El relleno sanitario de cerro Patacón, en el corregimiento de Ancón, cumplió su tiempo de vida útil y el Estado debe buscar una alternativa para el manejo y depósito de los desechos que se generan en la ciudad de Panamá y en el distrito de San Miguelito.
Ese fue el planteamiento de Stanley Heckadon, científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, a quien en la década del 80 le correspondió coordinar el plan para cerrar el vertedero de Panamá Viejo, donde ahora está Costa del Este, y trasladarlo a lo que hoy es cerro Patacón.
“Debíamos buscar una opción que solucionara la crisis ambiental y las protestas de personas contra el entonces vertedero de Panamá Viejo y se escogió Patacón. El plan era que este último fuera un relleno sanitario que funcionara por 25 o máximo 30 años, pero ya se pasó ese tiempo”, manifiesta.
En palabras de Heckadon, todos los rellenos tienen expectativas de uso y el de Patacón era de unas tres décadas, lo cual también dependería del crecimiento de la población en lugares como el centro de la ciudad de Panamá y sus periferias, así como en el distrito de San Miguelito.
También recuerda que, en aquellos años, la ciudad era más pequeña y terminaba en áreas como Panamá Viejo y Juan Díaz, pero ahora la huella urbana se extiende hasta corregimientos como Pacora o Las Garzas.
En ese contexto, planteó que el censo de población dio cuenta que, en los años 80, en el distrito de Panamá había aproximadamente medio millón de personas y ahora, entre Panamá y San Miguelito, la cifra puede estar en 1.5 millones.
Un informe de la Contraloría General de la República precisa que en 1980 había en la ciudad de Panamá 477 mil 107 habitantes.
Desastre ambiental
Sobre la crisis ambiental que se reporta actualmente en el relleno sanitario, Heckadon subraya que va más allá del área de la concesión y que para su traslado se requerirá un estudio de suelo, hidrología, viento y de la parte económica, y que el sitio esté lejos de las personas.
“La ventaja de Patacón era que estaba relativamente accesible a la ciudad de Panamá y no había población. Ahora habría que hacer muchos estudios para encontrar el sitio mas adecuado”, remarcó el científico.
Alcance: Daño Ambiental
La concesión otorgada a Urbalia para el relleno es de 132 hectáreas, pero la contaminación que genera impacta unas 10 mil hectáreas a su alrededor, que incluyen el Parque Nacional Camino de Cruces. Además, los asentamientos informales se han tomado ocho hectáreas de las concesionadas a Urbalia. El contrato para operar el relleno sanitario es de unos 10 millones de dólares al año, lo que brinda una idea de cuánto le costaría al Estado asumir esta gestión.
Actualmente, el relleno sanitario es un problema de salud pública y ambiental, ya que la contaminación que produce va mucho más allá del área de concesión, alcanzando unas 10 mil hectáreas, entre las que están zonas protegidas, como el Parque Nacional Camino de Cruces, y también quebradas y ríos, algunos de los cuales desembocan en la cuenca hídrica del Canal de Panamá.
A esto hay que agregar que alrededor del relleno se han levantado varias comunidades, entre ellas Guna Nega y el Valle de San Francisco. En su entorno más cercano hay al menos 300 viviendas.
Es un escenario del que están al tanto entidades como el Ministerio de Ambiente y la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario, más aún cuando en 2023 vence la concesión con la empresa Urbalia, la cual en estos momentos administra la operación del relleno.
¿Qué se hará al respecto? ¿Seguirán trabajando con Urbalia luego de 2023? Álvaro Díaz, director de Servicios Técnicos de la Autoridad de Aseo, informó que se encuentran en el proceso de elaboración de un plan de manejo de desechos en el que se aprovecharía el 50% de la basura que produce la ciudad de Panamá y no se dará la disposición de la basura a cielo abierto, como se hace actualmente.
“No puedo dar más detalles porque estamos trabajando en eso, pero cambiaremos el modelo de manejo de la basura”, acotó.
Miguel Flores, director de Verificación del Desempeño Ambiental del Ministerio de Ambiente, manifestó que sostendrán encuentros con representantes de la Presidencia de la República y del Ministerio de Salud, para revisar el contrato con la empresa Urbalia.
“La idea es ver si se rescinde el contrato o se termina según lo establecido, para dar oportunidad a otra empresa. Eso dependerá de las reuniones que sostendremos, pero el fin será buscar la mejor solución a este problema de vieja data que está en el corazón de la ciudad de Panamá”, aseguró.
Flores mencionó que han pasado tantos incidentes con la operación del relleno, que se debe tomar una decisión de forma conjunta.
Este viernes, el Ministerio de Ambiente, la Autoridad de Aseo y la Defensoría del Pueblo llevaron a cabo una inspección al relleno sanitario, en la que se encontraron con problemas como basura y tierra mal compactada, deslaves debido a las lluvias, fuga de lixiviados y vías de acceso peligrosas para el paso de los camiones.