Crece drama de niños migrantes en Darién



Reyner, Abraham y José tienen algo en común: a muy corta edad, desafiaron los peligros que representa adentrarse a la selva de Darién, entre Panamá y Colombia. Los tres niños migrantes fueron víctimas de robo, las inclemencias de la jungla, enfermedades y uno de ellos perdió la vida.

El caso más reciente fue el de Reyner, de cuatro años, quien llegó a una de las estaciones receptoras de migrantes en Darién, en compañía de alguien que no era su familiar. Aquella persona dijo que se encontró con el niño perdido en la selva, y decidió llevarlo consigo hasta donde pudiera dejarlo a salvo.

Entre enero y julio de este año, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf) ha detectado 43 reportes como el de Reyner, es decir llega el menor de edad llega a uno de los albergues sin un familiar responsable. Otros 157 venían con “familia extendida”, lo que significa que viajaron con hermanos o tíos, pero con una autorización de sus padres.

La travesía de Reyner tomó por sorpresa a su padre, Rubén Matheus, quien se enteró en Venezuela que su hijo había sido encontrado solo en medio de la selva. Él y la mamá del niño están divorciados, y la mujer decidió realizar el viaje hacia Estados Unidos.

Crece drama de niños migrantes en Darién
Entre enero y julio de este año, la Secretaría de Niñez identifó a 43 niños, niñas y adolescentes que cruzaron Darién sin estar acompañado por un familiar. Archivo

“Ella no me dijo que iba a realizar ese viaje y se llevó sin mi permiso. Yo lo que único que quiero es recuperar a mi hijo”, subrayó Matheus quien fue contactado por La Prensa. De hecho, en medio de la angustia y al ver la imagen de su hijo en redes como Facebook o Twitter, el hombre dejaba su número para que lo contactaran, o le fueran informando del paradero del pequeño.

Según comenta el padre del menor de edad, todo indica que su expareja entregó el niño a otras personas, ya que tuvo complicaciones durante el viaje por la selva, como le ocurre a muchos migrantes.

No obstante, en Venezuela el padre de Reyner presentó una denuncia, con el fin de que se emitiera una alerta de Interpol, debido a que si bien su madre tenía la custodia del niño, no le solicitó permiso para llevarlo a un viaje tan riesgoso, donde pudo haber muerto.

Unos días después que el menor de edad llegó a la estación receptora de migrantes, también arribó su madre. Cuando esto sucede se inicia una investigación, para determinar si verdaderamente son familiares y de ser así, se les permite que sigan su camino.

El luto

A diferencia de Reyner, a José le tocó un viaje mucho más cruel. El menor de seis años partió de Venezuela, recorrió Colombia y junto a sus familiares emprendió marcha por la jungla, durante los siete días de camino que toma la frontera entre Colombia y Panamá.

A mitad de camino, el niño y sus familiares fueron asaltados por un grupo de personas, que aún no han sido capturadas. La versión del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) es que en medio del robo, los delincuentes dispararon contra los migrantes y una de las balas impactó a José, quien murió en el sitio. Además resultaron heridos dos familiares del infante.

Las cifras oficiales indican que este año han muerto cinco al menos menores de edad, de un total de 27 migrantes en Darién. La mayoría de los decesos es por inmersión.

Mientras que algunos llegan solos a Darién y otro mueren en la travesía, Abraham aún intenta recuperarse de ver a su padre y hermano menor morir en Darién arrastrados por un río.

Ahora desde Costa Rica, el niño y su madre llamada Raquel intentan recuperarse de las secuelas de aquel trauma, aunque no es tarea fácil. “Yo perdí a mi esposo y un hijo, dos seres que amaba”, comenta la mujer.

Para Raquel los recuerdos de aquel viaje por Darién la macarán toda la vida, sobre todo por que no pudo recuperar los cuerpos de cónyuge e hijo de cuatro años. “En esa maldita selva quedó parte de mi vida”, comenta.

Los reportes del Servicio Nacional de Migración y de Senafront precisan que entre enero y septiembre de este año han cruzado la selva de Darién, 21 mil 50 de un total de 150 mil migrantes, lo que representa un 14%.

Se trata de una cifra muy parecida al mismo periodo de 2021, cuando se adentraron a esta zona fronteriza unos 21 mil menores de edad.

Este drama sigue vivo y no da señales de menguar. Así lo definió Jean Gough, directora regional de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia para América Latina y el Caribe, en una gira por Darién: “Me entristece que cada vez más niños y niñas se vean obligados a huir de sus hogares como única opción viable para sobrevivir”.



LAS MÁS LEÍDAS