ileana Harper, sentenció que el personal educando, docente y administrativo está en peligro.
Harper informó que solo se reunirán con la ministra de Educación, Marcela Paredes de Vásquez, porque es la única que les puede dar respuesta a sus demandas.
Agregó que los responsables de la Policía de Niñez y Adolescencia les explicaron que están en la capacidad de entrar al colegio para salvaguardar la seguridad dentro del plantel, pero tienen que estar autorizados por Paredes de Vásquez.
Sin embargo, para el presidente de la Asociación de Padres de Familia del IN, Carlos Rivera, los estudiantes podrían ver la presencia de los uniformados en el colegio como un acto de provocación, porque los jóvenes son dados a ver a los agentes de la Policía como sus “enemigos”.
Rivera rechazó los actos violentos que protagonizó este grupo de 20 estudiantes, porque son ajenos a la formación académica.
Además, realizó un llamado de atención a los padres de familia a tener mayor control sobre sus hijos. Aseguró que estos actos violentos atentan contra la imagen y el buen nombre del centro educativo.
EXALUMNOS
En tanto, la Asociación del Instituto Nacional Generación 1964 y 1965 manifestó, por medio de un comunicado, su “rechazo a los hechos insólitos provocados por jóvenes vistiendo el uniforme del IN de forma deshonrosa”.
La agrupación solicitó a los egresados, docentes, alumnos y padres de familia que levanten su voz de protesta y exijan castigos ejemplares para los estudiantes involucrados, y solicitaron una exhaustiva investigación que “desenmascare y castigue a los autores intelectuales”.
Mientras tanto, la Asociación de Profesores de Panamá (Asoprof), que lidera Diógenes Sánchez, realizó un llamado para que el Meduca garantice la seguridad. “Los profesores tienen miedo, porque aquí lamentablemente hay sectores externos que están haciendo daño al centro educativo, las organizaciones estudiantiles se han eliminado y son las pandillas quienes se han tomado el plantel”, advirtió Sánchez.
Precisamente, el docente herido, Arturo Adames, forma parte de la Asoprof y es representante activo del Instituto Nacional.
FALTA DE DISCIPLINA
Por su parte, la ministra Paredes de Vásquez indicó que ya han considerado tener presencia de agentes policiales en el perímetro externo del centro educativo, porque este control daría tranquilidad para reiniciar las clases.
No obstante, esta decisión debe contar con el respaldo de los padres de familia, a quienes llamó para apoyar los esfuerzos que se realizan para reabrir la escuela.
Para Paredes de Vásquez, en los hechos del pasado martes tienen responsabilidad los docentes, porque no se puede depender solo de los agentes policiales para que exista orden y disciplina dentro del centro escolar; así como los padres de familia, que tienen que asumir la responsabilidad de los actos de sus hijos.
FAMILIARES DENUNCIAN
Ante la denuncia que presentó un familiar del profesor Arturo Adames, la Procuraduría General de la Nación informó que será la Fiscalía de Adolescentes en turno la que determinará en qué fiscalía se hará la investigación.
Las averiguaciones requerirán de la evaluación de la víctima y el testimonio de los presentes, y se deberá identificar el vestuario que portaban los denunciados (en este caso los estudiantes) y las declaraciones de las otras dos víctimas que han sido señaladas, informó el Ministerio Público.
Igualmente, se investigará los daños y los atentados contra los medios. Calificados como delitos comunes.
VIGILIA
Por otro lado, en horas de la tarde un grupo de egresados decidió hacer una vigilia por la paz en las escalinatas del Nido de Águilas.
Se trató de un movimiento espontáneo que comenzó con invitaciones a través de las redes sociales. En la actividad, los exaguiluchos plantearon que lo que sucede en el centro educativo se debe a la falta de disciplina.
Familia de docente Adames pide justicia
En el tercer piso de la sala de quemados del Hospital Santo Tomás (HST) se encuentra hospitalizado Arturo Adames, un hombre de 61 años que ha dedicado más de la mitad de su vida a la enseñanza en el Instituto Nacional (IN).
Su historia ha causado indignación entre la población panameña, ya que sufrió profundas quemaduras en el cuerpo, luego de que le explotara en la cara una bomba artesanal, durante la protesta de un grupo de 20 institutores el pasado martes.
Adames está postrado en una cama, con quemaduras de segundo grado en el rostro, tórax, brazos y manos. El docente cuenta a sus familiares que sufre por sus heridas, pero más por la situación que atraviesa el centro educativo, ya que no comprende la actual lucha de los alumnos.
Su hija, Marayat Adames, señaló que su padre, un profesor de Educación Física con 35 años de servicio en el IN, sufrió las lesiones en el momento cuando se disponía a retirar sus artículos personales del gimnasio. “Estaba en una reunión y en el momento que le informan que hay disturbios, él sale a buscar su ropa y artículos personales en el gimnasio. En el camino hay un tinaco de basura plástico, y cuando pasa por el lugar llega uno de los chicos y arroja un cerillo y se prende el tinaco, y en ese momento explotó la bomba”, narró.
En la desesperación, el docente se arrancó el suéter, y con la piel quemada y expuesta corrió a buscar ayuda con su esposa, Deysi Velasco, quien también es educadora desde hace 19 años en el Nido de Águilas. Sin mayores explicaciones, Adames solo pudo decirle a su esposa: “acaba de explotar una bomba enfrente de mí y estoy quemado”, dijo Marayat Adames.
Los primeros auxilios le fueron dados en la policlínica de la Caja de Seguro Social (CSS) Presidente Remón, en calle 17, Santa Ana. Marayat Adames contó que posteriormente, debido a la complejidad de las heridas, el educador fue trasladado al Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid de la CSS; sin embargo, el pasado miércoles fue enviado al HST, ya que el Complejo no cuenta con una sala adecuada ni con insumos necesarios ni especialistas para brindarle la atención médica necesaria.
Su hija da gracias a Dios, porque en medio de la tragedia su padre no tiene quemaduras internas. No obstante, la herida más profunda la tiene en el hombro derecho. “Estamos pendientes si le tienen que hacer una cirugía en ese brazo”, acotó la joven.
Sus cinco hijos, esposa y sus cuatro nietos piden justicia y que se encuentre al culpable. La denuncia ya fue presentada en la Policía Nacional y están a la espera de las investigaciones del Ministerio de Educación.