Nuevo camino para expandilleros

Nuevo camino para expandilleros


Desde los ocho años de edad, Juan Gutiérrez conocía de armas, drogas y violencia. Caminaba por las calles de los corregimiento de El Chorrillo, Santa Ana, Curundú y Calidonia como todo un experto en el tema, cuatro años después formaba parte de una pandilla en la que él era el líder.

Sus días transcurrían entre hurtos, robos a mano armada, tumbe de drogas y asesinatos. El grupo, formado por 31 niños de entre 8 y 15 años de edad, en su mayoría vivía en hogares disfuncionales, en donde solo se tenía la figura de uno de los padres o eran criados por terceras personas.

Gutiérrez cuenta que, cuando cumplió sus 17 años, ya era padre de dos niños y había estado en más de 40 ocasiones en el Tutelar de Menores, y ejecutado a 10 personas, hasta que, finalmente, a los 18 años de edad, fue sentenciado a 10 años de prisión.

La historia de Gutiérrez es la que viven muchos de los 7 mil jóvenes que se distribuyen entre las más de 200 pandillas que se reportaron en el país, según datos de 2014 del Ministerio de Seguridad Pública.

CAMBIO DE VIDA

Tras cumplir su pena en prisión y con 28 años de edad, Gutiérrez decidió cambiar su vida y congregarse en una iglesia donde lleva ya cinco años. “Me hice la promesa de no traer más sufrimiento y dolor a la familia que me queda, de aferrarme a Dios, de pensar en mi futuro y el de mis cinco hijos, y no hacer sufrir a mi madre”.

En 2010, conoce a la Fundación Jesús Luz de Oportunidades, una organización sin fines de lucro conformada por empresarios, profesionales y representantes de la sociedad civil, en donde es orientado y capacitado como agente de cambio, y hoy su testimonio sirve para otros jóvenes que viven en barrios con altos índices de violencia.

El ambiente en que creció Gutiérrez le impidió gozar de sus derechos como niño, y por ende, el derecho a la educación nunca fue parte de sus opciones.

Datos del Ministerio de Educación (Meduca), de cobertura escolar, indican que en los últimos años la tasa de matrícula supera el 92% de la población en edad escolar; sin embargo, la tasa de deserción escolar, en los últimos 10 años, es del 40%, teniendo su mayor impacto en la media, en la que 3 de cada 10 jóvenes dejan las aulas para dedicarse al ocio.

Carlos Staff, viceministro Académico del Meduca, explicó que la situación responde desde el punto de vista técnico-académico, a que “se tiene un currículo desfasado y poco atractivo para el interés y visión de los jóvenes, además de un método docente que genera poco interés en los alumnos”.

Sin embargo, añadió que se está trabajando para impulsar la flexibilización del currículo, la eliminación de los “bachilleratos especializados”, en cambiar la metodología de enseñanza e implementar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en los centros educativos, con el ánimo de ofrecer una educación más integral.

OPORTUNIDAD DE ESTUDIO

En tanto, Rafael Zevallos, director de la Fundación Luz de Oportunidades, comentó que hay otros elementos que impiden a los jóvenes culminar sus estudios.

Citó como ejemplos, el tema de las pandillas, embarazos precoces y la necesidad de aportar ingresos a sus hogares.

“Es cierto que hay varios niños y niñas que abandonan el sistema educativo, pero también la inmensa mayoría desea regresar al camino correcto, lo que hace falta son oportunidades para poder hacerlo”, dijo Zevallos.

Ante esta situación, Zevallos, en conjunto con el Centro Básico Laboral San Miguelito, desde 2013, han impulsado la escuela por módulo que ya ha graduado a 137 hombres y mujeres, que por alguna razón no culminaron sus estudios y desean retomarlos.

La última generación de 79 jóvenes se graduó de media y premedia el pasado 23 de diciembre, y en uno de esos grupos estaba Gutiérrez, quien recibió su certificado de noveno grado y dijo estar motivado a lograr las metas que se ha impuesto.

“Este es un verdadero logro, estoy muy feliz por mí y mi familias. Yo quiero seguir estudiando y convertirme en un gran empresario”.Por su parte, Rodolfo Aguilera, ministro de Seguridad Pública, indicó que Luz de Oportunidades es una de las organizaciones que se han sumado al programa Barrios Seguros, por medio del cual se ha logrado desarticular 150 pandillas.

El programa en el que se han invertido 7 millones de dólares, ha logrado hacer un cambio en la vida de unos 3 mil 700 jóvenes que pertenecían a pandillas y que han participado en diferentes cursos vocacionales en albañilería básica, lectura de planos, soldadura, electricidad y plomería, y otros han ingresado al programa laboral.

Aguilera aseguró que la medida ha redundado en la disminución de las tasas de homicidio, heridos, robos y hurtos, además de que se han aumentado los decomisos de droga. 

 

 

 

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