La Organización Internacional para las Migraciones entregará a Panamá recomendaciones para mejorar la atención humanitaria que ofrece a los migrantes que llegan al país.
MIGRANTES PUEDEN SER EXPULSADOS
El director del Servicio Nacional de Migración, Fernando Carrillo, advirtió que aquellos inmigrantes que no salgan del país en un período de 72 horas se les iniciará el trámite para su deportación.
Sus declaraciones se dan en medio de la llegada a suelo istmeño de migrantes que en su camino para llegar a Estados Unidos atraviesan la selva de la provincia de Darién para luego hacer un viaje en bus hasta la Gran Terminal de Transporte de Albrook, y posteriormente seguir hacia Centroamérica.
El funcionario también aclaró que a pesar de que estas personas dicen pertenecer a naciones del continente africano, se ha podido corroborar, mediante un proceso de captura de datos que se realiza en la frontera de Darién, que son de nacionalidad haitiana.
A estas personas “se les toman los datos generales, como por ejemplo el nombre y la edad, se toman las huellas dactilares y además se toman fotos al iris y al rostro”, explicó Carrillo.
“La información que manejamos es que ellos entran por Darién, son haitianos, llegan en transporte público a la terminal y de allí esperan su dinero para comprar sus boletos e irse para la frontera de David”, acotó.
Agregó que algo cierto es que “ellos están entrando ilegalmente al país” porque no tienen documentos de viaje, lo que los obliga a abandonar el territorio nacional en un término de 72 horas, o de lo contrario se procede con su deportación.
Datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dados a conocer este lunes precisan que en la frontera entre Colombia y Panamá se encuentran varados cerca de mil 300 migrantes.
Además, plantean que la situación de estas personas es de “extrema vulnerabilidad”, por lo que hicieron un llamado a las naciones de América a “actuar de forma inmediata para que habiliten canales que les permitan a las personas migrar de forma legal y segura”.
En este sentido, Gonzalo Medina, coordinador de programas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), señaló que la realidad de estas personas es que se ven obligadas a emigrar por razones económicas o de violencia.
Señaló que para apoyarlos, en Panamá se ha establecido una amplia coordinación con varias entidades estatales, como el Servicio Nacional de Migración, el Servicio Nacional de Fronteras y el Ministerio de Salud, entre otras.
Un informe denominado Tendencias globales del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, por sus siglas en inglés), que se publica anualmente, detalla que 65.3 millones de personas se encontraban desplazadas a finales de 2015, en comparación con las 59.5 millones registradas durante 2014, siendo la primera vez que la cifra supera el umbral de los 60 millones de personas.
Medina comentó que la semana pasada realizaron una visita a la provincia de Darién, y que actualmente se está elaborando un informe que será entregado a las autoridades panameñas con algunas recomendaciones para la atención de los extranjeros.
Medina reiteró que Panamá ha ofrecido buenas condiciones a las personas que llegan al país, “mejorando la asistencia humanitaria”, pues se les ofrece a los inmigrantes atención en salud, albergue y alimentación, entre otros. “Es una realidad que la migración cada vez crece más”, acotó.
Por su parte, Rosa Castillo, directora encargada de la Cruz Roja panameña, informó que actualmente hay personal de esa institución en Darién brindando asistencia, principalmente de salud.
Castillo aseguró que la ayuda se ha ofrecido tanto a los que están en Darién como a los que aguardan en la terminal de transporte de Albrook.
“Muchos de ellos vienen lacerados o con alergias en el cuerpo, deshidratados y fatigados, por lo que hemos brindado todo lo que ha estado en nuestras manos”, aseguró.
Agregó que este es un trabajo amplio que se monitorea a diario, en coordinación con otras entidades.