Tres proyectos hidroeléctricos en la provincia de Bocas del Toro fueron rechazados por la Dirección de Áreas Protegidas y Vida Silvestre del Ministerio de Ambiente.
Así se desprende de un informe elaborado por el director de Áreas Protegidas de esa entidad, Samuel Valdés, en el que se detalla que el rechazo de las concesiones obedece a que se encuentran dentro del Parque Internacional La Amistad.
Esta reserva, situada entre Panamá y Costa Rica, fue declarada patrimonio mundial de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el documento, se trata de los proyectos Teribe, Corriente Grande y El Gavilán, todos ubicados en la cuenca del río Changuinola.
Según Valdés, las nuevas hidroeléctricas sobre el cauce principal del río Changuinola deberán aportar “suficientes” elementos técnicos y ambientales para sustentar la viabilidad técnica, ambiental, hidrológica y social. Esto, debido a que proyectos hidrológicos aprobados anteriormente han generado impactos acumulativos.
“Otros proyectos que requieran embalses agudizarían los impactos ambientales y sociales existentes, así como sus respectivas consecuencias”, dice el informe.
De hecho, en 2005 fueron aprobadas tres concesiones hídricas para esta cuenca.
Por otra parte, Valdés recomendó elaborar un estudio para calcular la capacidad de carga y comportamiento hidrológico en función a la retención de aguas requeridas por un conjunto de hidroeléctricas a lo largo del cauce principal del río Changuinola.
LAS CRÍTICAS
Isaías Ramos, biólogo del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), señaló que estas hidroeléctricas impactarían de forma negativa el área protegida.
“Si estos tres nuevos proyectos se aprueban, pienso que se dañará drásticamente el Parque Internacional La Amistad”, puntualizó.
Ramos sostuvo que las autoridades deben mantener su postura de rechazo.
A la vez, recordó que en la cuenca baja y media del río Changuinola, donde se construirán las represas, está localizado el Bosque Protector Palo Seco, que también es una zona protegida.
Incluso, al final de la desembocadura de ese río está otra área protegida de connotación internacional: El Humedal Internacional Ramsar San San Pond Sak. Todo el área forma parte de un gran ecosistema.
Entretanto, la coordinadora de proyectos de la Fundación para el Desarrollo Integral, Comunitario y Conservación de los Ecosistemas en Panamá, Damaris Sánchez, calificó como positivo no avalar estas construcciones, tomando en cuenta el déficit de agua que hay en el país.No obstante, dijo que se debe también prestar atención a las concesiones que se otorgan en Chiriquí, donde hay más de 50 hidroeléctricas.
HIDROELÉCTRICOS SE DEFIENDEN
El presidente de la Asociación Panameña de Productores de Energía Renovable, Eduardo Vallarino, subrayó que hay un sesgo por parte del Ministerio de Ambiente en lo referente a la aprobación de estos proyectos hidroeléctricos.
Para Vallarino, la generación de energía en los ríos es limpia y mucho mejor que la que surge cuando se emplean combustibles fósiles, generando contaminación ambiental y es más costosa.
“El carbón que generan los combustibles fósiles afecta el medio ambiente. Pienso que las autoridades deben permitir el uso de los ríos de forma sostenible para la producción de energía”, acotó.
Actualmente, el Ministerio de Ambiente analiza el potencial hídrico de los ríos en todo el país para priorizar su uso. En Panamá hay 52 cuencas y 500 ríos, de los cuales 350 desembocan en el océano Pacífico.