¿Cómo prefieres el tamal, con o sin pasita?

¿Cómo prefieres el tamal, con o sin pasita?
El baile de los tamales


Adentrarse en la cocina panameña es como emprender un viaje por la historia y el corazón de sus familias, y ningún plato encarna mejor esa experiencia que el tamal panameño. En cada hogar, desde las ciudades bulliciosas hasta los campos más apartados, las cocinas se transforman en talleres de amor y tradición al preparar esta delicia.

Imagínese entrando a una cocina panameña durante la época de fiestas. El sonido de las risas se mezcla con el ruido rítmico del maíz siendo molido a mano, mientras las hojas de bijao se disponen con cuidado sobre la mesa. El aire se llena del aroma de los ingredientes frescos que pronto darán vida al tamal. Cada persona tiene un rol: alguien desgrana el maíz, otro mezcla la masa y los más experimentados se encargan de rellenar y envolver cada tamal con precisión.

La receta del tamal panameño es tan diversa como las historias que lo acompañan. Su masa, hecha de maíz nuevo y suavemente sazonada, se convierte en el lienzo perfecto para un relleno que combina pollo o cerdo con aceitunas, pasitas, entre todos los ingredientes que se le quiera agregar. Al envolverlo en hojas de bijao, el tamal adquiere ese toque único, un perfume que solo se libera completamente al abrirlo tras su cocción lenta.

Hoy, cada vez que disfruto un tamal panameño, es como abrir una ventana al pasado. Me transporta a esos días en los que la cocina se convertía en un espacio de unión, creatividad y tradición. Es un recordatorio de cómo la comida no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, conectándonos con nuestras raíces y con quienes somos.

Así que, si alguna vez tiene la oportunidad de adentrarse en una cocina panameña y participar en la elaboración de tamales, no la deje pasar. Es un viaje culinario que lo llevará al corazón de Panamá, una experiencia que saboreará no solo con el paladar, sino también con el corazón.

Pero, al final, queda una pregunta inevitable: ¿qué team eres? ¿Tamal con o sin pasitas? Esa discusión sigue viva en cada mesa panameña y tal vez nunca tenga una respuesta definitiva, pero es parte de lo que hace al tamal tan especial.


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