El complejo rescate de las iglesias del Casco Antiguo



Restaurar las cinco iglesias del histórico barrio de San Felipe se ha convertido en una labor titánica para el Comité de Amigos de las Iglesias del Casco Antiguo (CAICA).

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Falta de recursos y poco apoyo del Estado son solo algunos de los obstáculos que han sorteado, en estos últimos 16 meses, los voluntarios que integran este comité.

“No contamos con presupuesto estatal. Hemos recogido dinero de personas, amigos, familiares,amistades, de personas que no conozco”, cuenta Ricardo Gago, presidente de CAICA.

Desde agosto de 2013, la organización ha venido trabajando en la restauración de cinco templos históricos: el oratorio San Felipe de Neri, San Francisco de Asís, parroquia San José, iglesia Nuestra Señora de La Merced y la Catedral Metropolitana de Panamá.

De esas, tres tienen avances significativos, las otras dos se mantienen aún en franco deterioro.

LABOR

La primera iglesia rescatada una vez inició el proyecto fue San Felipe de Neri. Gago cuenta que en 2003, durante la administración de la entonces presidenta Mireya Moscoso, este templo volvió a brillar.

Sus instalaciones fueron remozadas con fondos provenientes de Taiwan y estuvieron abiertas al público. Pero luego, a pocos meses, fue olvidado nuevamente.

Estuvo cerrado por 10 años. Ni los feligreses ni los turistas que a diario caminan por el Casco Antiguo pudieron visitarlo.

“En tres meses la arreglamos. Restauramos la fachada lateral, tiene su campanario funcionando... la iglesia se adecuó y tiene encendido el aire acondicionado 24 horas, y es costoso, pero es necesario para mantenerla en buen estado”, destaca con orgullo Gago, mientras muestra las mejoras del templo.

La ciudad, ayer y hoy

El complejo de iglesias está dentro de del Casco Antiguo, en San Felipe, sitio declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1997. Esta ciudad se fundó el 21 de enero de 1673. A principios de 2014 concluyeron los trabajos de restauración del Casco, por un monto de $75 millones. La obra había iniciado en enero de 2012. Los trabajos incluyeron cambios de adoquines, de redes de alcantarillado y soterramiento de cables.



En la actualidad la iglesia está abierta todos los días, de 7:00 a.m. a 7:00 p.m., y todos los domingos se celebra la misa a las 12:30 mediodía.

La iglesia de La Merced, que preside el párroco Javier Mañas, fue la segunda que se rescató. Los trabajos de restauración -que suman a la fecha casi $3 millones- han sido más complejos.

Reforzaron los pilares, restauraron el altar de San Pancracio, cambiaron los techos, colocaron nuevas campanas automatizadas y están por instalarle acondicionadores de aire.

Aún realizan trabajos, pero a menor escala, por lo que da la oportunidad a los feligreses de participar en las eucaristías que allí celebran, también en bodas y primeras comuniones.

ASÍS

En los últimos meses, los trabajos que dirige CAICA se han concentrado en la iglesia San Francisco de Asís. “Cuando entramos a este templo [hace un año] estaba lleno de agua. Nos llegaba hasta la rodilla. Todo estaba deteriorado, era un bello desastre”, dice Gago.

Una vez iniciaron las labores remplazaron el techo dañado por 30 mil tejas nuevas. Instalaron en estos momentos un nuevo sistema eléctrico, alarmas de robos y contra incendio, así como un sofisticado sistema de sonido.

Ya fueron restauradas las imágenes del campanario, que incluyen la cruz y los ángeles.

En diciembre instalaron una de las puertas originales de madera puestas en 1918, con herraje echo en el país.

“Estamos trabajando para poder inaugurarla el 1 de noviembre de 2015”, dijo. Este templo sustituirá a la Catedral para la celebración del Tedeum de Estado del 3 de noviembre de 2015.

En estos trabajos de restauración está participando Carlos Noriega. Su padre, incluso, fue quien puso el piso de la iglesia en 1940.

Hoy, su hijo está al rescate de esa labor y en la restauración de los altares que tiene esa estructura.

“Recuerdo que hice la primera comunión en 1945. Estudiaba en el Instituto Panamericano, y aprovechando que me quedaba cerca hice cursos de catecismo, tendría yo 10 años. La recuerdo muy bien cuidada, asistían muchos feligreses y siempre estaba muy concurrida. Pienso que el deterioro fue porque las familias que vivían en el Casco salieron de esta área, se fueron a vivir a Bella Vista y lógicamente las familias dejaron de asistir a esta iglesia”, dijo.

DETERIORO

Los templos que han registrado poco avance en su restauración han sido la Catedral Metropolitana de Panamá y San José.

CAICA solo ha podido hacer “maquillajes” a la Catedral, puesto que su recuperación total cuesta $14 millones. “Lo que hemos hecho ha sido mantenerla limpia y hacerle algunas cositas”, dijo el presidente del comité.

Sin embargo, el 22 de diciembre, el presidente de la República, Juan Carlos Varela, anunció que la Catedral sería restaurada en su totalidad.

Ese mismo día el Instituto Nacional de Cultura (Inac) publicó el pliego de licitación para dichos trabajos, con precio base de $11.1 millones.

Los fondos provendrán del presupuesto del Inac, de los cuales ya fueron otorgados medio millón de dólares. Las empresas interesadas en participar del proyecto deberán presentar sus propuestas el 15 de abril de 2015.

Varela, por su lado, estimó que las labores de restauración culminarán en noviembre de 2018.

