Desde el corazón del Complejo Hospitalario: los múltiples retos para mejorar la atención

Desde el corazón del Complejo Hospitalario: los múltiples retos para mejorar la atención
El problema en el Complejo Hospitalario no es solo de espacio; es un engranaje logístico que lucha por no desmoronarse bajo el peso de una demanda que siempre supera la capacidad. LP Elysée Fernández


En el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid de la Caja de Seguro Social (CSS), el tiempo parece un espejismo que se alarga y se dobla entre los pasillos repletos de almas dolientes. Desde el primer rayo de sol que se cuela por las ventanas hasta el último susurro de la noche, el Cuarto de Urgencias es un escenario de angustias contenidas y esperanzas frágiles.

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Cada día, más de 250 personas atraviesan sus puertas con el anhelo de ser atendidas, mientras que otras 5,000 buscan respuestas en las consultas externas. La cifra es abrumadora, casi irreal, y, sin embargo, para los médicos, las enfermeras y el personal administrativo, es solo un día más de trabajo.

En una visita de La Prensa al centro hospitalario de 73 años de existencia, Ricardo Sandoval, el director médico, aseguró con voz firme: “no estamos saturados”. Sin embargo, admitió que este hospital no solo atiende a la ciudad de Panamá, sino que carga sobre sus hombros las esperanzas de pacientes de las provincias enteras que buscan la atención especializada que solo allí pueden encontrar.

Los números hablan por sí solos: mientras un hospital privado recibe entre 20 y 30 pacientes diarios en su Cuarto de Urgencias, este hospital público enfrenta la embestida de más de 250 personas cada día, mencionó.

Los pasillos son un universo en sí mismos: algunos vacíos, otros llenos. Camillas estacionadas en fila como barcos, ocupadas por pacientes cansados y rostros marcados por la incertidumbre, esperan ser trasladadas a las salas de hospitalización luego de ser admitidas. Cada consulta de emergencia toma entre 4 y 6 horas, un lapso que en un hospital privado parece razonable, pero que aquí, multiplicado por cientos de pacientes, se convierte en una eternidad insoportable.

El problema no es solo de espacio; es un engranaje logístico que lucha por no desmoronarse bajo el peso de una demanda que siempre supera la capacidad. Aunque el hospital fue diseñado para atender emergencias graves y realizar procedimientos especializados, el flujo constante de pacientes transforma cada jornada en un desafío colosal. “Hemos hecho cambios en la logística, ajustado el flujograma, todo para reducir los tiempos de espera en el Cuarto de Urgencias”, explicó Sandoval.

Desde el corazón del Complejo Hospitalario: los múltiples retos para mejorar la atención
Por día, en el Cuarto de Urgencias llegan al menos 250 pacientes. Elysée Fernández

El doctor comentó que las personas tienen que esperar al menos cuatro horas para ser trasladadas a las salas de hospitalización. No obstante, la madre de una paciente, durante el recorrido, se acercó a La Prensa para comentar que llevaba más de cuatro horas esperando para ser hospitalizada y atendida por un gastroenterólogo.

En medio de la situación, Sandoval intenta consolar a la madre: “Hola, ¿cómo está? ¿Ya la atendieron?”. ”A mi hija que está con mucho dolor, pero creo que la van a subir para ser atendida por gastro. Bueno, ya la van subiendo. Tienen que esperar un poquito”, respondió el director médico a la madre.

El proceso, sin embargo, no termina con la consulta inicial. “Después de que usted pasa por el proceso de atención y se decide que debe hospitalizarse, entonces cambia la dinámica. A usted se le consigue una cama en el piso y sube. Pero hay un problema serio: camilleros. No hay suficientes. Es una población de gente que no se entrena. Son los que menos ganan y el trabajo es duro. Muchos entran y se van rápido”, explica Sandoval.

“La otra situación que ahora también tenemos problemas es el número de camas de intensivo. Tenemos 80, pero no son suficientes para la demanda”, enfatizó.

A pesar de los desafíos, hay pequeños avances. “Ahora mismo estamos llegando ya a ese límite porque hemos logrado, poco a poco, mover el hospital. Teníamos 40 camas. Teníamos el 50% instaladas y ya hemos mejorado”, señala. Sin embargo, la Ciudad de la Salud, con 160 camas disponibles, enfrenta su propio dilema: “No pueden usar 16 porque no hay recursos humanos. Usted puede instalar mil camas, pero si no tienen quien las atienda, no es tan bueno como nada”, agrega.

Remodelaciones

Mientras tanto, los esfuerzos por optimizar el espacio no se detienen. “Aquí estamos haciendo remodelaciones en un montón de lugares, recuperando áreas subutilizadas”, comenta Sandoval mientras camina por los pasillos.

La Sala de Psiquiatría está siendo sometida a una amplia renovación, debido a que estuvo abandonada. Esta área será dotada de tecnología moderna y cámaras de vigilancia para darles a los pacientes el servicio que se merecen. Mientras que en Cuidados Intensivos se ha habilitado un área adicional.

En el horizonte, las salas de hemodiálisis esperan su turno en la lista de remodelaciones. “Terminan aquí, y hemodiálisis va al lado. Los pacientes de psiquiatría regresan a su sala y esa, ya remodelada, será la nueva sala de hemodiálisis”, explica.

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Áreas en el centro hospitalario en remodelación. Elysée Fernández

Por primera vez en su historia, el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid contará también con una Sala de Quemados, la cual estará equipada con cuatro camas de cuidados intensivos y una tina de remolinos. La creación de esta sala forma parte del programa de modernización del Complejo Hospitalario que adelanta la actual administración de la CSS para brindar una atención médica de alta calidad a los pacientes. Se espera que esta sala empiece a funcionar dentro de una semana. La consecución de una tina de remolinos es una vieja aspiración del Servicio de Cirugía Plástica del Complejo.

El subdirector médico Mauricio Rodríguez Bravo, enfatizó que este hospital atiende al menos 50,000 pacientes al año y el porcentaje de quejas es de un 3%, lo que es muy bajo para el volumen de pacientes que se atienden anualmente. Lo ideal sería tener 0% de queja, acotó.

Subrayó que en dos meses, es poco lo que se puede lograr. Por ahora, estamos enfocados en atender la parte más urgente: la atención. Esa es nuestra prioridad. Una vez que hayamos resuelto este aspecto, avanzaremos a los siguientes niveles. Es un proceso que debe hacerse paso a paso, enfatizó Rodríguez Bravo.


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