La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) alertaron que la crisis migratoria que vive el continente americano se puede profundizar y que por tal razón los países de la región tienen que atender el problema de forma integral.
En una publicación conjunta, la OIM y la Acnur resaltaron este jueves 7 de diciembre que la provincia panameña de Darién es el epicentro de una crisis migratoria que muestra la magnitud y la complejidad de los movimientos de personas en el continente.
Y es que por la selva de Darién, frontera con Colombia, ya han cruzado al menos 500 mil migrantes irregulares, una cifra récord y que duplica el registro de 2022, cuando cruzaron 248 mil 284.
La mayoría de estas personas provienen de Venezuela, Haití, Ecuador y Colombia, quienes hacen la travesía con la meta de llegar a Estados Unidos o Canadá. Así mismo hay viajeros irregulares de África y Asia.
“Los países de acogida piden un mayor apoyo de parte de la comunidad internacional para fortalecer los servicios nacionales y brindar oportunidades de integración para que las personas puedan encontrar estabilidad y evitar embarcarse en viajes tan peligrosos”, expresó Amy Pope, directora general de la OIM.
“Las personas migrantes y refugiadas son agentes impulsores muy poderosos para el desarrollo y para gestar comunidades y sociedades mucho más fuertes y diversas”, agregó.
Ambos organismos internacionales plasman que se requiere de un enfoque más amplio que analice la situación de los países de origen, de tránsito y de destino. Se destaca que este enfoque tiene como objetivo duplicar los esfuerzos para enfrentar las causas que hacen que las personas se vayan de sus países.
“Ningún país puede con sus propias herramientas y aisladamente abordar tales desafíos. Tan sólo trabajando conjuntamente con los actores clave de relevancia sobre la base de un enfoque colaborativo y observando con atención lo que podría llegar a hacerse en cada instancia del viaje es que podremos luchar contra tales desafíos de forma efectiva”, afirmó Filippo Grandi, de Acnur.
Los organismo internacionales recordaron que las personas que cruzan el Tapón del Darién y otras fronteras de manera irregular están expuestas a graves riesgos como peligros naturales, violencia sexual y basada en género, robo, trata de personas, extorsión y secuestro.
Desde 2021, cuando aumentó considerablemente el flujo migratorio irregular por Darién, Panamá ha realizado varias convocatorias a los países de la región para atender esta crisis, que ya entes regionales alertan que se puede agravar en América.