Panamá, un país donde se invierte alrededor de 0.13% del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia, lo que se reduce a 0.08%, al restar la inversión que en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales hace Estados Unidos, impulsa la creación de un Centro Regional de Innovación de Vacunas y Biofármacos (CRIBV-AIP).
Es un proyecto bandera, a pesar de tener una de las inversiones más bajas de la región, en el rango de Honduras y Guatemala e inferior al de Trinidad y Tobago, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) lleva adelante este ambicioso proyecto que tiene un costo de $8.6 millones que incluye obras, equipamiento y mobiliario.
El administrador de programas y proyectos de la Senacyt, Luis Pimentel, explicó que a la fecha se han invertido $318,000, es decir, 4% del costo total del centro.
El 96% de la inversión se complementará en los próximos meses.
Detalló que la mayor inversión será en equipamiento que es de $5.4 millones mientras que $3.2 millones es para construcción y mobiliario.
La idea de este proyecto surgió en medio de la pandemia de covid-19, cuando quedó en evidencia la necesidad de tener un centro de vacunas y la ejecución del mismo comenzó el tercer trimestre del 2021, con un crédito extraordinario de $2.5 millones.
El presupuesto más alto del que dispuso la institución en los últimos años asciende a $58.7 millones y le fue otorgado en 2019, a pesar de que tiene bajo su paraguas los centros de investigación e innovación en la modalidad de asociación de interés público (AIP), con los que debe distribuir el presupuesto.
Por ejemplo, la Senacyt este año tiene un presupuesto de $49.6 millones, siendo este inferior con respecto al presupuesto de 2022, que fue de $50.4 millones.
Eduardo Ortega Barría, secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, manifestó que el Centro Regional de Innovación de Vacunas y Biofármacos debe estar listo en abril de 2024.
Añadió que una segunda parte será la construcción de una planta de producción de vacunas y biofármacos, pero aún está en estudio de factibilidad y se buscan los recursos económicos. El costo estimado de la planta son $50 millones.
Además, manifestó que se trabajará en vacunas de proteínas recombinantes similar a la utilizada contra el virus del papiloma humano, en vacunas de ARN mensajero, una tecnología empleada en la vacuna de covid-19. También en anticuerpos monoclonales y biofármacos, dijo.
Desarrollo de vacunas en la región
El proyecto de la Senacyt sería el primero en la región de Centroamérica. Mientras que en el país vecino, Colombia, Seguros Sura inauguró este año su sede de investigación de vacunas y biológicos en Medellín, que hace parte del megaproyecto VaxThera, ubicado en el Oriente antioqueño.
El laboratorio contó con una inversión de $4 millones, que hacen parte de un total de $54 millones de recursos destinados por Seguros Sura para todo el complejo. La capacidad de producción será de, al menos, 100 millones de dosis de vacunas al año. Un costo muy similar al proyecto que tiene Panamá incluyendo la planta de producción de vacunas y biofármacos.
Actualmente, el equipo de investigadores de VaxThera está avanzando en el desarrollo de una vacuna universal contra el covid-19, la cual se encuentra en la fabricación de lotes clínicos. También están desarrollando vacunas contra el zika, chikungunya, dengue, fiebre amarilla, viruela del mono e influenza , gracias a una alianza con la Universidad de Wisconsin y la Universidad Nacional de Colombia y financiada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
En América Latina, los grandes productores de vacuna son Brasil, Argentina y Cuba. Por ejemplo, el Instituto Butantan de Brasil, que tiene más de 120 años de tradición en la producción de vacunas y biológicos.
Una iniciativa con apoyo internacional
El CRIVB cuenta con el apoyo de la Fundación Ciudad del Saber, el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, el Instituto de Investigaciones Científicas de Alta Tecnología, el Ministerio de Salud y el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Mientras que a nivel internacional se tiene el apoyo de Texas Children’sHospital, Texas A&M University Health Science Center, International Vaccine Institute, entre otras.
Para la decana de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Panamá Rosa Buitrago, un Centro Regional de Innovación de Vacunas y Biofármacos marcará en nuestro país un antes y un después. Dicho centro ayudará a resolver las grandes interrogantes de investigación en esta área pero también contribuirá de manera decisiva a mejorar el acceso a estos valiosos fármacos no solo en Panamá sino en la región.
Subrayó que la utilidad de un centro de vacunas quedó en evidencia con la reciente pandemia de la covid-19 y la amenaza de otras pandemias. La tecnología para su fabricación, igual que para los biofármacos (rituximab y trastuzumab) es compleja, requiere personal altamente especializado y una inversión en equipos e infraestructura que sobrepasa con creces lo requerido para fabricar medicamentos de síntesis química (aspirina, amlodipina, irbesartán, entre otros), explicó la catedrática.
La promesa del Ejecutivo de aumentar en este mandato la inversión pública total en materia de ciencia, tecnología e innovación hasta el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) —plasmada en el Plan de Acción Uniendo Fuerzas— se esfumó, pues la Senacyt no cuenta con el presupuesto deseado.
Datos de interés
- El Centro Regional de Innovación de Vacunas y Biofármacos tiene un costo de $8.6 millones.
- La planta de producción tiene un costo de $50 millones.
- En Medellín, Colombia fue inaugurado recientemente un laboratorio de vacunas y biofármacos a un costo de $54 millones. La diferencia es que Panamá tendrá un centro para realizar investigaciones y posteriormente se consturirá la planta para producir vacunas y biofármacos.
- En América Latina, Brasil y Argentina trabajan en el tema de vacunas hace varios años, pero no tienen la capacidad de exportación. De hecho, el Instituto Butantan de Brasil, que tiene más de 120 años de tradición en la producción de vacunas y biológicos.