José Luis Lacunza celebró hoy, 16 de febrero, su primera misa como cardenal en la iglesia de Santa Ana, la parroquia frontera de la Santa Sede, llamada así por situarse precisamente en el confín que separa la capital de la República Italiana del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Santa Ana fue fundada en 1378 por los palafreneros o criados del Papa que llevaban su caballo cogido del freno y que le acompañaban en sus viajes fuera del territorio pontificio.
Durante la homilía Lacunza invitó a los fieles a tener un mayor sentido de la presencia de Dios. Así, ha recalcado que “hacer las cosas bien” es “la mejor oración”.
“Recordar la presencia de Dios. No para estar todo el día de rodillas ante Dios, no para estar todo el día musitando oraciones. Necesitamos cumplir con nuestras responsabilidades. Nuestra mejor oración diaria es hacer bien las cosas que tenemos que hacer: en la cocina, en el escritorio, en el despacho, en la alta política, en el trabajo del campo”, ha subrayado Lacunza.
El presidente de la República, Juan Carlos Varela, que esta tarde se reúne en el Palacio Chigi con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, asistió a la celebración junto a su esposa, Lorena Castillo y su hijo menor, Stefan Varela.
Varios miembros de la comunidad panameña en Roma, llamada “Viva Panamá” también han participado en la celebración. Entre ellos, varios niños vestidos con el traje típico de Pollera y Montuno.
La primera dama, Lorena Castillo, destacó la fortaleza y la humildad del cardenal panameño y dijo que para Panamá es una gran inspiración. “Es humilde, directo, valiente pero también fuerte. Habla con firmeza cuando las cosas no están bien, pero su corazón nunca se oscurece”, subrayó.
Rina Bhullar lleva más de 25 años en Roma. Su padre era de Indostán, la región asiática más poblada del mundo y su madre panameña. Vive cerca de la iglesia de San Giuseppe da Copertina, la pequeña parroquia a las afueras de la capital italiana que el Papa ha asignado al cardenal Lacunza. “Para los panameños es un honor contar con el primer cardenal panameño. El Papa nos lo ha regalado. Es un reconocimiento a América Latina porque es un pueblo católico, de fe, muy creyente”, comentó al final de la misa.
Jorge y Maira Nicolau, son un matrimonio de la Ciudad de Panamá que ha venido a Roma expresamente para acompañar al cardenal Lacunza. “Lo conocemos desde que nuestras niñas eran pequeñas porque estudiaban en el colegio de San Agustín, del que Lacunza era director. Nuestras hijas llegaban al colegio y se guindaban de su brazo y él hacía ejercicio con nuestra niña colgada. Él era un pequeño columpio y los niños lo amaban por eso”, explicó Maira. Su marido Jorge añadió con orgullo que el cardenal Lacunza ha bautizado a algunos de sus nietos.
Preguntados por las virtudes que el Papa Francisco pudo ver en el primer cardenal panameño, Maira recalcó que es “un hombre muy capaz que ha ayudado mucho a Panamá, mediando con los indígenas. Siempre se ha mostrado muy disponible para ayudar al campesino, al indio”. “Sí, siempre ha ayudado al más necesitado, al más débil, sobre todo en las reservas indígenas que son los primeros pobladores. En Panamá lo queremos mucho”, concluyó Jorge.
Por su parte, Maritxu Lacunza, explicó que su hermano siempre tiene la maleta preparada para ir adónde le mane el Papa. Fue precisamente ella quien el pasado 4 de enero puso en alerta al obispo de David con un mensaje de texto en el móvil – tras haber escuchado al Papa incluir su nombre en la lista de nuevos cardenales.