Comunidades del corregimiento de Ancón, distrito de Panamá, se unieron a los grupos que se oponen al relleno de 50 hectáreas que se pretende desarrollar en Amador.
Organizaciones como el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales; la Fundación Amador, que administra el Biomuseo; la Universidad Tecnológica de Panamá; el Consejo de Monumentos y Sitios (Icomos, por sus siglas en inglés), y el Centro de Incidencia Ambiental, ya dejaron claro que este mega proyecto no es conveniente en ese sitio.
Juan Ramírez, presidente de la junta de desarrollo local de las comunidades de Albrook y Clayton, en Ancón, subrayó que el punto rellenado sería comercializado, lo cual contravendría lo que establece la Constitución Política respecto a que esos espacios marinos pertenecen al Estado y son de uso público.
“Partiendo de allí está nuestra principal queja, ya que cómo es posible que el Ministerio de Ambiente admita para evaluación un estudio de impacto ambiental de un proyecto que riñe con la Constitución”, destacó.
Ramírez también resaltó que, tomando en cuenta que el estudio de impacto ambiental es categoría III, se debió llevar a cabo una consulta ciudadana mucho más amplia y no fue así, porque ellos, como representantes de las comunidades de Ancón, se enteraron del proyecto por los medios de comunicación.
De hecho, como parte de la elaboración del estudio ambiental de la obra, se tomó una muestra aleatoria simple y, en total, se aplicaron 125 encuestas entre quienes se denominó “actores claves”, como -por ejemplo- comerciantes y “la comunidad” de Ancón. La encuesta fue realizada en negocios ubicados en la vía principal de la calzada de Amador, isla Perico (Brisas de Amador) e isla Flamenco.
No obstante, los residentes de Ancón cuestionaron este tipo de metodología, pues toma como referencia un grupo reducido, aunque en todo el corregimiento de Ancón hay 50 mil personas.
Operación del Canal
Por otra parte, el presidente de la junta de desarrollo local de las comunidades de Albrook y Clayton mencionó que se desconoce el impacto que tendrá este relleno en Amador y la operación del Canal de Panamá, ya que Amador fue construido como una especie de protección para los barcos que ingresan por esa zona.
“Por eso, la calzada de Amador está donde está. Pero rellenando 50 hectáreas o más la pregunta sería a dónde va a parar el volumen de agua que estaba en ese espacio. El mar siempre reclama su espacio”, aportó.
En lo concerniente a las consecuencias negativas para las propias comunidades, el activista citó, en primer lugar, que no hay un plan de uso de suelo aprobado para ese relleno, por lo cual no se conoce lo que estará sobre el terreno y, por otra parte, el estudio ambiental no presenta un plan de tráfico para Amador, pese a que uno de los principales problemas del lugar es el congestionamiento vehicular.
“Nuestra petición al Ministerio de Ambiente, como comunidades de Ancón, es que rechace este documento por la afectación que tendrá en diferentes direcciones: legal, a terceros y ecológicas. Nosotros, los residentes de Ancón, no queremos rellenos. Además, habrá impactos en Chame, en el archipiélago de Las Perlas y en la bahía de Parita, de donde se pretende extraer la arena para el relleno”, añadió.
Rimsky Sucre, dirigente de la comunidad de Quarry Heights y presidente del Comité Pro-Defensa del Cerro Ancón, sostuvo, por su parte, que le “extraña” que un proyecto como ese haya llegado al punto de que se tiene un estudio de impacto ambiental y no se haya consultado realmente a las comunidades del corregimiento.
“Esto me sorprende. No digo que el estudio sea malo, pero hay mucho secretismo en torno a este relleno en Amador. Además, una consulta a un pequeño grupo de personas no es realmente una consulta”, expresó.
A juicio de Sucre, esta clase de propuestas deben ser debatidas con todas las comunidades que de alguna u otra manera se verán afectadas. “Estaremos alertas sobre cómo avanza esto”, dijo.
Finaliza evaluación
El Ministerio de Ambiente informó que concluyó el proceso de evaluación del estudio de impacto ambiental del proyecto de relleno marino de Amador y que ahora mismo se encuentra en la fase resolutiva. Es decir, a la espera de que se notifique el promotor: la sociedad L.G.S. Panama Tourism Development, S.A.
De acuerdo con la entidad ambiental, el estudio ingresó el 31 de marzo de 2022 y se admitió a la fase de evaluación el 1 de abril de 2022. Además, pasó por una fase de evaluación y análisis, según el artículo 7 del Decreto 155 de agosto de 2011, que modificó el artículo 41 del Decreto 123 de agosto de 2009, en la cual se establece que todas las instituciones con competencia (Ministerio de Ambiente, unidades ambientales sectoriales de otros ministerios, unidades ambientales municipales e instituciones de carácter científico y académico) verificarán si se desarrolla adecuadamente los contenidos formales y de fondo exigidos por este reglamento.
El ministro de Ambiente, Milciades Concepción, señaló que de momento no se pueden brindar detalles de la resolución final hasta que se notifique al promotor del proyecto, denominado Desarrollo Marítimo Amador.
Otros cuestionamientos
Además de oenegés, entidades académicas y científicas, algunas instituciones públicas cuestionaron varios detalles del proyecto. Una de ellas fue la Unidad Administrativa de Bienes Revertidos del Ministerio de Economía y Finanzas, la cual indicó que desconocía detalles del relleno, a pesar de que es responsable de la custodia y desarrollo de las áreas revertidas.
También lo hizo la Administración del Recurso Hídrico de la Autoridad del Canal de Panamá, la cual subrayó que, aunque el proyecto se encuentra fuera de los límites de la cuenca del Canal de Panamá, hay una parte que está dentro de los límites identificados como de “compatibilidad” con la operación de la vía acuática. En ese contexto, solicitó la tramitación del permiso de compatibilidad antes de seguir con la evaluación del estudio ambiental.
Otras entidades, como el Ministerio de Obras Públicas y el Ministerio de Salud, emitieron su criterio sobre el relleno, pero ninguna presentó objeción.