Crisis en servicio de hemodiálisis: al menos 44 máquinas están dañadas



Cada semana, cientos de pacientes con enfermedades renales que requieren de hemodiálisis en Panamá afrontan no solo el reto físico que implica su tratamiento, sino una verdadera odisea para acceder al servicio, por la crisis que tiene la Caja de Seguro Social (CSS) con sus equipos, muchos de los cuales están dañados. Alonso Rodríguez, presidente del Grupo de Pacientes de Diálisis (Grupadi), lo resumió con desesperación: “llegar y que me digan que la máquina está dañada es frustrante y pone en riesgo nuestra vida”.

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Y lo que dice es la cruda realidad. Las máquinas que de hemodiálisis lo que hacen es limpiar su sangre y son esenciales para la supervivencia de los pacientes renales que han llegado a esta fase. Además, la incertidumbre de no recibir el tratamiento a tiempo afecta no solo su salud física, sino también su bienestar emocional.

Actualmente, al menos 44 máquinas de hemodiálisis están fuera de servicio en diferentes hospitales del país. En el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid, cinco equipos esperan reparación, mientras que en el Hospital Dra. Susana Jones Cano hay siete inoperativas. El impacto de esta crisis se extiende más allá de los pacientes, ya que, también pone a los equipos médicos ante un grave dilema logístico. En muchos casos, los pacientes deben esperar durante horas, o incluso viajar largas distancias, para acceder a una máquina funcional, lo que eleva el estrés y la preocupación; en otras ocasiones tienen que lidiar con turnos nocturnos.

“Es una lucha constante por sobrevivir”, aseguró Rodríguez.

Además, la falta de mantenimiento y de repuestos agrava una situación que ya es compleja. A pesar de los esfuerzos del personal médico, al disponer de recursos limitados y tener equipos dañados la atención se hace cada vez más difícil de brindar. La situación es insostenible y requiere una atención urgente para evitar consecuencias fatales.

La falta de mantenimiento

Rodríguez precisó que la situación se ha prolongado por más de un mes y medio, sin que la empresa proveedora actual, Promoción Médica S.A., envíe los técnicos para realizar las reparaciones. Los pacientes que dependen de las hemodiálisis regularmente están en una espiral de incertidumbre porque no saben si al llegar a la instalación de salud podrán recibir el servicio. En el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid, por ejemplo, deben llevar su propia silla para colocar los pies durante el tratamiento, y varias máquinas tienen notas que indican: “en espera de piezas, no usar”.

Estas fallas constantes no solo afectan la calidad del servicio, sino que también ponen en riesgo la vida de quienes necesitan el tratamiento de manera urgente, acotó el dirigente.

Crisis en servicio de hemodiálisis: al menos 44 máquinas están dañadas
Hay máquinas de hemodiálisis que requieren piezas. Cortesía

La situación fue reportada al director nacional de Prestaciones y Servicios de Salud de la CSS, Marcos Young, quien reconoció la gravedad del problema. Según Young, la empresa proveedora debe seguir prestando el servicio mientras se realiza la transición al nuevo consorcio (Damos Vida, formado por las empresas DaVita y Sintec), responsables de garantizar la continuidad del servicio. Sin embargo, el proceso de transición no es fácil y está cargado de complicaciones logísticas.

El nuevo contrato con el Consorcio Damos Vida, por un monto de $178,188,796.18 es por “el servicio de Hemodiálisis, suministro de kits de hemodiálisis, así como al diseño, construcción y habilitación de unidades de hemodiálisis”.

Soluciones provisionales

La demanda de tratamientos renales crece cada año, lo que hace aún más urgente la necesidad de una solución definitiva. La CSS, que atiende a 2,797 pacientes renales crónicos, cuenta con 25 nefrólogos y un equipo compuesto por 300 enfermeras, 80 médicos generales, 50 técnicos y personal administrativo. A pesar de estos esfuerzos, la infraestructura del sistema de hemodiálisis está claramente sobrepasada. Las máquinas disponibles no son suficientes para cubrir la creciente demanda, y los pacientes se ven forzados a recurrir a métodos alternativos para continuar con sus tratamientos.

Para hacer frente a esta crisis, la CSS ha comenzado a habilitar salas de transición en diferentes puntos del país. En Aguadulce, provincia de Coclé; en la provincia de Chiriquí y en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid, en la ciudad de Panamá, se están utilizando espacios existentes para instalar 90 nuevas máquinas, que eventualmente serán permanentes, indicó Young.

Crisis en servicio de hemodiálisis: al menos 44 máquinas están dañadas
Actualmente, más de 44 máquinas de hemodiálisis están fuera de servicio en diferentes hospitales del país. Archivo

Estas acciones tienen como objetivo reducir la presión sobre los equipos actuales y eliminar la necesidad de los turnos nocturnos, que afectan gravemente la calidad de vida de los pacientes. Aunque estas soluciones son provisionales, son cruciales para garantizar la atención continua mientras se lleva a cabo la transición entre proveedores.

La transición

El proceso de transición de proveedores de máquinas y servicios de hemodiálisis es un paso importante, pero no está exento de desafíos. Young destacó la importancia de este proceso, que no solo implica el cambio de proveedores, sino una reorganización estructural que busca evitar interrupciones fatales en la atención. La CSS está trabajando para garantizar que la transición se haga de manera ordenada y sin contratiempos, pero su éxito depende de la colaboración eficaz con las empresas proveedoras y de la ejecución precisa de las acciones previstas.

En el Complejo Hospitalario, 240 pacientes reciben hemodiálisis diariamente en 30 máquinas, muchas de las cuales operan al límite de su capacidad, incluso en turnos nocturnos. Young recalcó que cualquier interrupción en la continuidad del servicio sería devastadora, no solo para los pacientes, sino también para el sistema de salud en general. Por eso, la CSS está tomando medidas urgentes, como la instalación de nuevas máquinas y la reorganización de los espacios para asegurar que los pacientes reciban el tratamiento a tiempo y de manera digna.

En resumen, el sistema de hemodiálisis en Panamá se enfrenta a una crisis que exige respuestas rápidas y efectivas. Aunque la transición entre proveedores es una medida necesaria, solo el tiempo dirá si la CSS podrá superar los desafíos logísticos y garantizar que no haya interrupciones en los tratamientos.


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