Crece rechazo al relleno de 50 hectáreas en Amador

Crece rechazo al relleno de 50 hectáreas en Amador
Aunque el desarrollo supone 50 hectáreas de relleno en el mar, el estudio ambiental precisa que el área de influencia directa del proyecto comprende una superficie aproximada de 156 hectáreas, definida por área acuática y terrestre. Alexander Arosemena


Más voces expresaron su recelo contra el estudio de impacto ambiental para el desarrollo de un relleno de 50 hectáreas en Amador.

Ya lo hizo la Fundación Amador, que solicitó al Ministerio de Ambiente el rechazo del estudio, y la Autoridad del Canal de Panamá, que indicó que se requiere un estudio de compatibilidad antes de seguir con la evaluación del proyecto.

Ahora emitieron su criterio, como parte del proceso de evaluación, el Instituto Smithsonian, el Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos, por sus siglas en inglés), la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) y la Dirección de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente.

El Smithsonian indicó que el proyecto no ha considerado los impactos que tendrá en su laboratorio marino en isla Naos, mientras que Icomos argumentó que el relleno se acerca a la zona de amortiguamiento del Casco Antiguo y afectaría su valor universal al modificar su entorno. La UTP cuestionó cómo fue considerado para evaluación un proyecto de tal magnitud, sin tomar en cuenta medidas de planificación urbana y ambiental.

El titular de Ambiente, Milciades Concepción, dijo que “pronto” tendrán una decisión sobre el estudio.

La ciencia y la historia ven con recelo relleno en Amador

El polémico relleno de 50 hectáreas en Amador, corregimiento de Ancón, tiene en alerta a científicos, defensores del patrimonio y urbanistas. Incluso, entidades como la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) plantearon que se necesita un “permiso de compatibilidad” antes de continuar con la evaluación del estudio de impacto ambiental de este megaproyecto.

Actualmente, este relleno está en fase de evaluación de estudio de impacto ambiental por parte del Ministerio de Ambiente, durante la cual varias entidades, oenegés, universidades y organizaciones científicas han emitido su criterio.

Dos de las últimas en hacerlo fueron el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, por sus siglas en inglés). A este grupo también se unió la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP).

En el caso del STRI, una de sus principales inquietudes es que nadie les ha consultado sobre la propuesta de relleno, pese a que estará muy cerca de sus laboratorios en isla Naos, Amador.

Dicho instituto pretende llevar a cabo un proceso de revitalización de sus laboratorios en el lugar, pero temen que este proyecto les impacte. “Nuestra inversión inicial, estimada en $18 millones, a iniciar en los próximos dos años, se verá impactada por dicho proyecto”, indica una nota enviada el pasado 29 de abril por Rodrigo Ramírez, director de asuntos legales del STRI, a Domiluis Domínguez, director nacional de Evaluación del Ministerio de Ambiente.

En la nota se plantea que el estudio de impacto ambiental es “deficiente” y no cuenta con “rigor científico alguno”.

Patrimonio histórico

Icomos capítulo de Panamá, también envió una misiva al Ministerio de Ambiente, en la que le exterioriza su “preocupación”, porque el relleno se acerca a la zona de amortiguamiento del distrito histórico o Casco Viejo, corregimiento de San Felipe, nombrado desde 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

“Puede poner en peligro su entorno inmediato y el valor universal excepcional que posee [...] Por estas razones, recomendamos que no sea aprobado el estudio de impacto ambiental del relleno de 50 hectáreas”, dice la nota firmada por Silvia Arroyo, presidenta de Icomos Panamá.

En sus planteamientos, la UTP cuestionó cómo fue considerado para evaluación un proyecto de tal magnitud, sin tomar en cuenta alguna medida de planificación urbana y ambiental. La casa de estudios superiores argumenta que si bien el desarrollo supone 50 hectáreas de relleno en el mar, el estudio ambiental precisa que el área de influencia directa del proyecto comprende una superficie aproximada de 156 hectáreas, definida por área acuática y terrestre.

Además, explicó que uno de los estudios que debe realizarse es el de accesibilidad e impacto vial (tránsito y transporte), que debe formar parte de la etapa de planificación de todo proyecto de este alcance.

“Es un impacto significativo que debe considerarse, para los residentes del área de influencia indirecta del proyecto en Amador, Balboa, La Boca, entre otras comunidades en el corregimiento de Ancón”, menciona el análisis realizado por la UTP.

Plan maestro

Otras entidades, como la Dirección de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente solicitaron la presentación de un “plan maestro”, el cual aclare los usos y actividades que se van a desarrollar en el relleno. De hecho, urbanistas como Manuel Trute, consideran que es necesario ese instrumento urbano, antes de la aprobación del estudio ambiental, para conocer lo que se desarrollará sobre el relleno en Amador.

Durante este proceso de evaluación, la Fundación Amador —que administra el Biomuseo— solicitó se rechace el estudio ambiental, mientras que la ACP indicó que antes de seguir con la evaluación de este estudio, el relleno requiere de un permiso de compatibilidad con la operación del Canal.

Se consultó al ministro de Ambiente, Milciades Concepción, sobre este estudio y señaló que están evaluando el documento y que “pronto” tendrá una decisión final.


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