Cada día, en Panamá se pierden alrededor de 350 toneladas de alimentos en buen estado, una cifra alarmante que contrasta con el hecho de que muchas personas en el país sufren de hambre y malnutrición.
Este desperdicio refleja no solo la ineficiencia en la cadena de suministro, sino también una falta de conciencia sobre la importancia de redistribuir esos recursos.
Según la Fundación Rescate de Alimentos de Panamá, estos productos, que aún son aptos para el consumo humano, incluyen vegetales como tomate, cebolla y lechuga, entre muchos otros.
Esta fundación sin fines de lucro, creada en 2016, la integran más de 20 chefs, dueños de restaurantes y expertos del sector alimentario. Su objetivo es combatir el hambre y promover la seguridad alimentaria.
Los especialistas explican que la pérdida de alimentos se refiere a la disminución de la cantidad disponible para el consumo humano en diversas fases, que van desde la producción hasta el transporte. Un ejemplo claro se observa en Merca Panamá, el principal centro de distribución del país, donde diariamente se desechan entre 20 y 22 toneladas de alimentos.
Este derroche no solo plantea un desafío para la seguridad alimentaria, sino que también subraya la necesidad de implementar medidas efectivas para reducir esta alarmante pérdida.
Crisis global
A nivel mundial, cerca del 20% de la población en 59 países sufre de hambruna aguda, según el Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias de 2023. Ante este panorama desolador, se pierden o desperdician toneladas de alimentos cada día, lo que hace fundamental reducir estas pérdidas y el desperdicio.
Hoy, 29 de septiembre, es el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, y se hace hincapié en la necesidad crítica de financiación para impulsar los esfuerzos destinados a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, contribuir al logro de los objetivos climáticos y avanzar en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
🌾Reducir la pérdida de alimentos es una estrategia clave para acabar con el hambre y hacer sostenibles los #SistemasAlimentarios.
— FIDA (América Latina y el Caribe) (@FIDA_LAC) September 28, 2024
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En Panamá, el pasado 7 de agosto, la diputada independiente Walkiria Chandler D’Orcy presentó un anteproyecto de ley titulado “Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible de la República de Panamá”.
Chandler D’Orcy explicó que esta propuesta surge en respuesta a la creciente necesidad de garantizar a la población el acceso a una alimentación adecuada, nutritiva y sostenible, mediante un plan gestionado a través de los gobiernos locales.
El anteproyecto establece mecanismos para recolectar, almacenar, transportar, preparar, distribuir y proporcionar una alimentación completa a los segmentos más vulnerables de la población panameña, garantizando así su dignidad.
Helga Barría, de la Fundación Rescate de Alimentos, organización que brindó alimentos durante la pandemia, manifestó en una cortesía de sala en la Asamblea Nacional que cada día en Panamá se desperdician 350 toneladas de comida.
En su intervención, Barría señaló que la malnutrición y la desnutrición siguen siendo problemas predominantes, especialmente entre los grupos más vulnerables, como los niños, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas en situación de pobreza extrema.
Una de las fundaciones que realiza la labor de recoger los excedentes de alimentos de empresas y comercios para entregarlos a los más necesitados del país es el Banco de Alimentos de Panamá (BAP).
Durante 2023, según información suministrada en su página web, el BAP recaudó 1,649,825 kilos de alimentos y productos, lo que permitió servir 4,384,563 platos de comida a 179,732 panameños.