Un total de 30 áreas críticas de deforestación han sido detectadas en bosques maduros mixtos de los distritos de Santa Fe y Pinogana, en la provincia del Darién, por personal técnico del Ministerio de Ambiente (Miambiente).
Las zonas más afectadas se encuentran en Quebrada Muerto y Aruza, esta última situada en la cuenca 156 del río Tuira, en el extremo este de Panamá, en la provincia de Darién.
Según Miambiente, se han intensificado los esfuerzos en la lucha contra la deforestación, la tala y el tráfico ilegal de madera, que son algunas de las principales amenazas para la conservación de los bosques en Panamá.
Estas pérdidas de bosques son resultado del acaparamiento de tierras, la ganadería extensiva, la expansión de la frontera agrícola y el comercio ilegal de madera, entre otras actividades que impactan gravemente los recursos naturales.
Miambiente destacó que, en la región del Darién, se presume la existencia de un mercado negro que podría estar promoviendo la exportación ilegal de madera hacia países asiáticos.
Desde julio de 2024, se han presentado más de 10 denuncias por tala ilegal ante el Ministerio Público. Además, se han realizado operativos en diversas comunidades y depósitos de madera, donde se detectó un excedente en comparación con lo autorizado oficialmente.
La entidad advierte que sancionará a quienes insistan en dañar el medio ambiente, especialmente a aquellos dedicados a la comercialización ilegal de especies forestales.
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Segundo Sugasti, director del Parque Nacional de Darién, explicó que la deforestación es la principal causa de daño a los bosques, ya que implica la eliminación del sotobosque, los árboles grandes y pequeños. También mencionó que la minería ilegal es una segunda amenaza, al provocar la degradación y contaminación de los ríos, seguida por la cacería.
Sugasti afirmó que la tala rasa preocupa a los más de 20 guardabosques encargados de proteger los bosques, ya que elimina todo tipo de árboles, incluidos semilleros, monumentos naturales y especies que sirven como fuente hídrica. En la mayoría de los casos, esta actividad está vinculada a la ganadería.
Con el objetivo de proteger los bosques naturales, Miambiente ha suspendido temporalmente todos los permisos comunitarios para el aprovechamiento forestal en las comarcas Emberá Wounaan y Wargandí. Además, se está considerando extender la veda forestal a otras áreas afectadas.
En la provincia del Darién se ha detectado la tala ilegal de varias especies de madera, como el bálsamo, que se exporta, así como el cedro amargo, el espavé y algunas especies de amarillo. En las provincias centrales se han encontrado casos de tala ilegal de roble y cedro amargo, mientras que en Bocas del Toro se han identificado algunos casos de extracción de especies milenarias en volúmenes pequeños.