Un equipo de científicos de Northwestern ha diseñado un innovador material de “andamio” electroactivo que promete revolucionar la regeneración de la vejiga, superando las limitaciones de los métodos tradicionales. Desarrollado bajo la dirección de Guillermo A. Ameer, un investigador panameño, este material podría mejorar significativamente los resultados en pacientes con problemas vesicales, con efectos secundarios mínimos y sin la necesidad de procedimientos quirúrgicos adicionales.
Este biomaterial tiene una característica única: es capaz de regenerar el tejido vesical y mejorar la función del órgano al integrarse perfectamente con el cuerpo, sin el uso de células sembradas, lo que elimina las complicaciones en la fabricación y en su implementación clínica. “Este podría ser el primer ejemplo de un dispositivo conductor de electricidad sin células que regenera un órgano”, comentó Ameer. Este avance podría transformar el tratamiento de pacientes que padecen enfermedades neurodegenerativas y problemas derivados del cáncer que afectan la función de la vejiga.
En un estudio publicado en Nature Communications, Ameer y su equipo demostraron que este andamio, fabricado con elastómero biodegradable, no solo es funcional, sino también rentable. A diferencia de los métodos actuales que dependen de andamios con células sembradas, el nuevo material no requiere este proceso y ofrece un rendimiento superior a los estándares de regeneración de tejidos.
“El uso de materiales con células sembradas a menudo complica la fabricación y la implementación clínica. Aquí demostramos que la integración de componentes conductores de electricidad en un elastómero biodegradable puede dar lugar a un material que cumple con los requisitos funcionales y biológicos”, añadió Ameer.

Los investigadores utilizaron modelos animales con función vesical deteriorada y comprobaron que el andamio electroactivo restauraba la regeneración y la función vesical de manera más eficiente que los métodos convencionales. Esta tecnología podría facilitar futuras aplicaciones clínicas, eliminando la necesidad de trabajar con células vivas y simplificando el proceso quirúrgico.
Los próximos pasos, según Ameer, incluyen evaluar el material en modelos animales a largo plazo para comprender cómo se comporta a medida que se degrada, lo cual es crucial para su implementación clínica en humanos.
Rebecca Keate, investigadora postdoctoral en el Centro de Ingeniería Regenerativa Avanzada de Northwestern, destacó la importancia de este avance: “La capacidad de regenerar tejido funcional sin añadir componentes biológicos suplementarios nos acerca a soluciones reales para la clínica, lo que podría cambiar la vida de los pacientes”, añadió.
Este proyecto cuenta con el apoyo de becas y premios de los Institutos Nacionales de Salud y de la Universidad Northwestern, destacando su potencial para cambiar el tratamiento de enfermedades que afectan a millones de personas.
Ameer, quien es profesor de ingeniería biomédica en Northwestern University, en Chicago, Estados Unidos, creó el primer dispositivo médico ortopédico para uso en cirugías de rodilla y tobillo, capaz de regenerar el tejido y desaparecer con el tiempo del cuerpo.
Además, junto a su equipo de trabajo también creó en 2018 un vendaje regenerativo para heridas en pacientes diabéticos, cuatro veces más rápido que el tradicional.
Estudió en el Instituto Panamericano y residía en el corregimiento de Betania. Luego viajó a continuar sus estudios e ingresó a la University of Texas, en Austin, donde estudió licenciatura en ingeniería química.
Posteriormente, cursó un doctorado en ingeniería química y biomédica en el Massachusetts Institute of Technology, en Cambridge.
Actualmente, trabaja como profesor de ingeniería biomédica y director del Center for Advanced Regenerative Engineering, en Northwestern University.


