La violencia y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) son las principales causas de muerte de jóvenes en Panamá, revela un informe del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El documento detalla, por ejemplo, que en 2013 murieron 720 jóvenes de entre 15 y 24 años y, de ellos, 433 perecieron víctimas de la violencia (accidentes, lesiones, agresiones, entre otras); esto es, el 60.1%.
Además, el informe detalla que 2 mil 236 adolescentes de entre 15 y 29 años fallecieron como consecuencia del sida desde 1984, cuando fue reportado el primer caso de la enfermedad en el país, hasta el año 2014.
El estudio fue elaborado con estadísticas del Censo de Población y Vivienda de de la Contraloría (2010) y de otras entidades.
VOLCAR LA MIRADA A LA JUVENTUD
Autoridades gubernamentales, organismos internacionales y la sociedad civil coinciden en la necesidad de mejorar las condiciones de la población joven del país.
Como primer paso para atender el tema, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), con apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), elaboró el documento “Juventud en Cifras”, una aproximación estadística de las condiciones socioeconómicas en que están los jóvenes entre 15 y 29 años de edad.
El informe, que se basa en datos del Censo de Población y Vivienda de la Contraloría General de la República de 2010, encuestas, registros estadísticos, boletines de varias entidades del país, servirá de base para sustentar con mayor certeza, pertinencia y efectividad la labor del Mides.
A través de la revisión de documentos y cifras, los expertos establecieron que el año pasado la población entre 15 y 25 años de edad era de 979 mil 529 personas, de los cuales, 66.6% se concentra en el área urbana y 33.4% en las rurales.
Además, se proyecta que para 2025 llegará a un millón de habitantes del total de la población que se calcula en 4.5 millones de personas.
El documento también advierte que de 106 mil 375 personas que viven con alguna discapacidad, 13 mil 723 son jóvenes, según los datos obtenidos del Censo de 2010.
En el tema laboral se indica que hasta marzo pasado 511 mil 929 jóvenes se integraron a la población económicamente activa.
Otro aspecto que aborda el informe es la educación y establece, con cifras de 2013, que 1 millón 24 mil 307 jóvenes estaban matriculados en los niveles de premedia, media, profesional y técnica, universitaria, no universitaria, especial y laboral, con una amplia cobertura en la provincia de Panamá y baja en Darién y las comarcas.
Con respecto a la salud, las cifras son poco alentadoras, porque reflejan que la violencia y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) son las principales causas de muerte de la población joven del país.
Por ejemplo, de 720 personas entre 15 y 24 años que en 2013 fallecieron, 433 fueron por causas como accidentes, lesiones autoinflingidas, agresiones, entre otros, y 52 por sida solo en ese año.
OPINIONES
Ante la realidad de los jóvenes, el ministro de Desarrollo Social, Alcibíades Vásquez, expresó que están fomentando políticas públicas, ya que existen 979 mil 529 jóvenes que requieren la debida atención para lograr un desarrollo pleno.
Vásquez sostuvo que el informe Juventud en Cifras, un trabajo que lideró la viceministra Michelle Muschett, con el apoyo del PNUD, es una herramienta que obligará a las diferentes instancias del Estado a trabajar en conjunto para atender esta población joven, porque señala las vulnerabilidades y las edades.
Añadió que siempre ven las vulnerabilidades de este sector poblacional, pero hay que ver el potencial que tienen para desarrollar. Para Vásquez, uno de los temas que se debe priorizar es la educación, ya que es clave para empoderar a los jóvenes.
Los planteamientos de Vásquez son compartidos por la coordinadora de programa del PNUD, Edith Castillo, quien dijo que se debe mejorar la oferta académica, ampliar los bachilleratos y buscar nuevas opciones de educación universitaria.
Castillo abogó por el fortalecimiento de las capacidades de esta población para que puedan aportar al desarrollo del país, sobre todo con los desafíos que trae la nueva agenda global.
Dijo que la salud es clave en los indicadores para empoderar a esta población y mencionó que el país “no tiene un puesto honroso frente a los indicadores de sida”.
Por eso, dijo que es tema que se debe abordar, porque si no se atiende es una población que se perderá.Actualmente existe el debate social en el país sobre el proyecto de ley No. 61 sobre educación sexual.
Por su parte, Corina Rueda, miembro del grupo Kolectivo, señaló que el documento es bueno, porque desde 2004 no se presentaba un informe exclusivamente sobre jóvenes.
Señaló que este segmento de la población como tal no ha sido una prioridad de las políticas públicas del Estado, ya que regularmente los programas oficiales se dirigen a la población en estado de vulnerabilidad. Insistió en que no se debe olvidar a la gran mayoría que desea aportar al desarrollo del país.