El panameño Guillermo Antonio Ameer, profesor de ingeniería biomédica, y director del Center for Advanced Regenerative Engineering en Northwestern University, junto con un equipo de científicos, crearon un sensor bioelectrónico que permite la monitorización continua de la función de la vejiga durante un período prolongado.
El avance médico, que promete cambiar la vida de las personas que sufren de disfunción de vejiga, se debe al desarrollo de esta tecnología. Este proyecto combina un implante suave y flexible con una aplicación móvil para monitorear y controlar el funcionamiento de la vejiga de manera remota y en tiempo real.
Si bien este nuevo dispositivo es innecesario para la persona promedio, podría ayudar a las personas con parálisis, espina bífida, cáncer de vejiga o enfermedad de la vejiga en etapa terminal, donde la función de la vejiga a menudo se ve comprometida y puede ser necesaria una cirugía de reconstrucción de la vejiga. El sistema de sensores también puede permitir a los médicos monitorear a sus pacientes de forma remota y continua para tomar decisiones de tratamiento más informadas y rápidas.
“Si los nervios de la vejiga se dañan por una cirugía o por una enfermedad como la espina bífida, entonces el paciente a menudo pierde la sensibilidad y no se da cuenta de cuándo su vejiga está llena”, detalló Ameer, añadiendo que “para vaciar la vejiga, a menudo tienen que utilizar catéteres, los cuales son incómodos y pueden provocar infecciones dolorosas. Queremos eliminar el uso de catéteres y evitar los procedimientos actuales de monitoreo de la función de la vejiga, los cuales son altamente invasivos, muy desagradables y deben realizarse en un hospital o en un entorno clínico”.
“Este trabajo es el primero de su tipo adaptado para el uso humano”, manifestó Ameer. “Demostramos la función potencial a largo plazo de la tecnología. Dependiendo del caso, podemos diseñar la tecnología para que resida permanentemente dentro del cuerpo o para que se disuelva de manera inofensiva después de que el paciente se haya recuperado por completo”, acotó.

En estudios con animales, el sistema se probó para proporcionar mediciones precisas del llenado y vaciado de la vejiga durante períodos prolongados, lo que sugiere su potencial para ser utilizado en entornos clínicos y hospitalarios. El dispositivo se probó durante 30 días y con primates por ocho semanas, lo que da confianza para una futura implementación en humanos. Los investigadores también demostraron que los sensores son lo suficientemente sensibles como para detectar la tensión causada por volúmenes muy bajos de orina.
Aunque esta tecnología es prometedora, el doctor Ameer no la concibe como una solución única a la situación de muchos pacientes, sino como parte de un sistema más amplio para completar el restablecimiento de la función de la vejiga. En el futuro, esta tecnología podría combinarse con otras terapias regenerativas y tratamientos médicos para ofrecer soluciones aún más efectivas para aquellos que sufren de disfunciones en la vejiga.
El estudio, “un sistema bioelectrónico implantable inalámbrico para monitorear la función de la vejiga urinaria después de la recuperación quirúrgica”, fue apoyado por el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales y el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería.

La trayectoría de Ameer
El científico panameño, en estos últimos años, también trabajó en la creación del primer dispositivo médico ortopédico para uso en cirugías de rodilla, hombro y tobillo, capaz de regenerar el tejido y desaparecer con el tiempo del cuerpo.
Estos dispositivos médicos en forma de tornillos biodegradables están hechos en un biomaterial compuesto de partículas de cerámica, similar al que se encuentra en nuestros huesos, y un polímero antioxidante a base de citrato, desarrollado en su laboratorio. Este biomaterial, llamado Citregen, a medida que se conecta con el tendón o ligamento, va regenerando el tejido original.
Además, junto a su equipo de investigación, en 2018 inventó un vendaje regenerativo para heridas en pacientes diabéticos, que acelera el proceso de curación en comparación con el vendaje tradicional.
Además, el científico panameño es parte de un grupo de ocho profesores de la Universidad de Northwestern elegidos para la Sociedad Estadounidense de las Artes y la Ciencias.
Ameer fue nombrado ganador del Premio a la Trayectoria de Materiales Bioactivos 2022 por la revista académica Bioactive Materials.
Otros reconocimientos, entre muchos, incluyen los premios a la Innovación, el Desarrollo y la Comercialización de Tecnología 2022, otorgados por la Sociedad de Biomateriales y la Sociedad Internacional de Medicina Regenerativa e Ingeniería de Tejidos de América del Norte. También fue elegido en el 2021 como miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos.
El científico Ameer estudió en el Instituto Panamericano y residió en el corregimiento de Betania. Luego viajó a Estados Unidos a continuar sus estudios e ingresó a University of Texas at Austin, en Austin, donde obtuvo una licenciatura en ingeniería química. Cursó un doctorado en ingeniería química y biomédica en el Massachusetts Institute of Technology, en Cambridge.