La última vez que se le hicieron mejoras a este edificio fue en 2003, a propósito del Centenario de Panamá como República. Sin embargo, solo reconstruyeron las puertas con apoyo económico de Alemania.

Desde agosto de 2013, CAICA ha venido trabajando en la restauración de cinco templos históricos.



La iglesia San José, en tanto, continúa casi en el abandono. CAICA así lo reconoce. Pero tienen las manos atadas.

“Lamentablemente, no hemos hecho nada. Resulta que la ley nos exige que debemos tener un estudio de restauración, y eso cuesta 298 mil dólares que es mucho dinero para un documento”, explica Gago.

Para CAICA no es fácil pedir recursos para un estudio, ya que luego tendrá que hacer otras actividades para recaudar fondos para los trabajos.

Por ahora ha lanzado puentes con el Gobierno y contactado a otras fundaciones en Estados Unidos y Europa para financiamiento del documento.

“Es preocupante porque esta iglesia está muy pero muy golpeada: tiene muchos problemas, techos de zinc, goteras, el altar de oro está en muy mal estado, el campanario...”, agrega el filántropo.

Durante los últimos meses han sido varias la actividades que se han realizado para la recaudación de fondos. Desde conciertos, presentaciones y actividades culturales.

“Aquí no solo es recoger dinero para restaurar... no, también se recoge dinero para mantenerlo, para mantener nuestro patrimonio, que es de todos”, apuntó Gago.

Las historias que guarda La Merced

En la iglesia Nuestra Señora La Merced de San Felipe existe un pequeño salón lleno de objetos. Hay fotos y estatuas de santos de todos los tamaños. Al fondo, Jesús crucificado. 

También hay libros y crucifijos de plata. “Este es el museo de La Merced”, dice Javier Mañas, párroco de la iglesia.

Fue inaugurado en 2010, agrega Mañas, mientras camina entre las vitrinas en cuyo interior reposan libros abiertos escritos siglos antes.

La construcción del museo costó $178 mil. De esos $100 mil los aportó el entonces Fondo de Inversión Social (FIS) y el resto del dinero lo completó la parroquia “a través de donaciones”.

En este recinto, que está abierto al público en general de lunes a domingo de 9:00 a.m. a 4:00 p.m., hay 170 libros. Algunos de ellos datan de 1743, cuando Panamá era parte de España.

Estos son libros sacramentales, añade el párroco. Es decir, documentos donde se registran nacimientos, bodas, bautismo y defunciones.

“Mucha información antes de 1903 se puede encontrar aquí, no toda, pero si una parte”, sostiene Mañas.

También hay un báculo que perteneció a obispo Fraicionio Gary Marcel, que firmó en 1821 el acta de independencia de Panamá de España. “El único obispo que firma un acta en el continente americano, es un hecho importante... aquí hablamos siempre de los próceres de la patria, y nos olvidamos de esta figura, porque bueno, como era el obispo se la ha dejado un poco marginado... él propuso no unirnos a Perú para ser un gran continente”, cuenta.

Gary Marcel donó gran cantidad de dinero que estaba bajo su administración y que era de “toda” la iglesia de Panamá para “formar la nueva Nación”, y ese movimiento se unió posteriormente a Colombia.

RELATOS

En el museo hay un relato de la batalla del Puente de Calidonia, hecho registrado en 1900, en el marco de la guerra de los mil días.

En otro libro se lee una crónica de la invasión de la fuerza militar de Estados Unidos a Panamá el 20 de diciembre 1989, escrito por Javier Arteta, sacerdote que entonces estaba en la iglesia de Fátima de El Chorrillo.

En la vitrina hay un foto del poeta y escritor Ricardo Miró tomada por Carlos Endara; el acta de matrimonio del general Tomás Herrera, un billete del Banco Nacional que circuló a inicios de la República y una copia de la Constitución de 1904.

Hay un atril en plata repujada donando a la iglesia de La Merced por el obispo Joaquín González, en 1798.

“Aquí [en este museo] hay piezas importantes que nos hablan de un pueblo de fe, y todo nos conduce, a digamos, a autenticar nuestra fe...”, sostiene el cura.

EL COSTO

Sin embargo, mantener este recinto histórico y cultural cuesta. Así lo reconoce Mañas.

La restauración de un libro cuesta entre $3 mil y $5 mil, dependiendo de la cantidad de hojas que contenga.

La parroquia solo puede destinar $3 mil anuales para el mantenimiento y funcionamiento, que implica limpieza al lugar y permanente uso de los acondicionadores de aires.

El Instituto Nacional de Cultura y la Autoridad Nacional de Turismo, no obstante, aporta con personal para el mantenimiento del recinto.

Para gastos imprevistos, como reparaciones urgentes, el templo saca recursos de las donaciones que recibe. “No son grandes ingresos”, precisa Mañas.

Para visitar al museo, la iglesia cobra un dólar. Y tiene horario de nueve de la mañana a cuatro de la tarde.

Por lo general, las visitas al lugar se incrementan cuando se divulga su existencia a través de un reportaje, dice el párroco. “Hay días que vienen 40 personas, otros días solo cinco. Los turistas lo visitan más que los panameños”, agrega.

“Esto muestra nuestro desinterés total de nuestra cultura. Siempre es la copia de hacer los que hacen otros países, como el black friday... hay un desconocimiento de nuestra historia. Hay una abandono total de lo que es el patrimonio, garrafal. Si vieran dónde se están las joyas, el estado de los depósitos, es para echarse a llorar”, dice. [VEA VIDEO]

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