El abogado Alfonso Domeyko, exfiscal y exdirector del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile, estuvo de visita en Panamá y el pasado jueves participó del conversatorio “Hacia un plan de cierre minero ordenado, transparente y seguro”, organizado por la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá. El además profesor universitario y consultor nacional e internacional en temas mineros, asuntos públicos e infraestructura conversó con La Prensa sobre el tema.
En su concepto, ¿la mejor opción para cerrar la mina de First Quantum es que lo haga esa empresa, el gobierno, otra empresa o…?
Más que pensar en quién debe hacerlo, hay que tener claro qué se debe hacer. A la luz de los antecedentes, el gobierno panameño, que es el que está ahora a cargo de la situación, debe requerir un informe sobre la estabilidad física y química de la mina a un grupo de profesionales, transversales y que den garantías a todas las partes. Ese es el primer paso.
Entonces, la auditoría previa al cierre, ¿debe ser hecha por una firma independiente y no por la empresa ni por el gobierno que defendió a la minera?
Yo creería, por experiencia, que si hay desconfianza del gobierno, de la empresa, debiera generarse una mesa técnica pero ejecutiva, que pueda contratar servicios independientes. Que en esa mesa esté el gobierno, la empresa, pero también otros actores que den garantía de la transversalidad y seriedad de lo que se va a presentar.
¿Qué debe hacer el equipo técnico gubernamental que se crea para cerrar una mina y quiénes deben conformarlo?
Ingenieros ambientales, ingenieros geomecánicos, geólogos y abogados. Gremios empresariales y alguna organización ambiental objetiva o respetada. Con esa información, se deben poder evaluar los riesgos y las medidas de un cierre provisorio, entendiendo que luego vendrán pasos más profundos para el cierre, pero que requieren más tiempo y mayores estudios. Pero no se puede dejar pasar más tiempo en esta definición. Eso puede complicar todavía más las cosas.
¿Cierre provisorio?
Sí. Hay cierres temporales, por un tiempo determinado, por una temporada. O cierres definitivos, a perpetuidad. En estas circunstancias, entendiendo la situación de Panamá y que esto podría alargarse mientras se define quién va a financiar ese cierre o si se judicializará la situación, lo mejor a mi entender es poder generar un cierre provisorio, pensando en un periodo, en el que se gaste menos, mientras se espera la resolución definitiva.
¿Hay tratados internacionales que regulan la materia?
Hay normativas internacionales, sí. Por ejemplo, el convenio 176 de la Organización Internacional del Trabajo, que dispone la obligación de los Estados sobre las faenas que están abandonadas en materia de seguridad. Y los principios de Ecuador del Banco Mundial, que regulan a quienes acceden a créditos para financiamiento de proyectos. Y hay otras que también regulan de manera genérica estos temas.
¿Los gobiernos son lo suficientemente capaces y organizados para realizar una tarea tan compleja como un cierre de mina?
Entendería que, según las capacidades y al desarrollo histórico y cultural de ciertas actividades, los gobiernos cuentan con más o menos capacidad. En una situación como esta, más que crear nueva burocracia que puede entorpecer o enlentecer esta actividad, lo ideal sería generar una instancia transversal de trabajo, donde el Estado sea el articulador, pero que también esté la sociedad civil, las universidades, profesionales y consultores, donde se propongan soluciones rápidas y transparentes.
¿Qué pasa cuando las minas se abandonan? ¿Qué peligros tiene eso?
El primer peligro es que las lluvias y el agua afecten la estabilidad física (es decir, la estructura) y su estabilidad química (que las aguas se contaminen, se acidifiquen y puedan infiltrar napa subterránea o contaminar ríos). Se deben tomar medidas inmediatas para evaluar el estado de situación de la mina y con eso tomar decisiones. Recomiendo más cabeza que corazón. Hay que tener certeza para poder tomar decisiones. El caso de Brasil, en efecto, no era una mina abandonada, estaba en plena operación, pero hubo una decisión no acertada en cuanto a la definición y el tratamiento de los riesgos que significaban la lluvia, el agua y la acumulación del agua. Y eso generó ese terrible accidente que todos lamentamos.
¿Cómo se cierra una mina? ¿En qué consiste ese proceso?
Lo primero que se debe hacer es asegurar la estabilidad física y química de la mina. Que la mina pueda mantenerse en pie. Que tenga la estructura firme, sin riesgo de colapsar por agua o movimiento telúrico. Y en segundo lugar, asegurar la estabilidad química: que las aguas, al entrar en contacto con la tierra, con el material mineral que está sobre la tierra, se acidifique y se esparza contaminando aguas subterráneas o superficiales. Para eso hay ingeniería y metodología: se controlan esas aguas y se depositan en ciertos lugares controlados para monitorearlas. Luego de ese primer paso se puede empezar a pensar en nuevos usos del territorio, como integrarlo con otra actividad ya sea turística, industrial o agrícola. Pero las bases deben ser firmes.
¿Cuánto puede costar el cierre de la de Panamá?
No podría decirlo, pero el costo del cierre de minas de similares características en Chile puede estar cerca de los $800 millones a $1,000 millones. Lo que sí es que no puede quedar la mina abandonada mientras se define quién va a tomar el control. Tiene que haber una medida inmediata y para eso ambas partes deben ponerse de acuerdo, porque los efectos podrían ser muy nocivos para las dos partes.