El proyecto denominado Panamá Global City, que abarca el desarrollo de 570 hectáreas, a 2 kilómetros del humedal bahía de Panamá, es cuestionado por organizaciones ambientales y autoridades de la Alcaldía de Panamá.
Isaías Ramos, miembro del Centro de Incidencia Ambiental, y la vicealcaldesa Raisa Banfield coinciden en que esta obra se desarrollará en un área propensa a inundaciones y deslizamientos.
Por su parte, el consorcio PGC Developers, S.A. señala que el proyecto es sostenible ambientalmente.
AMENAZA
Un nuevo proyecto que implica rellenos mantiene en alerta a organizaciones ambientales, incluso a autoridades del distrito de Panamá.
Se trata del Panamá Global City, que planea desarrollarse en una superficie de 570 hectáreas, conformada por un polígono de casi 543 hectáreas y dos vías de acceso de superficie adicional de 27 hectáreas.
El proyecto, que asciende a los 4 mil millones de dólares, está localizado en el área este de la ciudad de Panamá, a unos dos kilómetros del Aeropuerto Internacional de Tocumen y del humedal bahía de Panamá.
Su promotor es el consorcio PGC Developers, S.A., que en octubre presentó el estudio de impacto ambiental (EIA) al Ministerio de Ambiente.
De acuerdo con el informe ambiental, en etapa de evaluación de las autoridades, la obra implica la “construcción de un desarrollo urbano multipropósito, que integrará el comercio mundial, los negocios, el turismo y zonas residenciales; aprovechando las ventajas que ofrece su ubicación estratégica en torno al Aeropuerto Internacional de Tocumen y futura expansión para manejo de carga y centro de logística”.
De hecho, Panamá Global City implica cuatro componentes. El primero tiene que ver con un área comercial y logística, donde se prevé la construcción de centros de logística, de tecnología, de estudio, culturales, de exhibición permanente de productos internacionales, oficinas centrales, comercios y servicios complementarios, entre otros.
En segundo plano aparece un área destinada al turismo urbano de alta densidad; mientras que de tercero hay un área residencial y de uso mixto. Es decir, residencial multifamiliar de alta densidad que prevé el desarrollo de villas, casas de alto costo y edificios de condominios tamaño mediano y alto.
Por último, habrá áreas comunes, entre ellas de servicio institucional, recreativo, zonas verdes y las vialidades.
El EIA detalla que hay dos aspectos ambientales de gran importancia a considerar en el diseño del proyecto, como son “cierto grado de inundabilidad” y la presencia de suelos arcillosos de gran espesor.
Para prevenir inundaciones, hundimientos y socavación del área del proyecto y su entorno, el documento señala que se ensancharán los cauces del canal La Siesta y los ramales de los ríos Cabra y Cabuya, en los corregimientos de Tocumen y 24 de Diciembre.
A su vez, se colocará material de relleno compactado por capas y una sobrecarga a las áreas del proyecto, previo a la construcción de estructuras para favorecer el asentamiento del suelo.
“Relleno del área hasta niveles seguros para evitar la inundación de las estructuras a ser construidas”, menciona.
En la etapa de construcción se estima se generarán entre mil 500 a 2 mil 500 empleos directos.
RECHAZO
El anuncio de la megaobra ha generado el rechazo de grupos como el Centro de Incidencia Ambiental (CIAM) y de autoridades de la Alcaldía de Panamá.
Isaías Ramos, miembro del CIAM, advirtió de que este proyecto impactará recursos hídricos de la zona, como los ríos Cabra y Cabuya y un ramal del río Tocumen.
Según Ramos, aunque la obra no está dentro del área protegida humedal bahía de Panamá, sí la impactará cuando se modifiquen las 570 hectáreas que abarcan la construcción.
Resaltó que esa zona es “altamente” inundable y propensa a deslizamientos de tierra. “No es viable un proyecto como este en esa área”, denunció.
La vicealcaldesa de la ciudad capital, Raisa Banfield, también se mostró inquieta por esta propuesta de desarrollo, ya que teme ocurra lo mismo que en Juan Díaz, donde se registran inundaciones en temporada lluviosa.
Sostiene que esta construcción es evaluada por la Alcaldía de Panamá y aclara que la misma promoverá un desarrollo no planificado en un área frágil cercana al humedal bahía de Panamá.
“Definitivamente eso elevará las condiciones de riesgo de las poblaciones establecidas allí”, señaló.
Por su parte, Harley Mitchell hijo, exdirector de Legal de la extinta Autoridad Nacional del Ambiente, manifestó que es hora que las autoridades definan qué futuro quieren para el humedal bahía de Panamá y su zona de amortiguamiento.
“Aunque no esté dentro del área protegida, se perjudica los sitios adyacentes del humedal bahía de Panamá. Se trata de 500 hectáreas de rellenos y eso preocupa, ya que no es coherente con la conservación ambiental y la disminución de desastres como inundaciones”, expresó.
De acuerdo con Mitchell hijo, luego de conocer la realidad de Juan Díaz, donde cada año se inundan entre 8 y 10 veces, es necesario tomar las precauciones.
MEGAOBRA
El consorcio PGC Developers, S.A. informó, a través de una nota, de que el proyecto ha realizado gran esfuerzo para generar un impacto positivo en la ciudad, buscando ser modelo a seguir en términos de desarrollo urbanístico con sostenibilidad ambiental.
La firma comercial destaca que a partir de 2013 se inició la planificación de todas las actividades relacionadas con la ejecución del proyecto, estudios técnicos preliminares, elaboración de diseños conceptuales del proyecto y la preparación de las bases para la elaboración de los diseños finales para la construcción.
“La inversión en tiempo y recursos, aunado a la integración de una red de profesionales con probada trayectoria a nivel nacional e internacional, en las diferentes ramas de la ingeniería, arquitectura y estudios de medio ambiente, ha permitido crear una propuesta atractiva, versátil e integral con el entorno y el medio ambiente analizando los recursos naturales existentes dentro y en los alrededores del área de desarrollo, para incluirlos, conservarlos y repotenciarlos a lo largo del urbanismo propuesto”, menciona.
